
Día de la Tierra 2025: por qué la extinción de las abejas podría desencadenar un caos en el planeta
La abeja marcada en amarillo es la reina de esta colmena (aproximadamente en el centro de la imagen). Normalmente solo hay una reina en una colmena, a la que las abejas obreras alimentan, siguen y protegen. El mundo precisa abejas y otros insectos sanos para polinizar los cultivos, pero los cambios en el uso del suelo que disminuyen la abundancia de flores pueden afectar a los servicios de polinización, señala el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
Las abejas son uno de los mayores polinizadores del planeta y la polinización es esencial, ya que “sustenta la producción de más del 75 % de los cultivos mundiales, como frutas, verduras, frutos secos y semillas”, destaca la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Las abejas contribuyen a la seguridad alimentaria del mundo, proporcionan alimentos de alta calidad (como miel, jalea real y polen) y otros productos como cera o propóleo, y la apicultura (cría de abejas para el aprovechamiento de sus productos) es fuente de trabajo para miles de personas, detalla el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Pese a su importancia, las poblaciones de abejas están disminuyendo a nivel mundial como consecuencia de la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de agroquímicos como los pesticidas, agrega el organismo internacional.
Una buena ocasión para conocer más sobre las abejas y su importancia es el Día de la Tierra, que se celebra cada año el 22 de abril. En esta fecha, descubre por qué su extinción podría provocar un efecto en cadena difícil de dimensionar.

Un apicultor maya utiliza un ahumador de abejas para desorientarlas y poder inspeccionar sus colmenas. La apicultura es una importante actividad económica.
¿Qué ocurriría si desaparecieran todas las abejas?
“Si desaparecieran todas las abejas del mundo, los ecosistemas sufrirían graves consecuencias. Algunas plantas, como muchas orquídeas, son polinizadas exclusivamente por abejas específicas, y morirían sin intervención humana. Esto alteraría la composición de sus hábitats y afectaría a las redes tróficas de las que forman parte, lo que probablemente desencadenaría nuevas extinciones o disminuciones de los organismos dependientes”, advierte la Enciclopedia Britannica (una prestigiosa fuente de conocimiento).
Sumado a eso, muchas plantas que también son polinizadas por otros seres vivos producirían menos semillas y tendrían un menor éxito reproductivo, un hecho que también alteraría los ecosistemas. “Además de las plantas, muchos animales perderían sus presas en caso de mortandad, lo que también afectaría a los sistemas naturales y a las redes alimentarias”, agrega la plataforma de conocimiento.
(Podría interesarte: Cómo una bolsa de patatas fritas alteró todo un ecosistema)

Abejas polinizan flores de cactus en el desierto mexicano. La polinización es fundamental, ya que sustenta la producción de más del 75 % de los cultivos mundiales.
Por qué la extinción de las abejas podría impactar en la disponibilidad de alimentos
Además, teniendo en cuenta que estos insectos polinizan muchas plantas que producen alimentos, su extinción tendría un efecto sobre los sistemas alimentarios, reconoce Britannica. Esto se debe a que, si bien la alimentación humana depende en gran parte de los cereales (que se polinizan con el viento) muchas frutas y verduras son polinizadas por insectos y no podrían cultivarse a tan gran escala, o de forma tan barata, sin las abejas.
“Los arándanos y las cerezas, por ejemplo, dependen de ellas para hasta el 90% de su polinización. Aunque la polinización manual es una posibilidad para la mayoría de los cultivos de frutas y verduras, es laboriosa y cara”, ejemplifica la Enciclopedia. En otras palabras, la ausencia de las abejas afectaría la disponibilidad y diversidad de productos frescos y “la nutrición humana probablemente se resentiría”.
En coincidencia con eso, la FAO advierte que, de continuar la disminución de las poblaciones de abejas, algunos cultivos nutritivos como las frutas, los frutos secos y muchas hortalizas serían sustituidos por cultivos básicos como el arroz, el maíz y las patatas, lo que daría como resultado una dieta desequilibrada. Además, la ausencia de polinizadores “acabaría con el café, las manzanas, las almendras, los tomates y el cacao, por nombrar solo algunos de los cultivos que dependen de la polinización”.
Por lo tanto, “los cultivos que no fueran rentables para la polinización manual o robótica probablemente se perderían o persistirían solo con la dedicación de aficionados humanos”.
En definitiva, la pérdida de abejas provocaría una transformación de la agricultura, la disponibilidad de alimentos y la desaparición de especies. Por eso, el PNUMA destaca la importancia de fortalecer las medidas destinadas a protegerlas.
