¿Dedos de COVID? El fenómeno de los pies hinchados intriga a los científicos
La hinchazón y coloración (en algunos casos dolorosa) de los dedos de los pies son algunos de los síntomas más extraños que se observaron desde el comienzo de la pandemia. Los expertos buscan determinar si esto guarda relación con la COVID-19.
Los sabañones o eritemas pernios son la inflamación dolorosa de los pequeños vasos sanguíneos de la piel que se producen en respuesta a la exposición prolongada al frío. Durante la etapa inicial de la pandemia, los médicos atendieron a muchos pacientes con sabañones, lo que les hizo preguntarse si era causado por el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19.
Lisa Arkin vio más dedos de los pies hinchados y enrojecidos durante los primeros meses de la pandemia que durante toda su carrera.
Arkin, dermatóloga pediátrica de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, solía tratar tan solo a un par de pacientes con lesiones temporales en la piel (llamadas eritema pernio o sabañón) cada año.
Pero en abril de 2020, cuando surgieron por primera vez los casos de COVID-19, atendió a 30 pacientes con eritemas pernios, también llamados sabañones.
"Las salas de urgencia de repente se llenaron de pacientes con los dedos de los pies morados, que se quejaban de hinchazón, ampollas, incomodidad y dolor", cuenta Arkin. "Fue realmente sorprendente".
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Varios dermatólogos en otras partes de los Estados Unidos y en todo el mundo donde los casos de COVID-19 estaban aumentando, también informaron casos de personas con lesiones de color rojo-púrpura, a menudo en los dedos de los pies.
Los sabañones generalmente comienzan con una sensación de picazón ardiente en los dedos de los pies seguida de coloración, que generalmente se resuelve sin tratamiento en unas pocas semanas.
Sin embargo, en algunos casos inusuales, la afección duró meses e incluso hasta un año o más.
"En su forma más leve, las personas se quejan de que es como una picazón suave", explica Esther Freeman, dermatóloga y epidemióloga de la Escuela de Medicina de Harvard. "En su versión más grave, es tan doloroso que algunos pacientes no pueden ponerse los zapatos durante un par de semanas".
Los médicos comenzaron a preguntarse si los sabañones se debían al SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. En los últimos dos años, los científicos han estudiado miles de sabañones pandémicos o casos de "dedos de COVID" en todo el mundo, examinando la sangre y las biopsias de piel para responder esa pregunta. Esto es lo que sabemos hasta ahora.
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¿Qué son los dedos de COVID?
No es raro que las infecciones virales, como el sarampión, la varicela y la mononucleosis, causen una erupción de ampollas, pequeños bultos o manchas en diferentes partes del cuerpo. Estos síntomas surgen cuando el sistema inmunológico del cuerpo responde al virus o a las células de la piel dañadas por dicho patógeno.
De manera similar, los dermatólogos han identificado una variedad de afecciones de la piel, incluidos los sabañones, asociados con la COVID-19.
"Si se hubiera preguntado a 100 dermatólogos antes de la pandemia qué erupciones esperaban ver con un virus, los sabañones no habrían aparecido en la lista; no habrían estado ni entre los 50 primeros", asegura Freeman. "Los sabañones rara vez se han asociado con un virus", añadió.
Muchos de los pacientes afectados (a menudo niños y adultos jóvenes), nunca desarrollaron los síntomas típicos de la COVID-19, como tos, fiebre y dolor muscular. Si lo hicieron, sus síntomas fueron leves.
Las lesiones (que suelen desarrollarse tras la exposición prolongada a condiciones de frío y humedad y que también pueden afectar a los dedos, los talones, las orejas y la nariz) solían aparecer entre una y cuatro semanas después de una prueba positiva de COVID-19.
Sin embargo, muchos pacientes con "dedos de COVID", incluidos varios de los pacientes jóvenes de Arkin, tuvieron una prueba de PCR negativa y carecían de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, lo que sugiere que probablemente nunca tuvieron COVID-19.
De manera similar, un estudio realizado en el norte de California encontró que solo 17 de 456 pacientes diagnosticados con sabañones entre abril y diciembre de 2020, dieron positivo para la COVID-19 mediante una prueba de PCR y solo uno de 97 a quienes se les tomaron muestras de sangre para anticuerpos específicos del SARS-CoV-2, dio positivo.
