Asombrosos secretos detrás del olfato de los perros
Un cultivador de trufas recluta a sus labradores entrenados para olfatear un tesoro enterrado en un bosque de robles en Domaine de Bramarel Estate, en las afueras de Grignan.
El perro doméstico (Canis lupus familiaris) fue el primer animal domesticado por la raza humana hace 30 000 años. A lo largo de siglos, el animal construyó un linaje que engloba más de 400 razas creadas por el ser humano con sus propias características y códigos genéticos. Todas ellas provienen de una especie única del género Canis y tienen un único ancestro común: el lobo gris (Canis lupus), domesticado hace 15 000 años, según indican los estudios realizados por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés).
A través de su linaje, el perro ha desarrollado un olfato cien veces más sensible que el de los seres humanos. Diversos estudios consultados por National Geographic sugieren que el olfato canino es tan agudo que puede cooperar con rescatistas en terremotos masivos para encontrar heridos y personas que se encuentren en peligro bajo los escombros de un edificio. La razón de esto se debe a la morfología de su cavidad nasal.
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¿Cómo funciona el olfato de los perros?
Un estudio publicado por Science el cual se titula “El secreto del olfateador de un perro” cuenta que los científicos han descubierto por qué los perros son tan buenos olfateadores. Incluso, el estudio podría promover la construcción de una nariz artificial sensible a los olores. Es que los canes tienen una estructura anatómica especializada en su cavidad nasal la cual científicamente se conoce como ‘"receso olfativo’".
Según Science, el receso olfativo consiste en un laberinto de vías respiratorias de las cuales los humanos y todos los demás primates carecen. En los perros, se encuentra por detrás de los ojos y ocupa la mitad del interior de la nariz. Es tan agudo que permite a los cánidos percibir olores nunca antes experimentados por la nariz humana.
Mediante un escáner de las vías respiratorias nasales de un cadáver canino, los investigadores a cargo del documento descubrieron que el receso olfativo del perro extrae una muestra de olor separada a medida que olfatea un determinado objetivo o lugar.
La nariz de un perro tiene un patrón de flujo de aire nasal único, dicen los investigadores de Science. “Ayuda a transportar las moléculas de olor rápidamente a través de una sola vía aérea al hueco olfativo”, agregan.
Además, los cánidos son capaces de retener el olor en su laberinto de receptores olfativos incluso luego de exhalar el aire.
Los perros crean imágenes mentales a partir de lo que huelen
¿Cómo se ve un olor? Un perro podría responder esa pregunta. Existen canes que son entrenados para reconocer, mediante el olfato de un objeto o prenda personal, a una persona o niño desaparecido y así cooperar en su búsqueda. Un nuevo documento de Science llamado “¿Qué ven los perros cuando huelen algo?” explica que los perros tienen la capacidad de “representar mentalmente lo que quieren buscar” a partir de su olfato.
Dos perros de rescate de guerra encuentran a un soldado herido.
Incluso, perros entrenados por la policía y perros de familia han concluido satisfactoriamente con el estudio sin presentar parámetros diferenciales en sus resultados. Lo cual sugiere que los canes no necesitan un entrenamiento para poder realizar tal proeza. Los perros son capaces de crear imágenes mentales de su familia; la cual incluye tanto a dueños como otros cánidos.
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El olfato capta presencias de otros animales mediante el calor
Esta capacidad puede ayudar a los perros a "rastrear sus presas’", advierte el estudio “Descubren un nuevo sentido en la nariz de los perros: la capacidad de detectar calor”, publicado por Science en el año 2020. La nariz de los perros puede detectar una radiación térmica débil, lo cual se traduce en el calor corporal que emanan los seres vivos mediante su presencia. Esta habilidad, dice el documento, podría revelar por qué los canes son capaces de orientarse e incluso ‘cazar’ con problemas de vista, oído u olfato. Científicos sospechan que tal habilidad pudo ser heredada de su antepasado, el lobo gris, ante la necesidad de captar la presencia de cuerpos calientes a largas distancias en una cacería.
Los perros tienen la piel lisa y desnuda en la punta de sus narices. Esta oscura y a veces húmeda región se conoce también como rinario y, en el caso de los perros, es rica en nervios. Esto sugiere que el rinario canino tiene la capacidad de no solo detectar olores mediante el olfato sino también el calor. De todas formas, Science advierte que nada de esto sería posible sin la combinación de la nariz con su cerebro, que procesan toda una gama de señales y estímulos en una región específica.
Pueden rastrear animales olfateando sus desechos
En un apartado del artículo “Perros olfateadores de heces rastrean fauna en peligro de extinción” publicado por Science en el año 2015, se describen perros heroicos que son capaces de encontrar niños perdidos y personas accidentadas en una catástrofe natural. Otros, se "ganan la vida" olfateando heces para reinsertar animales en peligro de extinción; sugiere un estudio de Science titulado “Perros olfateadores de heces rastrean fauna en peligro de extinción”. Algunos perros que participaron del estudio han podido diferenciar doce tipos de excrementos distintos, que van desde iguanas hasta glotones.
El programa Caninos de Conservación de la Universidad de Washington es el organismo a cargo de entrenar a los perros en la búsqueda de animales clasificados como en peligro de extinción. Para hacerlo, dice Science, los investigadores utilizan técnicas similares a la identificación de narcóticos con canes en los aeropuertos.