Cuando están infectadas, las orugas monarca se alimentan de algodoncillo que ataca la Ophryocystis elektroscirrha, una enfermedad ...

Día Mundial de los Animales: conoce 5 especies que curan y previenen sus enfermedades

Desde los chimpancés que tratan sus heridas con jugo de insectos hasta pájaros que utilizan cigarrillos para protegerse de garrapatas y piojos, los animales han adoptado formas creativas de cuidarse ante las amenazas para la salud.

Cuando están infectadas, las orugas monarca se alimentan de algodoncillo que ataca la Ophryocystis elektroscirrha, una enfermedad potencialmente letal para ellas y  que puede causarles  deformidades en sus alas. Son una de las muchas especies que se medican más allá del orden de los primates.

Fotografía de Jaime Rojo National Geographic Image Collection
Por Sofia Quaglia
Publicado 3 oct 2024, 07:48 GMT-3

Corría el año 1987 en Tanzania y el chimpancé Chausiku estaba haciendo algo muy peculiar.

El primatólogo Michael Huffman se dio cuenta de que Chausiku estaba masticando la corteza del arbusto Vernonia amygdalina, conocido comúnmente como hoja amarga, una planta que no formaba parte normal de su dieta.

Como la hoja amarga se utiliza en toda África como remedio contra la fiebre palúdica, el dolor de estómago y los parásitos intestinales, Huffman especuló con la posibilidad de que Chausiku se estuviera automedicando, ya que llevaba varios días aletargada y con poco apetito.

Su hipótesis fue recibida con entusiasmo e incredulidad. En efecto, solo 22 horas después, Chausiku volvía a estar sana y llena de energía. Investigaciones posteriores sugirieron que Chausiku podría haber tenido una infección nodular en el intestino. Al analizar la mejora de sus heces, orina y comportamiento, Huffman demostró que se trataba del ejemplo científicamente documentado de automedicación en animales.

Huffman, ahora profesor del Centro de Investigación de la Fauna Salvaje de la Universidad de Kioto, admite que averiguar si un animal se está medicando es algo así como una conjetura. “Solo podemos describir lo que vemos y luego medir los resultados de esas acciones”, explica y agrega: "Como no podemos hablar con los animales, no sabemos lo que piensan cuando se automedican". 

No obstante, cree que en estos comportamientos intervienen tanto factores fisiológicos innatos, como la apetencia por determinados sabores, como otros aprendidos socialmente, como notar una disminución del dolor tras una determinada acción. 

Él y un número creciente de científicos sostienen que la medicación no es algo reservado sólo a los humanos o incluso a especies estrechamente vinculadas, como los primates. Los ejemplos de animales que utilizan medicación están más extendidos y son más variados de lo que se pensaba.

Los investigadores desglosan cinco ejemplos de especies de todo el reino animal que idean formas de combatir enfermedades y prevenir infecciones.

1. Orugas que se automedican para curar infecciones parasitarias

Cuando, en agosto de 1993, el biólogo Michael Singer observó por primera vez en las praderas del sureste de Arizona, al sur de Tucson, a las orugas lanudas del oso (orugas negras y esponjosas que se convierten en polillas tigre), se dio cuenta de que se alimentaban de una gran variedad de plantas en lugar de una selección limitada. “Era un comportamiento muy poco propio de las orugas”, indica Singer, ahora investigador en la Universidad de Wesleyan (Estados Unidos).

Resultó que las orugas estaban enfermas. Como es habitual, estaban infectadas por moscas parásitas que ponen sus huevos en el interior del cuerpo de la oruga, se desarrollan comiéndose sus entrañas y luego estallan, matando a su huésped. El comportamiento de las orugas no era aleatorio: buscaban plantas tóxicas como la artemisa, el Amsinckia y la crotalaria, que contienen alcaloides de pirrolizidina.

Singer pensó inmediatamente en la automedicación. “Cuando hablé por primera vez de esto, me dijeron: 'Imposible, una oruga no va a poder hacer eso, ¿verdad?'”.

Pero una serie de experimentos reveló que, aunque estas orugas solo tienen cuatro papilas gustativas, una está específicamente sintonizada con los alcaloides de pirrolizidina y se activa específicamente para hacer que los productos químicos tóxicos sepan mejor cuando la oruga está enferma de parásitos.

Los experimentos demostraron que las orugas parasitadas que comen alcaloides de pirrolizidina tienen más posibilidades de sobrevivir, aunque los alcaloides siguen siendo tóxicos para las orugas sanas.

Se trata de una compensación similar a los efectos secundarios de los medicamentos para humanos. Según Singer, esto es lo que le convenció de que estas plantas tenían valor terapéutico y medicinal y de que se trataba de un caso de automedicación. 

(Sigue leyendo: Estas mariposas cruzaron el océano Atlántico y realizaron el vuelo más largo jamás registrado para un insecto)

2. Monos y lémures previenen picaduras: usan insectos como repelente

Algunos animales no quieren correr el riesgo de infectarse con garrapatas y mosquitos portadores de enfermedades y que pican, así que utilizan su propia forma de repelente de insectos.

