¿El cáncer de útero llega a su fin?
Los nuevos datos sugieren que una sola dosis de la vacuna contra el VPH es tan eficaz como dos o tres, lo que tiene enormes implicaciones para la lucha contra el cáncer de cuello uterino.
Las vacunas contra el VPH existen desde 2006, pero son onerosas de distribuir porque requieren múltiples dosis. Pero esto podría cambiar a medida que surjan nuevas pruebas sobre la eficacia de una sola dosis, lo que también permitiría a los países ampliar sus programas de vacunación.
El cáncer de cuello uterino suele denominarse "asesino silencioso" porque no presenta signos evidentes de alerta precoz. Es el cuarto cáncer más frecuente entre las mujeres y mata a más de 300 000 al año en todo el mundo.
Pero, ¿y si pudiéramos protegernos mejor contra el virus que causa la mayoría de los tumores de cuello de útero?
El virus del papiloma humano, más conocido como VPH, es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes en el mundo porque suele circular sin causar síntomas molestias. Pero puede causar verrugas genitales y diversos cánceres tanto en hombres como en mujeres, y está impulsando el reciente aumento del cáncer de garganta en los hombres.
Aunque existen vacunas que previenen el VPH desde 2006, los expertos afirman que un nuevo avance puede poner al alcance el objetivo mundial de vacunar al 90% de las niñas menores de 15 años.
La revelación en cuestión es más sencilla de lo que cabría esperar: las nuevas pruebas sugieren que las vacunas contra el VPH son eficaces después de una sola dosis, en lugar de las dos o tres que se recomiendan actualmente en la mayoría de los países. En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejó cambiar a una sola dosis de la vacuna, explicando que no solo es eficaz, sino que también facilitará su distribución, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
"Son vacunas extraordinarias. Son increíblemente potentes a la hora de prevenir la infección", afirma Andrew Pollard, presidente del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido. "Creo que veremos un mundo en el que el cáncer de cuello de útero será una rareza".
El Reino Unido es uno de los más de 20 países que han anunciado planes para cambiar a una dosis única, un grupo que también incluye a Australia, Irlanda y México. Pero, ¿seguirán su ejemplo otros países?
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Un descubrimiento sorprendente
El primer indicio de que una dosis de la vacuna funciona tan bien como dos o tres se produjo de forma un tanto inesperada, como resultado de estudios realizados en Costa Rica y la India, que estaban probando dosis múltiples. En ambos casos, los investigadores examinaron posteriormente a mujeres que solo habían recibido una dosis, y esos estudios revelaron que seguía siendo notablemente eficaz.
"Existe una justificación biológica muy sólida para esperar que una sola dosis funcione", explica Ruanne Barnabas, jefa de enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts, quien dirige el estudio KEN SHE, un ensayo clínico aleatorizado que investiga la eficacia de la vacuna de dosis única en mujeres keniatas de entre 15 y 20 años.
Normalmente, explica, las vacunas como la del VPH se administran en dosis múltiples porque solo utilizan parte del virus para provocar una respuesta inmunitaria. Pero las proteínas de la vacuna contra el VPH se comportan de forma algo diferente: se reensamblan para imitar al virus completo, por lo que es plausible que la vacuna pueda ser más protectora.
Cada vez hay más pruebas que respaldan esta hipótesis. El año pasado, el estudio KEN SHE informó de que la dosis única tenía una eficacia del 98% a los 18 meses, y los nuevos datos publicados el mes pasado muestran que se ha mantenido hasta los 36 meses. Mientras tanto, los resultados de un estudio que comparaba la eficacia de la vacuna en las mujeres keniatas con la de las niñas de 9 a 14 años en Tanzania mostraron que sus respuestas inmunitarias eran iguales, lo que sugiere que una dosis única podría ser igual de eficaz en el grupo de edad más joven.
Por último, los estudios de seguimiento de las mujeres y niñas de los estudios originales de la India y Costa Rica muestran que sus respuestas inmunitarias siguen siendo fuertes más de una década después de haber recibido accidentalmente una sola dosis. Para Pollard, se trata de una prueba especialmente convincente a la hora de sopesar la conveniencia de recomendar un cambio en el programa de vacunación del Reino Unido.
"Si los niveles de anticuerpos se mantienen absolutamente sólidos durante 10 años, no van a caer de repente por un precipicio. El sistema inmunitario no hace eso", señala.
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¿Por qué es importante?
Si se siguen acumulando pruebas a favor de la vacuna de dosis única, cambiaría las reglas del juego, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.
Estos países se enfrentan a grandes retos a la hora de distribuir las vacunas contra el VPH y, en consecuencia, sufren la mayor carga, es decir, alrededor del 90% de las muertes por cáncer de cuello de útero.
El primer reto es encontrar a las personas que necesitan las vacunas en primer lugar, dice Greg Widmyer, asesor principal de inmunización de la Fundación Bill y Melinda Gates, quien financió el estudio KEN SHE. Ya es bastante difícil conseguir que las niñas preadolescentes y adolescentes acudan a una clínica una vez para vacunarse, pero ¿que vuelvan para una segunda dosis, o una tercera? "Observamos un gran descenso", indica.
Poner varias vacunas también es caro, y no solo por las inyecciones en sí. Widmyer señala que cada vez que se administra una dosis hay que pagar el tiempo del personal, el transporte y otros gastos generales. Para algunos países, estos costes de una vacuna de dos o tres dosis pueden ser tan prohibitivos que ni siquiera se molestan en establecer un programa de vacunación; otros países están empezando a introducir la vacuna.
Con la dosis única, añade Greg, el canal para llegar a las niñas "se abre completamente": se pueden establecer clínicas de vacunación en lugares donde las niñas ya estén allí, desde escuelas a peluquerías u otros lugares de sus comunidades.
Pero también podría ser una victoria en todas partes. El cambio a una dosis única garantizaría un mayor reparto de vacunas, lo que significa que los países podrían vacunar a un mayor número de personas para alcanzar la inmunidad de rebaño, es decir, el punto en el que suficientes personas se han vacunado o infectado de forma natural para que la población en su conjunto sea inmune a una enfermedad. Bernabé señala que los países que ya permiten la vacunación entre los varones y los grupos de mayor edad han observado una disminución "realmente espectacular" del número de lesiones precancerosas y verrugas y de cánceres.
En el caso del Reino Unido, Pollard afirma que se trató principalmente de una cuestión de eficacia. "Esta decisión se basó en los nuevos datos, que dejaban muy claro que no íbamos a perder protección por bajar a una dosis y, por tanto, ¿por qué no hacerlo?".
¿El fin del cáncer de cuello de útero?
Aún no está claro cuándo (o si) otros países darán el salto a una sola dosis de la vacuna. Es posible que algunos esperen obtener más pruebas de los estudios en curso, incluido un ensayo que evalúa la eficacia de una dosis única entre 20 000 niñas de 12 a 16 años en Costa Rica. Se espera que este estudio alcance su punto final dentro de dos años.
Pero los expertos creen que el impulso va en aumento. "Creo firmemente que la eliminación del cáncer cervicouterino es posible", declaró la subdirectora general de la OMS, la Dra. Princess Nothemba (Nono) Simelela, en un comunicado de prensa en el que anunciaba la decisión de la organización de aconsejar el cambio a una dosis única. "Esta recomendación de una sola dosis tiene el potencial de llevarnos más rápidamente a nuestro objetivo de tener al 90% de las niñas vacunadas a la edad de 15 años para 2030".
Sin embargo, Pollard advierte que probablemente pasarán décadas antes de que veamos el verdadero impacto en el cáncer de cuello uterino porque muchas mujeres ya han sido diagnosticadas. "Lo que estamos haciendo es comprar hoy vidas que se habrían perdido en el futuro", afirma.
Pero tanto él como otros expertos coinciden en que sería transformador y aportaría más equidad al sistema sanitario mundial.
"En África, cada familia conoce a una mujer que ha sufrido este cáncer. Y es un cáncer feo. Lleva a estas mujeres a un final doloroso y en cierto modo deshumanizado", afirma Widmyer. Para quienes viven en países de ingresos más altos, añade, "el privilegio de no conocer a nadie que haya muerto de esta manera es bastante único".