Cómo se contagia la Lepra
Esta enfermedad infecciosa sigue afectando a la población mundial. Sin embargo, con los nuevos tratamientos puede tratarse si se detecta en tiempo y forma.
Una colonia de leprosos establecida por misioneros médicos estadounidenses en Sunchon, Corea (1945).
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por el bacilo Mycobacterium leprae. Según información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se detectaron 127 558 nuevos casos de esta enfermedad en 2020 a nivel mundial.
De ese total registrado, 8629 casos corresponden a menores de 15 años, lo que da como resultado una tasa de detección de nuevos casos en la población infantil de 4.4 por millón de niños.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que al menos unos 24 países de América Latina han notificado casos de lepra. Entre ellos, se cita a Colombia, Cuba, Argentina, México, Paraguay, República Dominicana, Venezuela y Brasil, este último acumulando el 94% de los casos en toda la región.
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Cómo se contagia la lepra
Las gotículas respiratorias expulsadas desde la boca y nariz son probablemente el modo en que la lepra se contrae, afirma la OMS. Por ello, el contacto cercano y frecuente con personas que no han recibido tratamiento son las formas más comunes de contagio.
La enfermedad no es altamente infecciosa y puede curarse mediante tratamiento gratuito, señala la OPS. La lepra puede curarse con poliquimioterapia, una técnica médica que combina diferentes fármacos antineoplásicos para tratar de aumentar la eficacia del tratamiento.
En los últimos 20 años, la poliquimioterapia trató y curó más de 16 millones de personas que contrajeron lepra y, el objetivo final, es la erradicación total de la patología.
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Cuáles son los síntomas de la Lepra
El promedio de incubación de la enfermedad es de cinco años y los primeros síntomas pueden aparecer en el primer año, indica la OMS. No obstante, su manifestación puede tardar dos décadas o más.
La OPS reconoce los siguientes síntomas:
- Manchas claras, oscuras, nódulos en la piel.
- Pérdida de la sensibilidad en la zona donde se presentan manchas.
- Debilitación muscular.
- Sensación de hormigueo en manos y pies.
Además, la entidad internacional alerta que cuando los casos no se tratan al inicio de la sintomatología, la enfermedad puede causar secuelas progresivas y permanentes en la piel, los nervios, extremidades y los ojos tales como deformidades y mutilaciones; reducción de la movilidad de las extremidades y ceguera.