Por qué las abejas mueren después de picar
Además de defender la colmena, las abejas obreras liberan una feromona capaz de alertar a otras e incitarlas a atacar a su depredador.
Las abejas se arrastran sobre la mano de un apicultor.
Las abejas melíferas (Apis mellifera) utilizan diversas herramientas para defenderse ante el posible ataque de un ser vivo ajeno a su especie: su coloración con franjas anaranjadas y negras advierte al depredador a reconocer ese patrón y asociarlo con una picadura dolorosa, evitando así acercarse al hogar de las abejas. A su vez, pueden sellar la entrada de su colmena con propóleo (mezcla de cera y resinas) dejando un pequeño hueco que, vigilado por las abejas obreras, funciona como único punto de acceso a su interior.
Sin embargo, existe un método de defensa que causa la muerte del insecto, explica la Animal Diversity Web (ADW), una base de datos en línea de historia natural animal, distribución, clasificación y biología de la conservación de la Universidad de Michigan (EE UU).
Por qué las abejas mueren después de picar
Dentro de un panal abundan tres tipos de abejas: la reina, las abejas hembras estériles, también conocidas como obreras y por último los zánganos o abejas macho. Ambas abejas hembras poseen un aguijón venenoso al final de su abdomen, mientras que las abejas macho no lo tienen, indica la Animal Diversity Web.
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En el caso de las abejas obreras, su espina posee una fuerte púa con glándulas venenosas y que se desprende de su cuerpo al picar, permaneciendo así incrustada en su objetivo. El desprendimiento del aguijón, indica ADW, causa la muerte de la abeja, pero ocasiona una picadura más dolorosa y logra persuadir una vez más al depredador de no acercarse más a su miel.
¿Sabías que cuando la abeja obrera pica a su depredador, libera una feromona de alarma que alerta al resto de su equipo para invitarlos también a picar? El primer impacto, dice la enciclopedia, señala el sujeto a ser picado por las demás. Una sola picadura es dolorosa pero no peligrosa a menos que la persona o animal afectado sea alérgico al veneno. Para que una vida corra peligro, se necesita un total de ¡20 picaduras por kilogramo de peso corporal!