Los 6 mitos populares sobre las arañas que debes conocer
No les atrae tu loción corporal. No se meten en tu boca por la noche. De hecho, no quieren saber nada de ti.
La araña americana de tela de vivero, que se ve aquí, se confunde a menudo con una araña lobo. Hace poco se rumoreó que esta última especie se sentía atraída por cierta crema corporal. Este es uno entre muchos mitos al respecto.
Con cientos de años de mitos infundados sobre las arañas, no es de extrañar que hasta el 6 % de la gente les tenga fobia. El rumor de que una popular crema corporal supuestamente contiene feromonas que las atraen es solo uno de ellos.
Estos animales son criaturas asombrosamente diversas e ingeniosas, con muchas características dignas de admiración. Sin embargo, ninguna de estas cualidades implica la capacidad de meterse en tu boca mientras duermes, poner huevos dentro de tu carne o tu comida o colarse en tu casa por los desagües.
Según Rod Crawford, experto en arañas y conservador de aracnología en el Museo Burke (Estados Unidos), gran parte de lo que se dice de estos invertebrados de ocho patas es un error. "Todo lo que creíamos saber sobre las arañas es falso", asegura el especialista.
Las arañas saltadoras (de la familia Salticidae) suelen moverse como cabría esperar, aunque pueden saltar mientras cazan o se enfrentan a amenazas.
La araña cangrejo de tierra prefiere cazar cerca del suelo (en lugar de atrapar a su presa en una telaraña).
1. Mito: las arañas son insectos
En primer lugar, estos invertebrados no son insectos. Las arañas pertenecen a una clase completamente distinta llamada "arácnidos". Los arácnidos y los insectos difieren tanto como los pájaros y los peces, ejemplifica el experto.
A pesar de su mala fama (perpetuada sobre todo por el mito), las arañas son fenomenales ingenieras de los ecosistemas y son responsables de mantener a raya a cientos de miles de insectos y plagas agrícolas.
Los estudios demuestran que, en algunos ecosistemas, más del 40 % de toda la biomasa de insectos pasa por las arañas, lo que las convierte en las controladoras número uno de esas poblaciones.
"Supongamos que un mago aracnofóbico pudiera agitar una varita mágica y hacer desaparecer todas las arañas", supone Crawford. "Sería la mayor catástrofe ecológica de la historia".
Darles su debido agradecimiento empieza por corregir los rumores poco halagadores que las rodean.
2. Mito: las arañas nos quieren picar
A la mayoría de la gente no le picará una araña en toda su vida. Eso se debe a que a ellas no les interesa interactuar con los humanos. De las más de 50 000 especies que pueblan el planeta, muy pocas entran en contacto con nosotros. No son hematófagas, como los mosquitos, las garrapatas o las chinches, así que no nos buscan.
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Aunque es frecuente despertarse con pequeñas protuberancias y llagas en la piel y culpar a una araña, casi nunca hay motivos para creer que una de ellas sea la responsable del pinchazo, asegura Dimitar Stefanov Dimitrov, experto en evolución de arañas del Museo Universitario de Bergen (Noruega).
Los dos pequeños colmillos de la mayoría de estos invertebrados para morder apenas dejarían una marca lo bastante grande como para ser detectada. "La mayoría de las mordeduras que la gente cree que son de araña probablemente no lo son", sostiene el especialista noruego.
Esta araña cochinilla (llamada así por su alimento favorito, las cochinillas) está acurrucada con las patas recogidas alrededor de la cabeza.
3. Mito: Cada año nos tragamos algunas arañas mientras dormimos
A lo largo de los años, varios foros y publicaciones en Internet han afirmado que nos tragamos hasta ocho arácnidos al año mientras dormimos. Según Crawford, no existe ningún estudio verificado, foto, espécimen recogido, registro médico u observación probada de una araña que se arrastre o intente meterse en la boca de una persona.
