Estos son los animales con los nombres más espeluznantes y terroríficos

Un gusano suena bastante inocuo. Pero, ¿qué pasa con una flor de moco que come huesos? Esa es una criatura en la que podrías pensar dos veces.

La flor de los mocos que come huesos es, de hecho, una especie real de gusano marino, traducido aproximadamente de su nombre científico Osedax mucofloris. Y es solo uno de muchos animales con un apodo escalofriante.

En este caso, el título es preciso y descriptivo: el cuerpo cubierto de mucosa del gusano, que se parece a una flor, se puede ver succionando los cadáveres de ballenas hundidas, lo que come en el desayuno, el almuerzo y la cena. Lo mismo puede decirse de especies como el armadillo peludo que realmente grita.

Pero otros nombres aterradores están ligados, quizás injustamente, solo a la apariencia. Y demuestran una reverencia por la mitología. Un ejemplo de ello es el calamar vampiro del infierno (Vampyroteuthis infernalis). El cefalópodo no es ni un vampiro (no chupa sangre) ni un calamar. En cambio, su nombre deriva de los inusuales ojos azules, la piel roja y las membranas en forma de capa entre los brazos del habitante de las profundidades marinas.

Docenas de otros animales caen en la misma categoría, como el gecko cola de hoja satánico, la mantis flor del diablo y la hormiga fantasma. Cada uno tiene alguna característica física, ya sean protuberancias en forma de cuerno o extremidades translúcidas, lo que le otorga un lugar en el inframundo animal (metafórico).

Pero si estos nombres hacen referencia a monstruos de la mitología, muchos otros resaltan el miedo a los animales terrestres. El nombre Ursus arctos horribilis se le dio al oso gris, por ejemplo, un guiño al aterrador encuentro de Meriwether Lewis con el enorme animal en el oeste, durante la expedición de Lewis y Clark. 

También está Crotalus horridus horridus, o “espantoso espantoso cascabel”, un tipo de serpiente de cascabel de madera tan aterradora que tuvieron que nombrarla dos veces. (Bueno, no exactamente: el doble nombre permite a los científicos distinguirla de otras subespecies).

Sin embargo, no importa cuán espeluznantes sean sus nombres, estos animales no representan una gran amenaza para los humanos. Los murciélagos vampiros han mordido a personas en ocasiones. Así también, los llamados gris "horribles". Pero estos osos, como algunos otros animales en esta lista, en realidad necesitan protección de los humanos, y no al revés. En su mayor parte, estos títulos se eligen porque capturan la imaginación de los científicos y, por supuesto, del público en general.