Según un informe, las sustancias tóxicas “de por vida” son más comunes en el agua de red de lo que se pensaba

Unas pruebas realizadas por un órgano de control ambiental muestran que una clase de químicos denominados PFAS circulan por docenas de ciudades norteamericanas. Aquí te contamos lo que deberías saber.

Por Sarah Gibbens
Publicado 5 feb 2020, 10:09 GMT-3
Cottage Grove, Minnesota, es el hogar de una fábrica que ha estado quemando sustancias perfluoroalquiladas y ...
Cottage Grove, Minnesota, es el hogar de una fábrica que ha estado quemando sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por su sigla en inglés) desde la década de 1950 para productos repelentes de agua y antimanchas.
Fotografía de Daniel Acker, Bloomberg/Getty Images

PUEDE QUE NO reconozcas el nombre PFAS, sigla en inglés para sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, pero es probable que estés en contacto con ellas regularmente, posiblemente múltiples veces y a diario. Y hasta es probable que las consumas.

Es simple: las PFAS, una clase de más de 4000 químicos diferentes, están en todos lados. Aparecen en todo, desde artículos para el hogar hasta envoltorios de comida rápida. Y hasta están en nuestra sangre. Además, una nueva investigación publicada esta semana por la organización sin fines de lucro Environmental Working Group (EWG), muestra que también se encuentran en el agua de red.

El público en general y aquellos responsables de las políticas públicas están tomando nota.

En diciembre, un proyecto de ley sobre gastos militares incorporó nuevas normas sobre PFAS, aunque los ambientalistas señalan que las medidas incluidas no son suficientes para ocuparse de modo significativo de la contaminación. A principios de este mes, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una resolución (H.R. 535) que se someterá a votación en el Senado a finales de este año. Y, en septiembre, la película Aguas oscuras (Dark Waters) nos brindó una toma ficticia de un artículo del New York Times sobre cómo Rob Bilott, un abogado corporativo, luchó contra DuPont, uno de los mayores contaminantes de PFAS.

“Si comparamos lo que sabemos de estos químicos con el plomo, entonces estoy en condiciones de admitir que el plomo es más peligroso. Si comparamos lo que sabemos con lo que sabíamos alrededor de 50 años atrás, es difícil saber cuál ganará”, señala Cindy Hu, científica de datos de Harvard, quien participó de un equipo de investigación que, en 2016, halló que, al menos, seis millones de norteamericanos estaban bebiendo PFAS-agua contaminada que excedía las recomendaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (United States Environmental Protection Agency, EPA).

¿Qué son y dónde se encuentran las PFAS?

Las PFAS se han utilizado en productos comerciales desde la década de 1940. Son creadas al unir carbono con flúor, uno de los lazos más fuertes que se puede hacer en química orgánica. Es ese lazo la raíz del porqué las PFAS se usan para fabricar artículos resistentes a la humedad, al calor y a las manchas. Algunas de las PFAS más comúnmente utilizadas, como el PFOS y el PFOA (ácido sulfonato de perfluorooctano y ácido perfluorooctanoico), tienen una vida media prolongada lo que les ha hecho ganar el título de “químicos de por vida”.

En 44 pruebas de diferentes agua de red de 31 estados, la organización EWG descubrió que 43 excedían el límite considerado seguro de acuerdo a sus propios estándares. 

“Creo que es una de las mayores amenazas de tomar agua y las personas no tienen una idea clara de ello, además de que ha estado en nuestras vidas por décadas”, afirma David Andrews, científico sénior de EWG, quien participó del informe.

Entramos en contacto con PFAS mediante las cosas que compramos como muebles y ropa, pero, según la EPA, la gran parte de la contaminación del agua de red es el resultado de las instalaciones cercanas que manipulan PFAS, como las fábricas o las depuradoras de aguas residuales. El filtro de agua promedio que suele tenerse en los hogares no es capaz de remover PFAS, pero hay filtros más grandes y más caros que aseguran eliminan PFAS.

Solo en dos de las áreas en las que EWG hizo las pruebas —Brunswick County, Carolina del Norte, y Quad Cities, Iowa— se obtuvieron muestras de agua que excedían los límites de EPA para PFOS y PFOA. Para ambos químicos, EPA tiene una recomendación de salud: no deberían exceder las 70 partes por billón (ppt) en suministros de agua. Las recomendaciones de salud funcionan de manera diferente que la lista de EPA de químicos oficialmente regulados; esencialmente es la manera que tiene la agencia de avisar que un químico no debería encontrarse en el agua potable. Pero las recomendaciones no tienen fuerza de ley.