Estos pequeños animales no quieren tener nada que ver con nuestras malolientes, húmedas y jadeantes bocas abiertas para respirar pesadamente y roncar mientras dormimos. "A una araña no le atrae nada de eso", asegura el conservador del Museo Burke. "La corriente de aire va a molestar a los pequeños pelos sensoriales que tienen por todo el cuerpo".
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4. Mito: Las arañas ponen huevos en las puntas de los plátanos y otras frutas
Las arañas pueden, ocasionalmente, encontrarse en los almacenes de procesado y en los cargamentos de plátanos, arrastrándose fuera de las cajas en las que viaja la fruta. Esto se debe a que un paquete de plátanos, uvas u otros alimentos de este tipo, puede ser un buen lugar para esconder un saco de diminutos huevos, a salvo de la intemperie y los depredadores.
En todo caso, estos estarían a la vista y fuera de la fruta, no dentro de ella. Ninguna araña hace un agujero en el interior de estos alimentos y pone allí sus huevos, explica Dimitrov.
También es improbable que las arañas abran un agujero en un cactus y le metan un saco de huevos (como sugiere otra leyenda urbana), y mucho menos que lo hinchen, tiemblen y exploten con miles de arácnidos una vez eclosionados.
Aunque hay arañas excavadoras (que excavan casas dentro de la tierra, por ejemplo), no pueden atravesar algo tan duro como frutas o plantas.
Una araña de saco amarilla, una araña doméstica común, descansa sobre una naranja roja.
5. Mito: las arañas pueden poner huevos bajo la piel
La historia es la siguiente: una mujer vuelve de unas vacaciones en un lugar cálido y exótico y se encuentra un bulto en la mejilla que late y crece. Preocupada, acude al médico y, cuando el especialista abre la roncha, cientos de pequeñas arañas salen de ella.
Esto no ha ocurrido nunca. Según Crawford, se trata de una de las leyendas urbanas más extendidas, probablemente inspirada en un cuento alemán de la década de 1840, en el que un forúnculo en la mejilla de una mujer se llena de arañas... porque ha hecho un pacto con el Diablo.
La mayoría de estos pequeños animales no tendrían los medios ni el interés de excavar en la gruesa carne humana y poner allí sus huevos, asegura el experto, y en el raro caso de que una araña mordiera a un humano, inyectaría veneno con sus diminutos colmillos, no pondría huevos.
6. Mito: las arañas se meten en casa por los desagües y las alcantarillas
Algunas arañas han evolucionado para vivir en el exterior y otras para vivir en el interior. En la mayoría de los casos, estas especies diferentes nunca se encontrarán. Aunque puedan entrar accidentalmente, las arañas de exterior que ya viven en climas fríos no tienen ningún interés en refugiarse en nuestros acogedores hogares.
"Alrededor del 95 % de las arañas que se ven en el interior siempre han estado dentro, allí es donde han nacido y crecido", explica el conservador. "Pertenecen a un pequeño número de especies que llevan viviendo alrededor de edificios construidos por los humanos desde que existen esas edificaciones”.
Por eso, encontrar una araña en tu morada e intentar liberarla en la naturaleza es contraproducente.
La araña lobo no teje telarañas y suele cazar en solitario, bien al acecho de una emboscada, bien persiguiendo a su presa a corta distancia.
También por eso estos invertebrados no trepan por tuberías y desagües para instalarse con las personas. Si encuentras una en la bañera o cerca del lavabo, probablemente se trate de una araña doméstica que intenta beber algo, destaca Crawford, ya que las fuentes de agua dentro de casa son escasas.
La araña ya vivía en tu casa y se arrastraba hacia el desagüe. Además, la mayoría de las tuberías de fontanería tienen una sección que atrapa sedimentos constantemente repleta de agua y la mayoría de ellas no podría atravesarla.
La próxima vez que veas una araña en tu casa, recuerda que está más cerca de un compañero de piso que de un intruso. No solo eso, sino que probablemente sean una presencia útil en el ecosistema de tu hogar.