Construyen un puente con cuerdas para intentar salvar al primate más amenazado del mundo
El puente ha servido para que los gibones de Hainan, de los que quedan 30 ejemplares, puedan desplazarse por su hábitat fragmentado. Los conservacionistas advierten que solo se trata de una solución provisoria.
En esta foto de 2019, un gibón de Hainan macho se posa en la rama de un árbol. Los machos son de color negro, mientras que las hembras son de un amarillo dorado con manchas negras.
El gibón de Hainan es el primate más amenazado del mundo. Solo quedan 30 ejemplares en todo el planeta, en una misma parcela de bosque en la isla china de Hainan.
Dado el estado de conservación alarmante de esta especie, es fundamental proteger a cada uno de los ejemplares, sostiene Bosco Pui Lok Chan, encargado general del Hainan Gibbon Conservation Project (Proyecto de conservación del gibón de Hainan), dirigido por la Kadoorie Farm and Botanic Garden en Hong Kong.
Comúnmente, en el dosel, estos monos acróbatas se valen de sus largos brazos para hamacarse de un árbol a otro, e ir recolectando frutos del bosque. Como temen andar por el suelo, y la tala y las actividades agrícolas indiscriminadas han fragmentado los bosques, los diferentes grupos han quedado aislados unos de otros, y lentamente fueron despareciendo.
Y sumado a esto, en mayo de 2015, el tifón Rammasun provocó un enorme deslizamiento de tierra en Hainan que destruyó otra fracción del hábitat de los gibones y abrió grietas que se cobraron otra cantidad de árboles. Así pues, Chan y sus colegas decidieron tomar medidas urgentes.
Pidieron a trepadores de árboles profesionales que armaran un puente con cuerdas por encima de la sección del bosque más afectada; fue la primera vez que se implementó un recurso de este tipo con la especie. El puente constaba de dos cuerdas de montañismo tendidas entre dos árboles sobre un barranco de 15 metros de ancho. También instalaron cámaras trampa que se activaban con el movimiento.
Los gibones de Hainan cruzan el puente de cuerda en la isla de Hainan.
Según un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, la estrategia ha demostrado ser efectiva: los gibones utilizan el puente, lo que sugiere que esto también podría implementarse en otras partes del bosque para que los animales puedan desplazarse, mezclarse con otros y encontrar parejas, cuenta Chan, coautor del estudio. Al principio, los gibones ignoraron el puente; por eso, después de 176 días de espera, "nos dio una gran alegría saber que finalmente lo usaron", expresa.
Caminar sobre la cuerda
Chan también se sorprendió al ver las imágenes de la cámara trampa.
En lugar de balancearse con un brazo a la vez, como lo hacen para aferrarse a las ramas de los árboles, muchos comenzaron a usar la soga superior como un "pasamanos", cuenta Chan. Avanzaban por una cuerda mientras se tomaban de la que estaba por encima de su cabeza, de manera similar a como una persona se serviría de un pasamanos para mantener el equilibrio.
Las hembras y los jóvenes parecían más predispuestos a usar el puente, quizá porque los machos adultos son lo suficientemente fuertes como para saltar el barranco, especula Chan. También es posible que las hembras adultas, que pueden estar embarazadas o cargando un bebé, consideren muy peligroso realizar semejante salto.
"Existen puentes de dosel (entre las copas de los árboles) con muchos diseños diferentes en todo el mundo, pero este muy efectivo porque es simple, económico y está bien adaptado a esta especie", dice Tremaine Gregory, bióloga de conservación del Centro de Conservación y Sustentabilidad del Smithsonian, que pertenece al Instituto de Conservación de la Biología, en Washington, DC.
Solución provisoria
Se estima que, durante la década de 1950, había unos 2.000 gibones de Hainan en la naturaleza, pero en la década de 1970, la pérdida de hábitat y la caza redujeron el número a 10 ejemplares. En un esfuerzo decisivo por salvar la especie, se puso en marcha el Proyecto de conservación del gibón de Hainan para seguir de cerca e investigar esos últimos primates, patrullar sus territorios para detectar posibles cazadores y plantar árboles. Si bien hoy tenemos el triple de ejemplares, el futuro de los gibones de Hainan sigue siendo muy preocupante.
“A medida que el suelo de nuestro planeta se divide cada vez más, con la construcción de rutas y otro tipo de infraestructura, es importante pensar en soluciones para mantener la conectividad entre los fragmentos de un mismo hábitat”, explica Gregory, quien no participó en el estudio. Y agrega que el puente de dosel podría servir de modelo para otros conservacionistas que trabajan en la protección de animales arborícolas cuya población es muy reducida.
Chan está de acuerdo, pero advierte que los puentes de cuerda son solo una solución provisoria. “La prioridad es encontrar formas de restaurar los corredores naturales”, sostiene Chan, quien ha lanzado un proyecto de reforestación para plantar árboles nativos de rápido crecimiento debajo del puente de cuerda. "Para asegurar la conservación de la especie, esa sería la solución más sostenible y a largo plazo".