Por qué la alimentación tradicional de Okinawa es la receta para la longevidad
Chouju-zen, o comida de la longevidad, se muestra en una bandeja en Ogimi, Okinawa, Japón.
La dieta mediterránea recibe mucha atención por ser uno de los enfoques alimentarios más saludables del planeta, y bien merecido lo tiene. Pero hay otro modo de alimentación supersaludable que a menudo se pasa por alto: la dieta tradicional de Okinawa, repleta de alimentos de origen vegetal, antiinflamatoria y rica en antioxidantes y fitoquímicos, compuestos vegetales beneficiosos para la salud.
De hecho, la comida tradicional de Okinawa se asocia a una mayor longevidad en comparación con los hábitos alimentarios de otras partes del mundo.
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Cuáles son los beneficios de la alimentación tradicional de Okinawa
Okinawa es una de las famosas zonas azules, las regiones geográficas del mundo con mayor concentración de personas que viven hasta los 100 años o más. Aunque no hay tantos estudios sobre los beneficios de la dieta okinawense como sobre la mediterránea, los principios dietéticos que la sustentan son sólidos y cada vez más estudios revelan cómo esta alimentación puede contribuir a una buena salud.
Por ejemplo, cuando las personas siguieron una alimentación basada en Okinawa durante 12 semanas, no solo perdieron peso, sino que también disminuyeron sus niveles de azúcar en sangre, insulina y colesterol, y experimentaron cambios positivos en su microbiota intestinal, según un estudio publicado en el número de 2023 de la revista Nutrients.
¿Qué hace que la dieta tradicional de Okinawa sea tan beneficiosa para la salud humana? Hay muchos factores.
“Es baja en densidad calórica y alta en densidad de nutrientes y fibra”, afirma Craig Willcox, profesor de gerontología de la Universidad Internacional de Okinawa y jefe de investigación y codirector del Centro de Investigación de Okinawa para la Ciencia de la Longevidad.
“Es rica en fitonutrientes, incluidos muchos antioxidantes. