¿Qué se sabe sobre los inusuales casos de coágulos de sangre relacionados con la vacuna de J&J?
Los expertos están intentando averiguar cómo diagnosticar y trata rápidamente los coágulos excepcionales relacionados tanto con la vacuna de Johnson & Johnson como con la de AstraZeneca.
En Estados Unidos, se ha suspendido la vacuna de Johnson & Johnson mientras se espera que los funcionarios federales investiguen varios casos inusuales de coágulos de sangre.
Los científicos están comenzando a descifrar qué provoca la extraña pero grave reacción que hoy se asocia con las vacunas contra el coronavirus de Johnson & Johnson y AstraZeneca.
El síndrome, denominado trombosis venosa cerebral severa (CVST, por su sigla en inglés), se da cuando los coágulos se forman en venas que trasladan sangre desde el cerebro, y provoca accidentes cerebrovasculares u otros daños a dicho órgano. Ayer, las autoridades sanitarias federales de los Estados Unidos recomendaron interrumpir el uso de la vacuna Johnson & Johnson de una única dosis luego de que se haya informado que seis mujeres en Estados Unidos sufrieron coágulos de sangre en el cerebro dentro de las dos semanas posteriores a su vacunación. Una de ellas murió y otra se encuentra en el hospital en condición crítica. A estos casos se suman los informes similares de CVST en pacientes de Europa que recibieron la vacuna de AstraZeneca.
Los coágulos de sangre se tratan normalmente con heparina, un anticoagulante ampliamente utilizado. Pero dicha droga puede empeorar los coágulos relacionados con la vacuna y provocar el síndrome, dado que el cuerpo reacciona a la heparina de una manera que la incita a producir más coágulos en vez de reducirlos. Es por ello que los expertos señalan que es fundamental distinguir estos coágulos de los del tipo común y determinar qué condiciones subyacentes hacen que algunas personas sean más vulnerables a desarrollar CVST.
Los expertos recalcan que las personas que ya se han dado la vacuna no deberían entrar en pánico. Casi siete millones de estadounidenses han recibido la vacuna de Johnson & Johnson, lo que implica que estas reacciones adversas son extremadamente raras. Sin embargo, Food and Drug Administration, FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) recomienda que las personas que ya recibieron la vacuna de Johnson & Johnson se comuniquen con sus médicos si sienten dolores de cabeza fuertes, dolor abdominal grave, dolor de piernas o dificultad respiratoria. Todos estos síntomas podrían indicar la presencia de coágulos de sangre.
"En la mayoría de los casos, hay un patrón evidente de síntomas graves (no es simplemente que no se durmió bien) y hay una ventana de entre seis y catorce días luego de la vacunación, que es muy útil para diagnosticarlos", explica James Bussel, hematólogo y oncólogo pediátrico en Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York.
Según los informes actuales, la posibilidad de experimentar esta complicación es solo de uno en un millón de casos y los expertos indican que los beneficios de vacunarse superan ampliamente los riesgos de no vacunarse.
Según una declaración conjunta de Peter Marks, director de Center for Biologics Evaluation and Research (Centro de Evaluación e Investigación Biológica) de la FDA y Anne Schuchat, directora adjunta principal de Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC por su sigla en inglés), interrumpir el uso de la vacuna de Johnson & Johnson se dio “como precaución extrema” y por el singular tratamiento que estos coágulos requieren.
Johnson & Johnson también decidió interrumpir los ensayos clínicos y retrasar la vacunación en Europa mientras “trabaja estrechamente con expertos médicos y autoridades sanitarias” y “revisa los casos con las autoridades sanitarias europeas”.
“Queremos resolver esto lo más pronto posible y esa es la razón de la interrupción; en otras palabras, lo demoramos un poco", explicó en una conferencia de prensa el martes Anthony Fauci, director de National Institute of Allergy and Infectious Diseases (Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas). "Queremos que tanto la FDA como los CDC investiguen esto minuciosamente".
Buenas noticias: es tratable
Mientras millones de personas se vacunan, los expertos esperan que algunas miles desarrollen coágulos de sangre. Pero, según Theodore Warkentin, profesor de McMaster University en Ontario, Canadá, y experto en coágulos inusuales provocados por heparina, el CVST es un caso muy excepcional.
Está convencido de que las vacunas son las culpables por una combinación de factores. En primer lugar, las complicaciones se dan dentro de la primera y la segunda semana luego de la vacunación, y los extremadamente inusuales coágulos de sangre que se forman en las venas que drenan sangre desde el cerebro indican CVST. Los pacientes también están mostrando un fenómeno dual de caída de recuento plaquetario mientras una enorme cantidad de anticuerpos ataca a las plaquetas, un componente en la sangre que ayuda con la coagulación.
