Epilepsia: qué es y cómo actuar cuando ocurre un ataque
Para generar conciencia sobre la enfermedad, se creó el Día Internacional de la Epilepsia, un evento que se celebra anualmente en febrero.
Se implantan electrodos de neurociencia en el cerebro de un paciente epiléptico para identificar el origen de la convulsión, lo que permite a los neurocirujanos determinar qué tejido cerebral extraer.
La epilepsia es una enfermedad en la que se produce una alteración de la actividad de las células nerviosas del cerebro, lo que provoca convulsiones que pueden llevar a la pérdida de conciencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 50 millones de personas padecen epilepsia, lo que la convierte en una de las enfermedades neurológicas más comunes en todo el mundo. Para generar concienciación sobre la enfermedad, la Oficina Internacional de Epilepsia (OIE) y la Liga Internacional contra la Epilepsia (Ilae) establecieron el Día Internacional de la Epilepsia.
El evento se celebra anualmente el segundo lunes de febrero en más de 140 países y, según las instituciones médicas internacionales, es una poderosa oportunidad para poner de relieve los problemas a los que se enfrentan las personas con epilepsia, sus familias y cuidadores, en todas las regiones del mundo.
Qué es la epilepsia y cómo afecta a las personas
Según la OMS, los episodios convulsivos característicos de la enfermedad son el resultado de descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales que pueden producirse en distintas partes del cerebro. Pueden ir desde brevísimos lapsus de atención o espasmos musculares hasta convulsiones graves y prolongadas. Los ataques también pueden variar en frecuencia, desde menos de uno al año hasta varios al día.
Sin embargo, un ataque no significa sufrir epilepsia. Tal como indica la OMS, hasta el 10% de las personas de todo el mundo sufren al menos una crisis convulsiva a lo largo de su vida. La epilepsia se define como la presencia de dos o más crisis no provocadas.
Entre las causas de esta afección, la organización internacional señala que prácticamente todas las personas están expuestas a desarrollar epilepsia. Esto se debe a que las causas de la enfermedad son variadas o desconocidas en aproximadamente el 50% de los casos.
Algunas de las causas conocidas de la epilepsia son:
- Daños cerebrales por causas prenatales y perinatales (pérdida de oxígeno o traumatismo durante el parto, bajo peso al nacer);
- Anomalías congénitas o afecciones genéticas asociadas a malformaciones cerebrales;
- Lesiones graves en la cabeza;
- Accidente cerebrovascular (ictus) que restringe la cantidad de oxígeno que llega al cerebro;
- Infecciones cerebrales como meningitis, encefalitis o neurocisticercosis;
- Tumores cerebrales.
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Cómo ayudar a alguien en caso de crisis epiléptica
Durante los episodios de crisis epilépticas, los amigos y familiares de la persona que padece la enfermedad no deben dejarse llevar por el pánico y pueden seguir algunos pasos para evitar posibles lesiones y complicaciones. La Liga Suiza contra la Epilepsia, organización que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por la enfermedad, hace las siguientes recomendaciones:
1. Mantener la calma
El primer paso sugerido es mantener la calma, especialmente si tanto vos como la persona en crisis se encuentran en público. El pánico puede causar más daños que un ataque epiléptico.
2. Acostar al paciente a los primeros síntomas
Si notas los primeros síntomas de un ataque epiléptico (la persona se ha quedado repentinamente muy quieta y callada, tiene la mirada fija o movimientos musculares involuntarios en la cara) la Liga Suiza recomienda tumbarse, ya sea en el suelo, en el sofá o en la cama.
3. Retirar los objetos que puedan causar lesiones
Los expertos piden que se preste atención a los objetos que puedan lesionar a la persona durante las convulsiones provocadas por el ataque.
Cuando la persona esté tumbada, se recomienda retirar de su alcance muebles pequeños u objetos puntiagudos, afilados, duros o calientes. Observa si hay algún objeto en las manos de la persona o si lleva gafas, por ejemplo, que también deben quitarse por precaución. Si es necesario, aleja a la persona de una zona peligrosa tirando de ella por el tronco.
4. No intentar detener un ataque
"Una vez que ha comenzado, es prácticamente imposible detener un ataque epiléptico", informa la Liga Suiza. La organización advierte de que quien asista a una persona que esté sufriendo una crisis epiléptica no debe intentar detenerla gritando, moviéndola, sacudiéndola o haciéndole oler perfumes fuertes.
La institución también explica que no es aconsejable intentar sujetar a la persona que convulsiona. Esto puede perjudicarle tanto a usted como a la persona en crisis.
5. Ayudar tras la crisis
Una vez pasada la convulsión, se recomienda colocar a la persona en una posición lateral estable para despejar las vías respiratorias y evitar el ahogo y la asfixia con flujo de saliva y posibles vómitos.
Asimismo, se recomienda aflojar la ropa del enfermo (como aflojar la corbata o el cuello) para facilitar la respiración.
Si la persona sufre varios ataques seguidos sin un periodo de consciencia entre ellos, la recomendación es llamar a un médico o a una ambulancia. Lo mismo ocurre en los casos en que los episodios duran más de tres minutos o si se producen lesiones.