Qué esconde la capital de la COP30 en Brasil: 3 datos sobre Belém, la metrópoli de la Amazonia
En vísperas del inicio de la cumbre climática, la capital del estado brasileño de Pará, cobra protagonismo al convertirse en el centro del debate medioambiental mundial. Descubre las bellezas y delicias únicas de este lugar enclavado en la Amazonia.

Una vista panorámica de parte del centro de Belém, la capital del estado brasileño de Pará. En la foto se puede ver el histórico Mercado Ver-o-Peso (el mayor mercado al aire libre de América Latina) en primer plano y, al fondo, el Fuerte del Presépio y coloridas casas coloniales.
El estado brasileño de Pará está repleto de tradiciones únicas muy arraigadas en su gastronomía, música, fiestas y creencias. Ahora, la región está en el punto de mira mundial al acoger la COP 30, la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a partir del 10 de noviembre de 2025.
Pará tiene sus propios colores, sabores, estilos, creencias, tradiciones y bellezas naturales que hacen que este lugar del norte de Brasil sea tan único. La capital, Belém, será la sede oficial de la COP30, que reunirá a representantes de varios países para debatir el rumbo medioambiental del mundo y las medidas (urgentes) que deben tomarse para combatir el cambio climático y sus efectos.
National Geographic ofrece una panorámica de las bellezas, la gastronomía y las tradiciones de Pará y su capital, Belém. Para mostrar un poco de este estado de más de 8,6 millones de habitantes, situado en plena Amazonia y bañado por vastos e importantes cursos de agua de la región, como el río Amazonas, el río Pará, el Tapajós, el Guamá y el Maguari (los dos últimos atraviesan la ciudad de Belém y desembocan en la bahía de Guajará).

El Teatro da Paz, inaugurado en 1878, en la época de expansión y desarrollo de Belém, es un ejemplo de la arquitectura art nouveau que marcó el final del siglo XIX y principios del XX.
1. Pará tiene una historia marcada por la exuberancia de la Amazonia
Según el sitio web oficial del gobierno estatal de Pará, la región del valle amazónico fue propiedad de la Corona española en la división que España y Portugal hicieron de las Américas en el Tratado de Tordesillas (1494). Por ello, la desembocadura del río Amazonas fue descubierta por el navegante español Vicente Yáñez Pinzón en el año 1500.
Sin embargo, los portugueses, con el fin de consolidarse en la región, fundaron el Fuerte del Presépio en 1616, en la entonces llamada Santa María de Belém do Grão-Pará, donde hoy se encuentra la capital, Belém.
Este fue el primer fuerte del Amazonas y el más importante de la región hasta 1660. A pesar de su existencia, la ocupación del territorio amazónico estuvo marcada desde el principio por incursiones de holandeses e ingleses.
Los españoles intentaron establecerse en la región con expediciones que partieron de Ecuador y Perú, pero se enfrentaron a diversas dificultades al atravesar la selva amazónica por los ríos, sufriendo muertes y diversos problemas que les hicieron desistir de la ocupación, en ese momento ya dominada por los portugueses, según cuenta el sitio web del gobierno local.


La Estación das Docas es un gran complejo gastronómico y cultural frente a la bahía de Guajará, una buena opción para los visitantes de Belém que deseen conocer mejor la cultura y los sabores de la región en sus diversos restaurantes.
La Estación das Docas ocupa un espacio que antiguamente era el puerto de Belém (inaugurado en 1909) y que fue totalmente revitalizado en la década de 2000 para convertirlo en un lugar que promueve el turismo, la cultura y la gastronomía local.
En el siglo XVII, la región pertenecía a la capitanía de Maranhão y, en 1616, se creó la Capitanía del Grão-Pará, que formaba parte del entonces Estado Colonial Portugués de Maranhão. Solo en 1751, con la expansión portuguesa hacia el oeste, se creó el Estado Colonial Portugués de Grão-Pará, que también albergaba la Capitanía de São José do Rio Negro (hoy el estado de Amazonas).
A pesar de que la independencia de Brasil se produjo en 1822, no fue hasta 1823 cuando los gobernantes de Grão-Pará decidieron unir el estado de Grão-Pará al Brasil independiente, ya que Pará dependía directamente de Lisboa, en Portugal, según explica la fuente oficial estatal.
Esta decisión trajo consigo un crecimiento económico, especialmente para Belém, a finales del siglo XIX y principios del XX, debido a la explotación del caucho para la extracción de látex. Este período histórico se conoció como la Belle Époque y se caracterizó por la arquitectura art nouveau que se construyó en la ciudad.
Precisamente en ese período se inauguró el Teatro da Paz (en 1878), uno de los símbolos y puntos turísticos de la capital, según informa la propia página web del teatro.
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La Basílica Santuario de Nuestra Señora de Nazaré es una de las principales iglesias de la capital de Pará. Construida en 1909, alberga la mayor santa de devoción local, que moviliza a miles de devotos durante el Círio de Nazaré.
El Círio de Nazaré es uno de los mayores eventos religiosos del mundo y reúne a unas 2 millones de personas cada año el segundo domingo de octubre desde 1793 en Belém, en una enorme procesión por las calles de la ciudad y también en las aguas de los ríos, en barcos.
2. La cultura y las bellezas de Belém para conocer
A pesar de ser un centro urbano con una población de alrededor de 1,3 millones de habitantes, según el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), Belém mantiene el aire tradicional de las fachadas de sus mansiones, plazas, iglesias y capillas de la época colonial.
Quienes deseen aprovechar la COP30 para conocer Belém tendrán la oportunidad de sumergirse en un universo muy diferente de la imagen que muchos extranjeros tienen de Brasil, más vinculada a las playas del inmenso litoral del país o a Río de Janeiro. La capital amazónica de Belém do Pará alberga bellezas naturales e históricas que merecen ser visitadas.
La ciudad está bañada especialmente por dos ríos (el Guamá y el Maguari), que desembocan en la bahía de Guajará. En esta región se encuentran algunos de los principales puntos turísticos de Belém, como el antiguo Fuerte del Presépio, uno de los primeros hitos de la capital, que alberga un museo sobre la cultura indígena de la región.
A orillas de la bahía se encuentra también el Mercado-Ver-o-Peso, un mercado público en la zona portuaria que fue inaugurado en 1901 y que, según el Iphan (Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional), está considerado el mayor mercado al aire libre de América Latina.

