Dermatitis alérgica por ectoparásitos: una guía básica
Prevenir o eliminar el contacto de las mascotas con pulgas y garrapatas es el primer paso para asegurar el bienestar de los animales portadores de la DAPE.
Los cuadros alérgicos en perros y gatos generalmente son provocados por picaduras de pulgas y garrapatas. Por ello, lo que antes se denominaba DAPP (dermatitis alérgica por picadura de pulgas) hoy se denomina DAPE (dermatitis alérgica por ectoparásitos): un trastorno que afecta a perros de cualquier ubicación geográfica, incluyendo los grandes centros urbanos.
La saliva de estos parásitos posee sustancias que funcionan como antígenos, es decir, alérgenos que provocan procesos de hipersensibilidad. Sin embargo, el cuadro alérgico puede no ocurrir inmediatamente después del contacto, sino después de una exposición prolongada a estos parásitos. La picazón -denominada prurito- es bastante intensa e incómoda para el animal. En la rutina de las consultas dermatológicas, durante la entrevista con el tutor -llamada anamnesis- se les pregunta cómo clasifican esta picazón en una escala de cero (no pica) a diez (pica todo el tiempo), en donde un diez indica que el animal llega a despertarse o dejar de jugar o de comer para rascarse. Es habitual que los tutores indiquen una puntuación superior a ocho, lo que demuestra que el prurito provoca un malestar extremo, requiriendo muchas veces el uso de medicamentos para brindar alivio.
Además, la picazón causa lesiones como excoriaciones, que son autoinducidas mediante las garras de los perros, y costras hemorrágicas, formadas por el sangrado provocado por mordeduras. Además de la ausencia de pelo, especialmente en la región dorsal de la espalda -llamada región lumbosacra. Esto también puede ocurrir cuando el animal frota esta zona contra muebles o paredes para rascarse, lo que va eliminando progresivamente el pelo -manifestación denominada alopecia.
En los gatos, la picazón no siempre es tan evidente para los tutores. En lugar de rascarse con las patas y frotarse, los gatos, la mayoría de las veces, manifiestan el prurito mediante un excesivo lamido de la región lumbosacra. De esta forma, con el tiempo pueden aparecer lesiones por autotraumatismo o, más comúnmente, alopecia. Sin embargo, como el lamido forma parte de la higiene normal de los gatos, es posible que los tutores solo lleguen a percibir la afección tras la aparición de alguna lesión en la piel.
Teniendo en cuenta que estos parásitos reducen mucho el bienestar de los pacientes alérgicos y provocan numerosos síntomas y molestias, es importante pensar en un protocolo de tratamiento que incluya no solo medicamentos para el síntoma, es decir, la picazón, sino también que aborden la causa, es decir, que eliminen y prevengan el contacto con pulgas y garrapatas.
No existe una prueba cutánea o serológica confiable para diagnosticar o descartar una DAPE de manera segura, es por eso que los veterinarios deben tratar a estos pacientes durante un período promedio de tres meses, con un uso continuo de medicamentos preventivos contra los ectoparásitos. De esta manera, se cubre todo el ciclo de la pulga durante un tiempo seguro, garantizando que el paciente esté libre de este parásito en todas sus formas. Solo después de este período, que también incluye la prevención contra las garrapatas, concluye o se descarta el diagnóstico de DAPE.
El tratamiento para esta enfermedad de la piel consiste en eliminar el contacto con los ectoparásitos, es decir, recibir medicamento preventivo contra pulgas y garrapatas durante todo el año. Hay una analogía con los seres humanos que facilita mucho la comprensión del tutor: es común que los humanos sean alérgicos a los mariscos; estas personas manifestarán la alergia ya sea si comen un pastel de camarones entero o un solo camarón. Lo mismo sucede en la relación de las mascotas con las pulgas y garrapatas: un paciente alérgico manifestará la alergia con una infestación o si recibe la picadura de una sola pulga.
Por lo tanto, perros, gatos y todos los animales que estén en contacto con ellos, incluso aquellos que no son alérgicos y que no tienen parásitos visibles, deben recibir medicamentos preventivos.
Otro punto importante es que, en la mayoría de los pacientes que son alérgicos a estos parásitos, no encontramos pulgas ni garrapatas durante el examen físico, precisamente porque solo el 5% de las formas de vida son pulgas adultas. Si tenemos en cuenta que la mayor parte del ciclo se desarrolla en el ambiente, no es muy habitual ver pulgas adultas en los perros. En los gatos esto es incluso menos probable, ya que el hábito de lamerse para higienizarse termina provocando que se traguen la mayoría de los parásitos.
Decirle a un tutor que su mascota es alérgica a algo que no ve es una tarea desafiante, sobre todo porque hay una falsa correlación entre las pulgas y la falta de higiene. Es muy importante aclararle al tutor que se trata simplemente de un parásito extremadamente resistente, difícil de combatir sin el uso de productos adecuados, y explicarle todo el daño que los parásitos le ocasionan al animal y al ser humano.
Además, los tutores tienden a pensar que sólo el paciente alérgico debe recibir el medicamento preventivo, pero cabe señalar que, como los huevos son invisibles y se esparcen fácilmente por el ambiente a partir de las pulgas que se encuentran en los animales, todos los perros y gatos presentes en la casa deben recibir medicamentos preventivos durante todo el año. Los animales que estén en contacto con el paciente pueden favorecer la perpetuación de estos parásitos en el ambiente, haciendo que el paciente alérgico vuelva a estar en contacto con la pulga y desarrolle todas las molestias derivadas del cuadro.
Incluso los pacientes que no salen de casa corren el riesgo de entrar en contacto con las pulgas, ya que los tutores pueden traer huevos adheridos a sus zapatos o a su ropa. Por lo tanto, la DAPE puede darse en todos los animales: tanto en aquellos con antecedentes de paseos como en aquellos que pasan todo el tiempo en ambientes interiores.
Las garrapatas, en términos de ocurrencia, son más importantes en los perros. Sus dueños deben saber que este parásito también está presente en los centros urbanos, aunque muchos crean que las garrapatas solo existen en áreas rurales. Además de los cuadros alérgicos, la garrapata transmite enfermedades sistémicas que pueden llegar incluso a provocar la muerte, por lo que su prevención es fundamental.
Los cuadros alérgicos en perros y gatos son los responsables del mayor porcentaje de enfermedades de la piel en todo el mundo.
En las zonas de clima tropical, esto favorece aún más la permanencia de estos ectoparásitos durante todo el año. Incluso para aquellos pacientes que no son alérgicos a los ectoparásitos pero tienen alergias alimentarias o dermatitis atópica -una alergia a los inhalantes-, se recomienda la prevención contra ectoparásitos durante todo el año, ya que la presencia de pulgas y garrapatas por sí sola puede ser un factor sumatorio de la picazón, que es muy perjudicial para cualquier paciente con un cuadro dermatológico.
En el pasado, por el tipo de relación humano-animal, no había una preocupación tan grande por los ectoparásitos y se consideraba normal la presencia de pulgas y garrapatas en perros y gatos, ya que vivían en patios traseros o más alejados. Hoy en día, las mascotas son parte de la familia y muchas veces duermen en la cama de los tutores, lo que torna fundamental la preocupación por las zoonosis, es decir, las enfermedades que estos parásitos transmiten a los humanos.
Por todas estas razones, se recomienda la prevención contra los ectoparásitos desde las primeras consultas del cachorro, prescrita en el momento de la vacunación, para que estos animales puedan tener una vida más libre y más feliz, incluyendo paseos, contacto con la naturaleza y buenos momentos con sus tutores, con seguridad y tranquilidad.