Se ha observado que varias especies de monos capuchinos de Sudamérica y algunas especies de lémures de Madagascar cazan al baboso milpiés Orthoporus dorsovittatus, al que muerden y aplastan con las manos para luego recubrir su pelaje con la sustancia viscosa que rezuma de sus entrañas.

Lo hacían más durante las estaciones en que los mosquitos y otros insectos picadores eran más abundantes. Y en 2003, los científicos descubrieron que estos milpiés segregan unas sustancias químicas tóxicas llamadas benzoquinonas que repelen activamente a los mosquitos.

“¿Significa esto que saben lo que hacen? No necesariamente. Puede que lo hagan porque les hace sentir bien”, sostiene Jacobus De Roode, biólogo evolutivo de la Universidad de Emory. “Pero sí sabemos que el comportamiento ayuda contra las picaduras y las infecciones”.

3. Chimpancés: tratan sus heridas con jugos de insectos

En un estudio de 2022 sobre chimpancés en Gabón, los científicos observaron un total de 76 veces diferentes en que los chimpancés se herían accidentalmente. En 19 de esos casos, los chimpancés se curaron la herida de una forma inusual: con insectos aplastados.

Un chimpancé llamado Freddy, que tenía una herida en el brazo izquierdo, fue visto tomando una hoja y usando su boca para arrancar un insecto no identificado y luego presionarlo suavemente contra la herida. Los chimpancés hacían lo mismo entre ellos: una hembra atrapó un insecto y se lo dio a otro macho no emparentado, que lo aplicó a la herida abierta de otro macho no emparentado. 

Estos comportamientos no fueron “una mera coincidencia”, apunta Simone Pika, investigadora de biocognición comparada de la Universidad de Osnabrück. Sin embargo, no saben si este comportamiento ayuda realmente a aumentar la cicatrización de las heridas.

Pika explica que puede que solo sea una costumbre social que los chimpancés de esa comunidad hayan aprendido, pero dado el “contexto inequívoco” de las heridas, hay razones para creer que se trata de un comportamiento de medicación.

4. Aves urbanas y profilaxis: colillas de cigarrillo en sus nidos

En la Universidad Nacional Autónoma de México, los estudiantes del ecólogo conductista Constantino de Jesús Macías García descubrieron que el elemento artificial más utilizado por las aves locales para hacer sus nidos eran los cigarrillos.

Dado que la nicotina, derivada del tabaco, se utiliza ocasionalmente como repelente de parásitos para las plagas del jardín, su equipo quiso probar si las aves forraban sus casas con trozos de cigarrillos con este fin.

En un experimento con más de 50 nidos de pájaros de pinzones y gorriones domésticos de la zona, el equipo descubrió que los nidos con la celulosa de las colillas fumadas atraían significativamente menos ácaros, piojos y garrapatas que sus homólogos no fumadores. 

También descubrieron que la exposición a esas colillas daña los glóbulos rojos tanto de los polluelos como de los adultos, pero que los polluelos pesan más (lo que indica salud) cuantas más colillas se utilicen en la construcción de sus nidos.

“Aunque es tóxico, el beneficio neto es positivo”, asegura de Jesús Macías García, sugiriendo que se trata de una forma de profilaxis (práctica para prevenir enfermedades) para las aves urbanas. Cree que los cigarrillos se utilizan en lugar de plantas aromáticas que estas aves tendrían disponibles en la naturaleza.

5. Las mariposas monarca previenen infecciones en sus crías

Cuando las mariposas monarca contraen la enfermedad potencialmente letal Ophryocystis elektroscirrha, que deforma las alas, comen tipos de especies de algodoncillo que contienen niveles más altos de cardenólidos, tóxicos para las esporas de la enfermedad dentro de su cuerpo.

En los experimentos, cuando se les dio a elegir, las hembras monarca optaron por poner huevos en el algodoncillo más tóxico, y la probabilidad de que sus huevos se infectaran disminuyó.

“Estas madres básicamente toman decisiones basadas en la futura infección de sus crías”, asegura De Roode. “¿Significa esto intencionalidad? No necesariamente, pero sí significa que la causa de su comportamiento es la infección. Puede que no sepan que están infectadas, puede que sus cuerpos simplemente prefieran las plantas más amargas”.

Pero dado el creciente número de investigaciones que sugieren una amplia variación en los ejemplos de medicación en el mundo animal, la opinión de De Roode es que la medicación en el mundo animal está mucho más extendida de lo que se pensaba.

“Ha sido común desde el principio de los tiempos, tan pronto como hubo animales, tan pronto como hubo parásitos, ha habido formas en que los animales se ocuparon de ellos mismos”, enfatiza De Roode. Así que el panorama general es que se trata de algo extremadamente común, pero muy poco explorado”.

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