Elefantes: cómo el método de ADN que capturó al Asesino de Golden State puede ayudar a atrapar cazadores furtivos
Esta técnica ha identificado conexiones entre las agrupaciones criminales, ayudando a perseguir a los traficantes de animales silvestres.
Trozos de marfil tomados de los colmillos de elefantes fueron incautados por las autoridades policiales en Filipinas y serán enviados para un análisis de ADN. Si las muestras coinciden con el ADN tomado de otros marfiles incautados, los investigadores tienen evidencia que sugiere que en ambos casos estuvo involucrada la misma organización criminal.
Siguiendo una pista obtenida en julio de 2019, las autoridades de Singapur identificaron un cargamento con tres contenedores de madera en ruta desde la República Democrática del Congo a Vietnam. Ocultos entre la madera, casi nueve toneladas de colmillos de elefante troceados estaban empaquetados en 132 bolsas de plástico de alta resistencia: el marfil de unos 300 elefantes africanos. Los inspectores también encontraron 12 toneladas de escamas de pangolín.
Inmediatamente, notificaron el hallazgo al puerto de origen, así como a INTERPOL y a la Junta de Parques Nacionales de Singapur (NParks, por sus siglas en inglés), responsable del control del tratado internacional en materia de comercio internacional de animales salvajes. Luego, la Junta contactó a un profesor de Seattle (Estados Unidos).
Samuel Wasser dirige el Centro de Ciencias Forenses y Medioambientales de la Universidad de Washington, donde, a principios de la década de 2000, su equipo fue pionero en la aplicación de un método para comparar el ADN de colmillos de elefantes traficados con muestras de tejido y excrementos de elefantes conocidos de la selva y la sabana.
Esta técnica innovadora se utiliza para realizar una aproximación del origen geográfico de los colmillos ilegales, información que puede ser fundamental para identificar los grandes centros de caza furtiva y para enjuiciar a los cazadores.
Sin embargo, más recientemente, Wasser ha dirigido su atención hacia objetivo mayor: las poderosas organizaciones criminales que dirigen el comercio de marfil.
Cómo el ADN puede ayudar a evitar la caza furtiva de elefantes
En un artículo publicado en Nature Human Behaviour el 14 de febrero, Wasser y sus colegas demostraron cómo un nuevo modo de trabajar con ADN (denominado coincidencia familiar) puede revelar información mucho más detallada sobre las conexiones entre los elefantes víctimas de caza furtiva.
Estos datos, junto con los registros telefónicos y las listas de embarque, muestran consistentes patrones de movimientos ilícitos de marfil desde la zona de caza furtiva, a través de las rutas de contrabando y fuera de África.
Cuántos elefantes por año matan los cazadores furtivos
Tal información recabada podría ayudar a las autoridades a enjuiciar no sólo a los cazadores furtivos que actúan de forma individual (estrategia que históricamente no ha dado grandes resultados en la disminución de la caza furtiva), sino también a desmantelar las organizaciones criminales internacionales que les pagan a los cazadores e intermediarios y que reúnen grandes cantidades de marfil para exportar.
Este nuevo modo de utilizar datos ya existentes puede ser fundamental para la supervivencia de los elefantes. Los cazadores furtivos matan, aproximadamente, 30.000 elefantes por año, en principio para cubrir la demanda en Asia de productos de lujo como esculturas, joyas y palillos de marfil.
¿Cómo funciona la coincidencia familiar?
La coincidencia familiar puede sonar conocida, y ello se debe a que dicha técnica fue utilizada en el 2018 para atrapar al "Asesino de Golden State", un infame asesino serial de California, quien puedo evadir a la policía por más de 40 años.
En vez de comparar el ADN tomado de la escena del crimen con una muestra de un sospechoso y esperar una coincidencia total, la coincidencia familiar compara el ADN de la escena del crimen con un amplio rango de posibles parientes biológicos cuyo ADN puede estar en las bases de datos públicas.
Una coincidencia parcial o “indirecta” puede revelar a los miembros de la familia y otorgar nuevas pistas para que los investigadores identifiquen a un sospechoso.
De igual modo, debido a que los elefantes viven en grupos familiares muy unidos, la coincidencia familiar les permite a los investigadores seguir y localizar un número de animales mucho mayor que con los métodos anteriores.
Qué pasa con los colmillos de marfil de los elefantes cazados
Los colmillos obtenidos de un grupo de elefantes cazados suelen quedar divididos en algún eslabón de la cadena de la caza furtiva, transporte e intercambio. Al utilizar la comparación genética directa, Wasser puede conectar el colmillo izquierdo que se encuentra en un cargamento, con el colmillo derecho de un cargamento distinto.
Sin embargo, dado que sólo el 10% del marfil obtenido por cazas furtivas es incautado y el costo de los análisis de ADN es elevado, la posibilidad de encontrar coincidencias exactas entre los cargamentos depende principalmente de la suerte: las posibilidades de una coincidencia perfecta son de sólo nueve por ciento.
Actualmente, utilizando la coincidencia familiar, Wasser puede secuenciar el ADN de un solo colmillo y compararlo con el ADN de todos los elefantes comprendidos en la base de datos, la cual se remonta al año 2002. En vez de buscar una sola coincidencia exacta, puede identificar miembros de su familia cercana cuyo ADN se encuentre en la base de datos. Esta técnica es un gran avance para todo aquel que tiene la intención de desarmar una banda traficante.
