La mayor población de rinocerontes del mundo ha disminuido un 70% en la última década
El Parque Nacional Kruger de Sudáfrica ha sufrido las consecuencias de la caza furtiva, la corrupción y la sequía.
En las reservas privadas en Sudáfrica (como este rancho de caza de John Hume en Nelspruit) suelen quitar los cuernos de los rinocerontes para reducir las posibilidades de caza furtiva. Pero los cuernos vuelven a crecer a los pocos años, lo que hace que esta sea una estrategia costosa para parques públicos que disponen de poco dinero como el Kruger.
Los rinocerontes del Kruger, el principal parque nacional de Sudáfrica, están en graves problemas.
El número de rinocerontes del parque ha disminuido un 70 por ciento durante la última década, en gran parte debido a la caza furtiva y sus efectos en la reproducción y la supervivencia de las crías, según una nueva evaluación de los Parques Nacionales de Sudáfrica (SANparks), que administra el Kruger y otros 18 parques importantes del país.
Hoy, el Kruger tiene menos de 4.000 rinocerontes, en contraste con los 10.000 que había en 2010. La población se divide en 3.549 rinocerontes blancos, que son herbívoros y tienen labios cuadrangulares, y 268 rinocerontes negros, que tienen labios superiores prensiles para arrancar hojas y fruto de los árboles. Los rinocerontes del Kruger representan alrededor del 30 por ciento de los 18.000 rinocerontes salvajes que se calcula que hay en todo el mundo.
"Estas pérdidas son muy preocupantes, pero sabemos que los rinocerontes vienen atravesando una muerte lenta desde hace tiempo; esto no es más que la noticia oficial", expresa Grant Fowlds, embajador de conservación del Proyecto Rhino, una organización sin fines de lucro de Sudáfrica.
La caza furtiva de rinocerontes hembras ha sido devastadora porque cada hembra puede tener hasta 10 crías a lo largo de su vida, y las crías sin sus madres no suelen sobrevivir, cuenta Michael Knight, presidente del grupo de especialistas en rinocerontes africanos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que evalúa el estado de los animales salvajes.
El cuerno de rinoceronte se comercializa para su uso en medicina tradicional o para tallas, principalmente en China y Vietnam, aunque también existe un mercado en los Estados Unidos. Según el servicio de parques, el Kruger, cuya extensión supera los 12.000 km cuadrados, ha sido durante mucho tiempo el epicentro de la caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica.
Cabe mencionar que la caza furtiva de rinocerontes en Kruger ha disminuido desde que en 2014 mataron a más de 800 rinocerontes por sus cuernos. Desde entonces, los números se han reducido a más de la mitad.
Por otra parte, durante 2015 y 2016 hubo una terrible sequía que causó más pérdidas, comenta Knight. Los rinocerontes se reprodujeron menos y las madres deshidratadas producían menos leche, lo que ocasionó la muerte de las crías por desnutrición. Durante la sequía, la comida era muy escasa y los rinocerontes blancos se vieron particularmente afectados por la falta de pasto para alimentarse. Según informes del Departamento de Medio Ambiente, Silvicultura y Pesca de Sudáfrica, la tasa de mortalidad se duplicó.
Nuevas iniciativas
A pesar de las malas noticias, hay que destacar que en el parque existe una avanzada tecnología de monitoreo (que suele priorizar a las hembras en edad reproductiva) y que muchos cazadores furtivos fueron arrestados. Según SANparks, la caza furtiva se redujo en un 21,6 por ciento entre 2018 y 2019 (y la caza furtiva de elefantes se redujo en un 43,8 por ciento).
Para ayudar a proteger a los rinocerontes, SANparks está trasladando algunos de los animales del Kruger a áreas más seguras, como otros parques nacionales (iniciativa que estuvo interrumpida durante años debido a un brote de tuberculosis entre los rinocerontes).
Cuando se quitan los cuernos, se dejan aproximadamente 10 cm de base para proteger el tejido de la raíz del cuerno. Los cuernos de rinoceronte se comercializan para el uso en medicina tradicional y para realizar tallas, principalmente en China y Vietnam.
Una estrategia común para evitar la caza furtiva en los parques privados más pequeños de Sudáfrica es quitarles los cuernos a los rinocerontes; pero hacer esto en el Kruger sería extremadamente costoso. Para esto, se requiere un helicóptero, un veterinario capacitado y el costo varía entre $600 y $ 1.000 por rinoceronte, cuenta Fowlds, y no es una inversión de por vida porque los cuernos vuelven a crecer a los pocos años. (El cuerno de rinoceronte está formado por queratina, la misma sustancia que se encuentra en las uñas, por lo que la operación, si se hace correctamente, no daña a los animales).
Obstáculos por delante
SANparks se ha referido a la corrupción interna como un "flagelo" y afirma que "afecta gravemente al personal y las operaciones contra la caza furtiva, así como la reputación de SANParks".
“Las bandas de caza furtiva claramente han transgredido las fuerzas de seguridad del Kruger, y otros parques y reservas, por eso han sido arrestados”, dice Cathy Dean, directora ejecutiva de Save the Rhino International, una organización sin fines de lucro con sede en Londres.
Durante 2020, 394 rinocerontes fueron víctimas de la caza furtiva en los parques del país, la mayoría en Kruger. Los cierres debido a la pandemia de COVID-19 al principio sirvieron para disuadir las incursiones al parque, lo que disminuyó la caza furtiva. Pero según el departamento de medio ambiente, silvicultura y pesca de Sudáfrica, a medida que se fueron relajando esas restricciones, la caza furtiva se disparó nuevamente, en especial durante el mes de diciembre.
El año pasado, 66 presuntos cazadores furtivos de rinocerontes fueron arrestados en Kruger y 90 por caza furtiva y tráfico de cuernos de rinoceronte fuera del parque. Pero, según Knight, es probable que los juicios se demoren debido al controvertido cierre del Tribunal Regional de Skukuza, el "tribunal de rinocerontes", ubicado dentro de Kruger. En Skukuza existe una alta tasa de condenas y duras sentencias de prisión para los cazadores furtivos.
El servicio de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANParks), que administra el Kruger, trabaja con expertos forenses de la policía para tratar de atrapar a los cazadores furtivos de rinocerontes. La evidencia de ADN permite vincular los cuernos con los animales sacrificados y así poder enjuiciar a los cazadores furtivos.
Aunque los 303 rinocerontes que fueron víctimas de caza furtiva en el Kruger desde abril de 2019 hasta marzo de 2020 no superaron el número esperado por SANparks para ese período (500), y a pesar de que hubo una disminución de casi el 22 por ciento con respecto al año anterior, Fowlds no está muy esperanzado: “Hay menos rinocerontes para matar, por eso es más difícil que los cazadores furtivos los encuentren”, explica.
Wildlife Watch es un proyecto de investigación entre National Geographic Society y National Geographic Partners que se centra en los delitos y la explotación de la vida silvestre. Lee más historias de Wildlife Watch aquí y obtén más información sobre la misión sin fines de lucro de National Geographic Society en nationalgeographic.org