La EWG recomienda una cantidad mucho menor ya que establece que cualquier muestra que exceda el 1 ppt podría ser potencialmente nociva. Su límite se basa en una variedad de estudios sobre PFAS en roedores y humanos.

Hu no está de acuerdo con la manera en que la EWG escrutó sus muestras. Sus resultados muestran cualquier químico dentro de la clase PFAS, en vez de tener en cuenta los químicos individualmente como las PFOA y las PFOS. Hu agrega que los científicos no han llegado a un consenso sobre si controlar a las PFAS de manera individual o como clase.

¿Quién está en peligro?

Cuando Wilbur Earl Tennant, productor agrícola en Parkersburg, West Virginia, perdió más de cien bovinos, sospechó que la cercana fábrica DuPont estaba envenenando el suelo y la tierra del lugar. Una demanda contra la empresa realizada en 2017 reveló que DuPont estaba arrojando PFOA, el tipo de PFAS utilizado en artículos de cocina antiadherentes y en impermeables, en un basurero adyacente a la granja de Tennant.

La demanda impulsó un informe de 852 páginas del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (Center for Disease Control and Prevention, CDC) en 2018 que mostró que la EPA sobrestimaba la cantidad de químicos PFAS que las personas podían consumir de forma segura. El estudio mostró que existía relación entre 14 químicos PFAS diferentes y el cáncer, los defectos congénitos, la enfermedad tiroidea y el daño hepático. Otros estudios de PFAS han relacionado el consumo con el colesterol alto y los trastornos neurológicos.

Aunque aquellos que viven al lado de los principales fabricantes que usan PFAS son quienes mayor riesgo tienen, los productos hechos con varias sustancias PFAS son tan ubicuos —productos de limpieza, ollas antiadherentes, impermeables, alfombras antimanchas, envoltorios de comida— que casi todo el mundo los tiene en sus cuerpos. La pruebas regulares realizadas por la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades hallaron las sustancias en casi todas las muestras de sangre que tomaron.

Notablemente, los niveles de PFOS y PFOA han disminuido desde 1999 cuando la agencia comenzó a tomar las muestras. Es probable que eso haya ocurrido porque no se han estado fabricando en los Estados Unidos desde principios de 2000, pero se pueden encontrar en productos importados como textiles, alfombras y plástico. Las alternativas PFAS al PFOA y al PFOS también se han relacionado con complicaciones de salud. En un informe de toxicidad de dos populares reemplazos, la EPA descubrió que ambos podrían ocasionar daño hepático, deterioro del sistema inmunológico y problemas de reproducción.

Cuando se le preguntó sobre el último informe de EWG a un representante de EPA, este destacó el Plan de acción de PFAS de la agencia, que dicen “compromete a la agencia a tomar medidas importantes que mejorarán cómo investiga, controla, detecta y aborda las sustancias PFAS”.

¿Qué se está haciendo al respecto?

Sobre la prevalencia de PFAS encontrada en su estudio, Andrews señala que “es una clara señal de que tanto EPA como su habilidad para establecer estándares de agua potable limpia están completamente averiados”.
Los químicos encontrados en el agua de red están regulados por la Ley de agua potable segura (Safe Drinking Water Act) que fue promulgada en 1974. Sin embargo, desde 1996 que no se agrega ningún químico nuevo a la lista porque una enmienda permitió a EPA, en vez de al Congreso, decidir cuándo agregar un nuevo químico en su repertorio normativo. Además, esta enmienda hace que sea aún más difícil probar que un químico fue una amenaza a la salud humana irrefutablemente.

El último diciembre, la agencia sometió a PFOS y PFOA a revisión interna. Su destino normativo sigue siendo deliberado.

Para sortear la inacción federal, muchos estados han establecido sus propios límites sobre PFAS. Y algunas compañías se han comprometido a sacar de sus negocios los químicos PFAS conocidos. 

“Desde ya hace un tiempo que EPA ha tenido a PFOS y PFOA en su radar. Tenemos bastante evidencia para establecer un estándar de agua potable, así que solo resta saber cuán difícil es para ellos establecer pautas de agua de red o de disminución gradual de químicos que tengan efectos perjudiciales para la salud”, explica Laurel Schaider, científico de investigación del Instituto Silent Spring.

Schaider no cree que el proyecto de ley de la Cámara que incluye a las sustancias PFAS obtenga los suficientes votos en el Senado como para ser aprobado, pero sí cree que los estados continuarán estableciendo sus propias pautas.
 

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