Por qué la vitamina B es clave para tener un cerebro saludable
Se trata de un grupo fundamental para la salud en general. ¿Cuáles son, dónde se encuentran y de qué manera su déficit impacta en el cerebro?
Carpaccio de ternera, mostaza dijon, ensalada de judías verdes picadas, nueces, yema de huevo cruda, yogur, deleitó a la multitud en el restaurante Mizlala en Tel Aviv, Israel. Las vitaminas B están presentes en ciertos grupos de alimentos como huevos, pescados y otro tipo de carne.
Las B son un grupo de ocho vitaminas que desempeñan funciones esenciales estrechamente relacionadas entre sí en el funcionamiento celular “y son absolutamente esenciales para todos los aspectos de la función cerebral”, revela el artículo Las vitaminas B y el cerebro: mecanismos, dosis y eficacia: una revisión, publicado en 2016 en la revista Nutrients.
Los efectos colectivos de las vitaminas B son frecuentes en numerosos aspectos de la función cerebral, incluida la producción de energía y la síntesis y reparación de ADN y ARN, explica el documento.
Cómo se compone el grupo de vitaminas B
Según introduce el artículo, el grupo de las vitaminas B comprende: la tiamina (B1), la riboflavina (B2), la niacina (B3), el ácido pantoténico (B5), la vitamina B6, el ácido fólico (B9) y la vitamina B12.
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Cómo impacta el déficit de vitamina B en el cerebro
Según el artículo, “la importancia de todas las vitaminas B para la función cerebral queda ilustrada por los síntomas neurológicos y psiquiátricos comúnmente asociados con la deficiencia de cualquiera de estas ocho vitaminas”.
Para ilustrarlo, el escrito contiene una tabla en la cual advierte sobre algunos síntomas de deficiencia específicos del cerebro. En el caso de la tiamina son: irritabilidad, trastornos emocionales, confusión, trastornos del sueño, pérdida de memoria, síndrome de Wernicke-Korsakoff (neurodegeneración, dentro del tálamo medial y el cerebelo), amnesia, apatía y confabulación.
En cambio, los síntomas de deficiencia de riboflavina son: debilidad, ardor o picazón en los ojos, dermatitis y anemia. Mientras que los efectos en el cerebro son: fatiga, cambio de personalidad y disfunción cerebral, según advierte el artículo.
Cápsulas llenas en una mano humana enguantada.
Por su parte, la escasez de niacina puede generar síntomas como depresión, ansiedad, vértigo, pérdida de memoria o paranoia. Mientras que la deficiencia de ácido pantoténico puede generar encefalopatía o cambios de comportamiento.
De acuerdo al artículo, la deficiencia de vitamina B6 provoca algunos síntomas como anemia, irritabilidad, alteración del estado de alerta, depresión, deterioro cognitivo, demencia o convulsiones. En el caso de la escasez de biotina, los efectos pueden ser: depresión, letargo, alucinaciones y convulsiones.
En tanto, la deficiencia de vitaminas B9 y B12 puede provocar “trastornos afectivos, cambios de comportamiento, psicosis, deterioro o declive cognitivo o demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular)”.
En qué alimentos se encuentran las vitaminas del complejo B
Continuando con las precisiones del escrito publicado en Nutrients, la tiamina se encuentra en los “cereales (especialmente granos integrales), arroz integral, vegetales verdes, papas, pasta, hígado, cerdo y huevos”; la riboflavina en lácteos, hortalizas de hoja, legumbres, hígado, riñones, levadura y setas; y la niacina en carne, pescado, cereales integrales, legumbres, champiñones y frutos secos.
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El ácido pantoténico en carne, cereales integrales y brócoli; la B6 en carne, pescado, legumbres, frutos secos, plátanos y patatas; la biotina en huevos, hígado, cerdo y verduras de hoja; la B9 en hortalizas de hoja, legumbres y cítricos; y la B12 en carne, pescado y otros productos animales.