Todo ello a pesar de que en 2020 se produjo un repunte de los casos de sabañones en comparación con los registrados en la región entre 2016 y 2019.
"Por eso es tan difícil y confuso entender si está asociado con la COVID", comenta Arkin.
¿Qué causa los dedos de COVID?
En algunos estudios, los investigadores detectaron la presencia de partículas de virus en las biopsias de piel de los dedos de los pies de pacientes con COVID, lo que sugiere una relación con el SARS-CoV-2, pero los expertos no están convencidos de esos hallazgos.
Un estudio publicado en octubre del año pasado en el British Journal of Dermatology fue uno de los informes que sugirieron que una respuesta inmune agresiva a una exposición al SARS-CoV-2 puede ser responsable de los "dedos de COVID".
Los investigadores estudiaron las muestras de sangre y de piel de 50 pacientes (varios de los cuales presentaban síntomas de la COVID-19, como tos, fatiga y fiebre) que tuvieron esos sabañones por primera vez en abril de 2020 y dieron negativo en una prueba de PCR.
El estudio demostró que, en comparación con las personas sanas, los pacientes con "dedos de COVID" tenían altos niveles de proteínas inmunitarias, llamadas autoanticuerpos, en su sangre que dañaban erróneamente sus propios tejidos sanos.
También tenían niveles elevados de unas proteínas denominadas interferones de tipo I, que constituyen una primera línea de defensa contra las infecciones virales.
"La forma en que se lo expliqué a mis pacientes es que los 'dedos de COVID' son algo bueno”, sostiene Freeman. "Sus cuerpos hicieron un trabajo bastante bueno al combatir el virus y, de hecho, tuvieron una respuesta inmune apropiada en la que había una gran cantidad de estos interferones. Y un efecto secundario de tener todos estos interferones alrededor es que los dedos de los pies se vuelven morados".
Esta potente producción de interferones puede ayudar a los pacientes con "dedos de COVID" a eliminar la infección por SARS-CoV-2 antes de que se formen los anticuerpos específicos de la COVID-19, lo que podría explicar por qué muchos de estos pacientes dan negativo en las pruebas de anticuerpos.
Además, la producción de ciertos interferones tipo I es mayor en niños y adultos jóvenes y disminuye con la edad, lo que podría explicar por qué los "dedos de COVID" son más comunes en ese grupo demográfico.
Además, "sabemos que las personas que padecen interferonopatías, que son enfermedades genéticas en las que hay una producción excesiva de interferón, presentan lesiones parecidas al eritema pernio (sabañones]", afirma Lindy Fox, dermatóloga de la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos.
El año pasado, algunas personas también desarrollaron lesiones parecidas a sabañones poco después de recibir su vacuna de ARNm COVID-19.
"Afortunadamente, no es muy común", aclara Freeman. "Pero sí parece posible que algunos pacientes generen una respuesta de interferón similar después de la vacunación, como lo hacen las personas con el propio virus".
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Pero el aumento de los niveles de interferón tipo I por sí solo no alcanza para explicar los eritemas pernios pandémicos. Por ejemplo, los pacientes con hepatitis viral y cáncer son tratados con interferones para eliminar el virus o detener y destruir el crecimiento de las células cancerosas, pero los interferones no inducen afecciones cutáneas similares a las de los sabañones.
Algunos expertos sugieren que puede haber casos de "dedos de COVID" que no tienen nada que ver con el virus, pero sí con el comportamiento pandémico.
Las personas no usaban tanto zapatos y calcetines mientras se quedaban en casa, lo que podría haber inducido eritemas pernios pandémicos en algunas personas, sospecha Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, Estados Unidos. Aunque "esto requeriría más análisis", agrega.
Hasta que los expertos puedan rastrear una huella definitiva de SARS-CoV-2 en pacientes con "dedos de COVID", esa asociación seguirá siendo objeto de especulación. "Hay muchas preguntas abiertas", enfatiza Arkin, "y puede haber más misterios que respuestas".