Greta Thunberg: “No hemos conseguido nada”

Toda una generación de jóvenes ha tomado este año las calles del mundo exigiendo lo mismo: una acción global implacable frente a la emergencia climática. Fiel reflejo de ello, la Cumbre del Clima que está teniendo lugar en la capital cuenta, por primera vez, con el liderazgo de miles de jóvenes que han llegado desde los rincones más remotos del planeta para tomar parte en la lucha global por la justicia climática.

“En realidad, a pesar de que llevamos luchando casi un año, en cierto modo, no hemos conseguido nada”, afirmó Greta Thunberg el pasado viernes en una rueda de prensa. “Mientras la crisis climática continúa siendo ignorada por quienes tienen que tomar las decisiones, hay personas muriendo a día de hoy. No podemos esperar más”.

A su llegada a Madrid y acompañada de los jóvenes de Fridays for Future, la activista realizó una simbólica sentada a la entrada del pabellón verde de la COP25, que rápidamente tuvo que abandonar ante la presión mediática.

La activista sueca logró movilizar al mundo entero sentándose cada viernes frente al Parlamento de Estocolmo desde agosto del pasado año. Su discurso mordaz, su necesaria impertinencia y, sobre todo, su compromiso para llevar el clima ante la primera línea política dio la vuelta al mundo en pocas semanas. Silenciosa, implacable, la lucha por el planeta acallaba una a una las grandes ciudades del mundo.

Los inicios en España

Hace apenas diez meses, el pasado viernes 22 de febrero, Barcelona se contagiaba del movimiento global y daba la bienvenida a la primera movilización de la juventud por el clima en España. Cuatro días antes, una silenciosa sentada frente a la Generalitat, en Girona, abría paso a las grandes ciudades.

A día de hoy, la capital ya ha abarrotado sus calles con miles de personas en dos ocasiones. “Somos aquellos a los que hemos estado esperando”, rezaba una de las pancartas de la movilización. “Nuestro movimiento es cada vez más grande, está creciendo muchísimo, pero no está teniendo una traducción a nivel político en la mayoría de los lugares”.

Con el claro objetivo de reescribir la historia de lo que nos depara el cambio climático si no actuamos, la juventud no se rinde ante la inacción de los políticos. “La COP25 no puede ser ignorada, cada oportunidad de mejorar la situación debe ser aprovechada”, afirmó Greta. “Realmente espero que esta cumbre nos lleve a algo concreto y que los líderes mundiales y las personas con poder acojan el desafío. Sé que nosotros haremos todo lo que esté en nuestras manos, porque esto no puede seguir siendo ignorado”.

Definida por muchos jóvenes como la manifestación más emocionante en la que han estado, Madrid se ha alzado como el punto de encuentro de miles y miles de jóvenes que han acudido a reunirse en la COP25 y ven reforzados los lazos del movimiento.

“Estoy conociendo activistas de cientos de lugares del mundo que, además de acercarme la situación en cada uno de esos lugares, me inspiran fuerza y siento que esto es más imparable que nunca”, afirma el músico activista alemán Leo Holldack cuando explica, en declaraciones a National Geographic , cómo le ha fascinado conocer a la comunidad indígena.

¿Y la justicia social?

Abanderando el compromiso que necesita esta crisis, los jóvenes defienden que la lucha contra el cambio climático, como base del equilibrio de la naturaleza, es clave para la justicia social.

“No es un problema del futuro, es una emergencia ya, hoy”, afirmó la activista ugandesa Vanessa Nakate en la rueda de prensa que tuvo lugar el viernes en Madrid.

“No deberíamos mirar hacia el futuro para preguntarnos qué pasará y tomar acción, deberíamos mirar a los países que ya están sufriendo las consecuencias de la crisis climática, como Uganda o Kenia, donde la gente está muriendo y se están quedando sin hogar. No queremos declarar la crisis climática. No queremos más promesas, ya tenemos muchas. Queremos que actúen”.

Ahora o nunca: la última COP antes del Acuerdo de París

Para 2030, la humanidad debe estar a medio camino del objetivo marcado en el Acuerdo de París para tener la oportunidad de evitar una catástrofe climática. Este hecho coloca a la COP25 de nuevo en una posición crítica, como última Cumbre previa al arranque del Acuerdo y, por tanto, aquella cuyos objetivos deben ser mucho más ambiciosos que nunca.

“Algunas personas tienen miedo al cambio, por eso tratan tan desesperadamente de silenciarnos, pero es solo una prueba de que nuestras voces están siendo escuchadas”, afirma Thunberg. “Es imposible saber cómo será el mundo en diez años, y eso es también parte del desafío”.

“Tras un año manifestándonos, lo único que se ha hecho es declarar la emergencia climática”, afirma Shari Crespi, activista de Juventud por el Clima España. “Tenemos que parar de dejar la crisis climática en papel mojado”, denuncia.

El coordinador Alejandro Martínez añade que “siendo la última COP antes de que el Acuerdo de París entre en vigor, los acuerdos que se alcancen deben ser muchísimo más ambiciosos de lo que se ha hecho hasta ahora, y eso es lo que esperamos de los políticos, que estén a la altura”.

Reunidos en la capital del país más vulnerable de Europa ante el cambio climático, los jóvenes han logrado llevar la protección del planeta al prime time de los medios por primera vez en la historia. “Esto es solo el principio”, aseguran, confiando en un futuro que, hoy, no existe. “La única cosa que necesitamos más que esperanza, es acción”, afirmó Thunberg. “Hay personas sufriendo, muriendo. No podemos esperar más”.