Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos: las 5 claves para evitar consumir carne de pollo en mal estado
Aunque pueden servir como condimento, el vinagre y el limón no eliminan las bacterias del pollo. Arriba, un plato de pollo frito en un restaurante de Nueva York, Estados Unidos.
Creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018, el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos llama la atención sobre una cuestión esencial para la vida humana: la calidad de los alimentos que consumimos. Y la carne de pollo es una parte importante, ya que es la proteína animal más consumida per cápita por la población.
El dato proviene de una investigación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Tal como indica la investigación, se espera que para el año 2031 el 41% de toda la carne consumida sea de pollo, lo que exige prestar atención a la manipulación, almacenamiento y consumo de este producto. Al fin y al cabo, cifras recientes de la ONU estiman que “1 de cada 10 personas enferma tras consumir alimentos contaminados”.
En tanto, unas 420 000 personas mueren cada año como consecuencia de una intoxicación alimentaria, y los niños menores de cinco años, en particular, se encuentran entre los más afectados (se producen unas 125 000 muertes anuales en este grupo), según datos de la ONU disponibles en la Biblioteca Virtual de Salud, el portal de información del gobierno brasileño.
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Las 5 claves para evitar comer pollo en mal estado
En el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, y con el objetivo de saber cómo identificar si la carne de pollo está contaminada, National Geographic consultó a una especialista que explica 5 puntos esenciales a tener en cuenta al momento de manipular, almacenar y consumir este alimento. Lee sus recomendaciones, a continuación:
1) Detectar las señales que advierten que la carne de pollo no está en buenas condiciones
El olor fuerte y desagradable, así como una tonalidad verdosa, son signos de que el pollo no está en buen estado. Para conservarlo y protegerlo de la contaminación, debe conservarse a una temperatura inferior a 4 grados.
“Los principales indicadores de que la carne de pollo está intoxicada, o no está en buen estado para el consumo, son el olor fuerte y desagradable y el color del alimento”, explica Edvânia Soares, nutricionista brasileña con posgrado en Nutrición Clínica Deportiva y Vigilancia de la Salud.
La especialista también comenta que hay que fijarse en los “tonos verdosos o amarillos fuertes” de la carne de pollo, así como en la textura, que se vuelve “más viscosa y pegajosa”, dice. “Si presenta alguno de estos signos, tanto de color como de olor y textura, hay que descartarlo”, subraya la nutricionista.
2) Conocer que las bacterias y los químicos pueden intoxicar la carne de pollo
La nutricionista advierte que, más que las sustancias, son las bacterias las responsables de las intoxicaciones más comunes de la carne de pollo. “Salmonella y Escherichia coli son las más comunes en este tipo de carne, que también puede contener toxinas producidas por estas bacterias”, explica Soares.
Pero los productos químicos, dependiendo del proceso de industrialización, manipulación y almacenamiento, también afectan a este tipo de carne, dejándola contaminada, dice la experta.
3) Tener en cuenta que el limón y el vinagre no ayudan a eliminar las bacterias del pollo
“El limón y el vinagre pueden ayudar a reducir el olor y mejorar el sabor, pero no sirven para 'matar bacterias' en el pollo o minimizar su proliferación”, aclara la experta brasileña.
Según la profesional, ninguna de estas dos sustancias es “fiable para desinfectar el producto”, pero pueden utilizarse como condimento, aclara.
4) Conservar correctamente la carne de pollo
La carne de pollo es la proteína animal más elegida a nivel mundial. Se espera que para el año 2031 la ingesta ascienda al 41% de toda la carne consumida.
“Para proteger la carne de pollo de la contaminación, debe conservarse refrigerada a una temperatura inferior a 4 grados o congelada a -18 grados si no se va a consumir inmediatamente”, destaca.
También dice que la carne de pollo, cuando se refrigera, tiene una vida útil de 72 horas y debe almacenarse en un “recipiente limpio y cerrado para garantizar que no haya contaminación cruzada”.
La nutricionista advierte que, para librar al pollo de posibles microorganismos, la carne cocinada debe alcanzar una temperatura interna de 74 grados. Además, los utensilios utilizados para manipular el pollo crudo no deben reutilizarse durante la cocción. “Esta es también una medida importante para evitar la contaminación cruzada”.
5) Observar el aspecto de la carne de pollo para saber si es buena para su consumo
“La carne de pollo sana tiene un color uniforme, generalmente más pálido, sin manchas ni decoloraciones”, detalla la profesional. Además, la textura debe ser firme: “Al tocar la carne, esta es consistente, sin exceso de líquido, sin olores fuertes o extraños”. Estos son signos de que la carne es fresca, concluye Soares.