¿Existe un “horario mágico” para irse a dormir?
Expertos en el estudio del sueño señalan que hay otros factores al momento de descansar que son prioritarios antes de elegir un horario específico. Entre ellos, destacan el nivel de actividad diurno.
Un hombre descansa en un banco del Parque Yoyogi de Tokio.
La duración del sueño varía de acuerdo a las circunstancias personales y va más allá del rango etario y género. Entre distintas variables, los factores genéticos y las actividades que cada individuo realiza día a día determinan no solo la cantidad de horas a descansar sino también el horario en el que se acuesta a dormir.
Según el Instituto Nacional de Medicina (NIH) de los Estados Unidos, el sueño debe recibir el mismo nivel de atención que el cuidado de la nutrición y el ejercicio diario.
¿Cuántas horas es recomendado dormir?
La rutina semanal en un amplio espectro de las personas adultas lleva a descansar menos horas durante la semana y recuperar horas de sueño durante los fines de semana. Por tanto, el estudio suscitado por NIH con adultos mayores de 18 años (18 a 65) respalda que no existe un “horario mágico” para irse a dormir siempre y cuando el valor umbral del sueño diario (horas totales en las que cada persona duerme) oscile entre las 7 y 9 horas de sueño por la noche.
(Relacionado: ¿Sufres de insomnio? 11 consejos para evitarlo)
Cabe destacar que el estudio del Instituto Nacional de Medicina indica tales parámetros de sueño (siete a nueve horas) únicamente por la noche, por lo que aquellas personas que necesitan dormir durante el día por índoles laborales o personales no está contemplada dentro del estudio.
En tanto, un segundo apartado de NIH junto a la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM, por sus siglas en inglês) llamado “Alteración del sueño diurno en el trabajo por turnos de noche”, dice que la alteración del sueño diurno asociada con el trabajo de noche puede derivar en la alteración de los patrones de sueño y el estrés en las personas.
La privación del sueño y el agotamiento golpean a un oficial de policía. Spokane, Washington (Estados Unidos).
Incluso, fundamenta que el sueño inadecuado o perturbado es un problema crítico para la salud y la seguridad de aquellos que trabajan por la noche y duermen durante el día. El trastorno de insomnio, en tal caso, prevalece el doble que en aquellas personas que, aunque padecen de insomnio, descansan por la noche; concluye el documento.
Por último, si bien NIH se centra en las horas sugeridas de sueño, también destaca otras dimensiones importantes más allá de la cuantificación al momento de dormir. Entre ellas, la eficiencia del sueño (proporción del tiempo en la cama realmente dormido), el horario del sueño (hora de acostarse y despertarse), la arquitectura del sueño (etapas del sueño), la consistencia del sueño (variabilidad diaria en la duración del sueño), la consolidación del sueño (organización del sueño a lo largo de la noche) y la satisfacción del sueño.
(Te podría interesar: ¿Los animales también sueñan?)
Cómo influye el horario del sueño en la salud
Tanto el horario al acostarse como la consistencia del sueño pueden ser características importantes para mejorar la salud del sueño, argumenta NIH en su segundo documento “Horario de sueño, consistencia del sueño y salud en adultos: una revisión sistemática”. El tiempo de sueño más tardío y una mayor variabilidad del sueño está asociado con resultados adversos para la salud, mientras que prepararse para dormir (un horario consistente para acostarse luego de cenar y evitar la luz artificial) ayuda a regularizar los patrones del sueño REM prolongado.
Bajo el sueño REM, el cerebro y el organismo humano se energiza y allí es cuando ocurren los sueños más vívidos. Esta actividad participa en el proceso de almacenamiento de recuerdos, el aprendizaje y ocupa un 25% del ciclo total en los primeros 70 a 90 minutos después de comenzar el descanso, argumenta NIH en un estudio acerca del evento.
Las estimaciones del estudio no brindan datos acerca de cuál es el horario indicado para acostarse a dormir, pero sí la cantidad de horas necesarias durante la noche. No dormir lo suficiente por la noche generalmente está asociado con problemas de salud tales como la somnolencia diurna, fatiga, estado de ánimo deprimido, funcionamiento deficiente durante el día y otros problemas de salud y seguridad. Tales como obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y depresión, concluye NIH.