Coincidencias en el ADN de los colmillos de marfil de elefantes
Después de introducir en su base de datos todo el ADN de los colmillos de la incautación de Singapur de 2019, Wasser y sus colegas empezaron a buscar a los parientes cercanos de los nuevos elefantes, incluidos los padres, las crías y los hermanos y hermanastros.
"Muy pronto cada prueba tiene, en lugar de una coincidencia, un par de docenas", explicó Wasser. A medida que comparaba el nuevo ADN con el antiguo, las líneas de ramificación del árbol genealógico eran cada vez más densas. De las 49 mayores incautaciones de marfil de las que ha tomado muestras el equipo de Wasser, había más de 600 coincidencias familiares, con casi 40 solo de la incautación de Singapur.
Estas pruebas genéticas, junto con las listas de embarque, los registros telefónicos y otra información recopilada por agentes de seguridad pública en África y el sudeste asiático, están ayudando a los investigadores a crear elaborados mapas codificados por colores que, según Wasser, "permiten rastrear de dónde proceden (los colmillos) y sus conexiones con otros envíos".
Los investigadores pueden entonces utilizar los mapas (uno por cada gran incautación de marfil) para descubrir mejor el alcance de las principales redes de tráfico, así como los vínculos entre ellas. En 2018, por ejemplo, el equipo de Wasser identificó tres redes que operaban en Kenia, Uganda y Togo.
Un nuevo análisis que utiliza el ADN familiar muestra que no solo esas redes están implicadas en más envíos de marfil de lo que se creía sino que, también, están más vinculadas entre sí. Este tipo de información permite a las autoridades policiales conectar las pruebas de múltiples investigaciones, revelando nuevas pistas y apoyando los procesos judiciales.
Los mapas realizados con el ADN de cuatro incautaciones en Malasia, dos en Angola y la de Singapur indican, en conjunto, que, desde 2015, los focos de caza furtiva se han desplazado de Tanzania, Kenia y Mozambique hacia la zona de conservación transfronteriza de Kavango-Zambezi, en el sur de África, donde viven 230.000 de los 400.000 elefantes que quedan en el continente.
Cómo funcionan las redes internacionales de contrabando
El equipo de Wasser también ha demostrado que las mismas redes internacionales de contrabando han estado operando durante una década o más, proporcionando ingresos a los cazadores furtivos que regresan a los mismos lugares año tras año, matan a los miembros de la familia extendida de los elefantes y envían colmillos en grandes envíos a través de las cadenas de exportación controladas por esas mismas redes.
Los datos sugieren que un grupo de redes, que también pueden traficar con armas y drogas, dominan el comercio.
"Son los puntos de estrangulamiento", dijo Wasser, quien continuó: "Y hay muy pocos. Lograr eliminarlos es realmente fundamental".
ADN: una gran ayuda para los investigadores
La base de datos de ADN de Wasser constituye una poderosa herramienta para los investigadores. Pero, también, puede ayudar a las fuerzas del orden público a reforzar los procesos y a endurecer las penas de prisión en los países donde se sacrifican elefantes o se exporta o confisca marfil.
Además, el Centro de Ciencias Forenses Medioambientales de Wasser, colabora con la División de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI por sus siglas en inglés), una rama del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, que investiga los delitos no relacionados con la vida silvestre asociados al tráfico de marfil que caen bajo la jurisdicción de Estados Unidos.
"Siguiendo las conexiones identificadas a través del análisis de ADN de múltiples incautaciones, la División de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), es capaz de identificar e investigar los delitos financieros subyacentes y el fraude comercial por parte de las redes criminales”, expresó John Brown III, agente especial de la División de Comercio Global de la HSI, en un correo electrónico.
Marfil: el éxito del método de ADN para detener contrabandistas
Los procesos judiciales exitosos podrían incluir el embargo de los activos de las redes, cerrando los conductos financieros que financian la caza furtiva. La colaboración ha dado lugar a múltiples investigaciones en curso y al menos a una redada: la detención y el procesamiento de dos hombres que intentaron importar marfil de elefante, cuerno de rinoceronte y escamas de pangolín al Estado de Washington en noviembre de 2021.
El análisis del ADN familiar también se está utilizando para ayudar a otros animales objeto de tráfico, como el trabajo de Peter Ward en la Universidad de Washington, que utiliza muestras de ADN de almejas gigantes. Y tras la incautación de marfil en 2019, el equipo de Wasser enseñó a la Junta de Parques Nacionales de Singapur a realizar por su cuenta la costosa y lenta secuenciación e identificación del ADN.
En agosto de 2021, Singapur inauguró su propio Centro de Investigación Forense de la Vida Silvestre, dedicado a la identificación de especies, partes o productos de la vida silvestre incautados, tanto de plantas como de animales, y a la producción de pruebas que puedan servir de apoyo a la aplicación de la ley y al enjuiciamiento
El centro, que actualmente trabaja con escamas de pangolín incautadas, pretende "aplicar el mismo tipo de metodología e hipótesis que Sam (Wasser) hizo con el marfil", dijo Adrian Loo, director del grupo de gestión de la fauna silvestre de la Junta de Parques Nacionales. "Queremos ser el líder regional en el uso de la ciencia para detener el comercio ilegal de vida silvestre".
Observación de la Fauna es un proyecto de investigación periodística entre National Geographic Society y National Geographic Partners que se centra en los delitos y la explotación de la fauna salvaje.
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