Así reacciona el cuerpo cuando sentimos miedo
Huesos como cráneos y fémures presentes en un enorme osario en el Cementerio de los Inocentes, en París, Francia.
Entre las reacciones orgánicas más comunes de los humanos, las emociones (como el miedo) juegan un rol crucial al momento de adaptarse y sobrevivir a las situaciones del entorno. Son una forma de expresar lo que le está sucediendo a una persona, explica el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) junto a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través de un documento.
Las personas experimentan emociones a diario y, aunque algunas son más agradables que otras, es incorrecto hablar de emociones buenas y malas. Lo importante es saber reconocerlas. Entre las más comunes, el documento destaca: ira, sorpresa, alegría y tristeza.
El miedo es una más de la lista que funciona como alerta para las personas ante una situación de riesgo o amenaza. Al igual que todas las emociones, el miedo se exterioriza en respuestas corporales. Cuando se percibe, señala la UNAM, aumentan las palpitaciones, el cuerpo comienza a sudar y la respiración es más agitada. Sin embargo, no todas las personas temen a las mismas cosas por igual.
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Por qué el miedo puede salvarte la vida
Para tomar buenas decisiones, es necesario contener la cordura y “guardar el equilibrio entre lo racional e irracional”, indica la universidad. A su vez, el miedo es capaz de salvar la vida a una persona porque ante la sensación de amenaza, la respuesta es huir al peligro, evitarlo o combatirlo.
El miedo, a su vez, reprime el instinto lúdico, frena la iniciativa a tomar otras decisiones y pone en segundo lugar la creatividad de la mente humana. A pesar de esto, funciona como una alarma psicológica que avisa de amenazas para la integridad física y el bienestar de la persona.
Es una de las pocas emociones básicas que el ser humano comparte junto con los animales. Entre las cosas más comunes que generan miedo, la UNAM menciona: las grandes alturas, los animales peligrosos, las lesiones corporales, las enfermedades, los lugares públicos abiertos, el tráfico, hablar en público, y los espacios estrechos. En el caso de los niños, la oscuridad suele ser un factor de temor durante la niñez, aunque suele disminuir con la edad.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando tenemos miedo?
El miedo se expresa tanto en el cuerpo como en la mente de las personas, explica la universidad mexicana. Además, puede manifestarse en diferentes niveles: cognitivo, fisiológico, conductual y neuronal.
A nivel cognitivo, el miedo se transforma en imágenes y pensamientos interpretativos acerca del estímulo o situación a la que se teme. A nivel fisiológico, esta emoción se presenta en cambios corporales como la aceleración del ritmo cardiaco y la respiración, la contracción muscular junto al temblor de piernas y manos, la sudoración, y la aparición de expresiones faciales (como palidez).
Además, en el nivel conductual se expresan las acciones que, a raíz del miedo, aparecen en el cuerpo. Tales como paralizarse, escapar o llorar.
En el plano neuronal, el miedo nace en una región cerebral llamada amígdala, en el sistema límbico, que es el encargado de regular las emociones y funciones de conservación de la integridad de la persona. Según la UNAM, entre las áreas cerebrales más activas ante la sensación de miedo se encuentran:
- Tálamo: decide dónde enviar datos sensoriales entrantes (ojos, oídos, boca, piel).
- Córtex sensorial: interpreta los datos sensoriales.
- Hipocampo: almacena y recupera recuerdos conscientes y contextualiza la situación en la que una persona se encuentra cuando siente miedo.
- Amígdala: decodifica las emociones y determina cuál es la posible amenaza. A su vez, almacena recuerdos de las emociones y del miedo.
- Hipotálamo: esta región cerebral activa la respuesta conocida como lucha o huida.
¿Qué es la reacción de lucha o huida?
Así como la UNAM menciona que uno de los instintos primarios ante la sensación de miedo es el estado de alerta, muchas veces un peligro de vida o muerte implica huir o luchar. La reacción de lucha o huida es un mecanismo automático de supervivencia que prepara al organismo para tomar estas acciones en el peor de los escenarios.
Si bien es una respuesta natural ante la amenaza que prepara al cuerpo para reaccionar, la universidad mexicana menciona que existen casos donde tal reacción puede resultar incómoda porque se desconoce el motivo por el cual está ocurriendo.
Entre sus reacciones corporales se destacan los pensamientos apresurados, una visión más aguda y la palpitación acelerada.
Incluso, cuando la persona teme o se enfrenta a una amenaza, el cuerpo detiene la digestión durante esta situación y es por este motivo que se puede evidenciar resequedad en la boca. En cambio, la energía puesta en el aparato digestivo es dirigida hacia los músculos, que se tensan y se preparan para actuar rápidamente.
Por último, los músculos de la vejiga pueden relajarse en respuesta a la tensión extrema a la que el cuerpo es expuesto ante la sensación de miedo, explica la universidad. La respiración se torna más rápida y breve, como ya se ha mencionado.
No obstante, no estar acostumbrado a esta clase de estímulos puede derivar en la sensación de vértigo o mareo debido al desequilibrio del control en la respiración.