En dos informes científicos que se publicaron la semana pasada en New England Journal of Medicine (NEJM), un equipo de científicos europeos y canadienses evaluó los casos de coágulos severos que surgieron en Europa con la vacuna de AstraZeneca; un equipo descubrió que esta condición se asemejaba a un efecto secundario inusual denominado trombocitopenia inducida por heparina (HIT, por su sigla en inglés), que lo desencadena la droga.
Dada la similitud con HIT, los investigadores están denominando al nuevo desorden "trombocitopenia inmune trombótica inducida por vacuna" (VTTT, por su sigla en inglés).
"Es evidente que la vacuna se relaciona con esta extraña complicación", explica Warkentin, coautor de uno de los informes de NEJM. "Hay pruebas irrefutables".
No sabemos todavía si hay determinantes genéticos u otras predisposiciones obvias que podrían hacer que las personas sean susceptibles de desarrollar esa condición.
"Por la investigación de HIT, sabemos que podemos predecir quién desarrollará este desorden", afirma Warkentin.
Lo que se sabe es que tiende a afectar a las mujeres jóvenes. Las seis pacientes de Estados Unidos eran mujeres que tenían entre 18 y 48 años, y la gran mayoría de los pacientes en Europa tenían menos de 60 años de edad. Los expertos no pueden asegurar el por qué, pero tienen algunas pistas.
"Todavía no se sabe si los anticonceptivos orales son el denominador común", señala Nigel Key, director del centro de hemofilia y trombosis de la Facultad de Medicina de University of North Carolina. Y agrega que hay otras posibilidades que podrían hacer que las mujeres sean más susceptibles a los coágulos, como los embarazos previos.
Los síntomas de VITT son relativamente fáciles de identificar y hay una combinación de pruebas que pueden determinar si el paciente tiene este extraño coágulo de sangre.
Por ejemplo, un examen de sangre puede determinar si el recuento plaquetario es bajo y los estudios por imágenes, como las resonancias magnéticas, pueden confirmar si existe daño neurológico. Una terapia denominada inmunoglobulina intravenosa, un producto sanguíneo que se usa para reforzar la deficiencia de anticuerpos y por el cual se aplican anticoagulantes sin heparina, podría romper los coágulos.
"Es una condición grave si la contraes, y las formas graves pueden ser bastantes peligrosas", indica Warkentin. "Pero es tratable".
Nuevas percepciones sobre el verdadero culpable
Los investigadores están abriéndose a nuevas percepciones sobre el mecanismo detrás de los coágulos de sangre ya que están estudiando las reacciones a la vacuna de AstraZeneca, que se formula con la misma tecnología que la de Johnson & Johnson. Desde el 4 de abril, EudraVigilance, la base de datos de seguridad de fármacos de la Unión Europea, tenía informes de 169 casos totales de CVST en alrededor de 34 millones de personas en Europa y el Reino Unido que habían sido vacunados con la dosis de AstraZeneca.
Todavía no se sabe con claridad por qué un tipo de vacuna provoca estos efectos secundarios peligrosos mientras las otras no, aunque algunos científicos creen que la estrategia utilizada tanto por AstraZeneca como por Johnson & Johnson podría influir.
Todas las actuales vacunas contra el coronavirus están diseñadas para hacer que el sistema inmune fabrique anticuerpos contra la proteína clave del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. Esta proteína en espícula se encuentra en la superficie del virus y se une a la proteína ACE2 de las células del ser humano. Las vacunas tanto de AstraZeneca como de Johnson & Johnson usan fragmentos de ADN para indicarles a las células humanas cómo producir la proteína en espícula. Ambas también usan virus de resfriado modificados, denominados adenovirus, para entregar estas porciones de material genético a las células receptoras.
Cuando las células reciben las instrucciones genéticas, agitan las proteínas en espícula. El sistema inmune ve a las proteínas en espícula como intrusas y manda a los anticuerpos que reconocen al virus real del SARS-CoV-2 y lo bloquean para que no se una ni infecte a las células. En cambio, las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech usan tecnología de ARN mensajero para enviar las instrucciones genéticas a la proteína en espícula y no usan adenovirus o ADN.
Hoy se cree que el síndrome que produce los coágulos es desencadenado por una reacción sistémica inmune intensa a la vacuna, que, de alguna manera, impulsa la producción de anticuerpos que activan plaquetas.
"Esta es una peculiar constelación de cosas", señala Alfred Lee, hematólogo y director del programa de becas de hematología y oncología de la Facultad de medicina de Yale en New Haven", "ese es probablemente el mecanismo real específico de las vacunas".