El Parque Zoobotánico Mangal das Garças es el “corazón verde” de Belém, con una superficie de 40.000 m² de bosque revitalizado que alberga fauna y flora autóctonas de la región amazónica.
También vale la pena visitar la Estación das Docas, un espacio gastronómico, turístico y cultural creado en el año 2000 y que ocupa el lugar donde se encontraba, desde 1909, el antiguo puerto de Belém. Actualmente, los visitantes pueden encontrar allí restaurantes donde degustar la comida típica de Pará, además de tiendas y espacios para eventos en la ribera del río.
En el centro histórico de Belém se encuentra el Teatro da Paz, uno de los más bellos de Brasil y el más grande de la región norte, con su arquitectura clásica art nouveau. Durante la COP30, el lugar acogerá espectáculos y conciertos con artistas famosos, como Ney Matogrosso, Toquinho y Lenine.
La Basílica Santuario de Nuestra Señora de Nazaré es otro punto importante de Belém, ya que la ciudad celebra anualmente uno de los mayores eventos religiosos del país, en el que esta iglesia desempeña un papel esencial. Se trata del Círio de Nazaré, una enorme procesión de católicos devotos, tanto locales como peregrinos, que acuden en busca de la imagen de Nuestra Señora de Nazaré.
La ceremonia se celebra desde 1793 y forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco desde 2013.
Quienes deseen conocer de cerca la naturaleza local pueden visitar el Parque Zoobotánico Mangal das Garças, inaugurado en 2005 y situado a orillas del río Guamá. En una superficie de 40 000 m² de bosque revitalizado, que representa la selva de la región y donde antes había una extensa zona pantanosa, se pueden ver especies de flora amazónica y animales como la garza blanca grande, la mariposa Julia, flamencos y el guará.
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El tacacá es uno de los platos más tradicionales de la cocina de Pará. Tiene origen indígena amazónico y se prepara como una sopa cremosa que lleva tucupi, goma de tapioca cocida, jambu y camarones secos.
3. La gastronomía de Pará y sus platos únicos
Considerada una de las cocinas más famosas de Brasil, la gastronomía de Pará tiene como mayor influencia la cultura indígena, pero también tiene rasgos portugueses y africanos, como explica la página web de la Agencia Pará, medio de comunicación oficial del estado.
Los elementos de la región amazónica forman la base de los platos, a los que se añaden mariscos como camarones y cangrejos, pescados e incluso pato, todos ellos condimentados con hojas y frutas autóctonas.
Entre las frutas y especias destacan: açaí, bacaba, cupuaçu, jambu (fruta que provoca entumecimiento en la boca), nuez de pará, bacuri, pupunha, tucumã, muruci, piquiá, taperebá, pimientas aromáticas y hierbas.
Los platos más tradicionales de Pará se cocinan en ollas de barro y se bañan en tucupi, un caldo amarillo extraído de la mandioca. De hecho, la mandioca es una de las bases de la cocina de Pará, y su harina también es esencial en los platos locales.
Entre los platos más destacados de la cocina de Pará se encuentran el tacacá (de origen indígena, es una sopa cremosa servida en cuencos que lleva tucupi, goma de tapioca cocida, jambu y camarones secos); el Pato no tucupi (pato asado, tucupi y jambu en un guiso) y la Maniçoba (que tarda al menos siete días en prepararse, ya que la maniva (que es la hoja de la mandioca) es tóxica y debe cocerse durante días para eliminar su toxicidad. El plato también lleva varias carnes de cerdo cocidas).
A diferencia de otras regiones de Brasil y del mundo, el açaí (originario de la Amazonia) no se consume tradicionalmente dulce en Pará, sino que se utiliza como salsa para acompañar pescado frito o harina de tapioca. Por su parte, los postres de la gastronomía de Pará son ricos en frutas de la región, como el cupuaçu, el bacuri, el taperebá, la castaña, la mango, la jaca y el murici, entre otras.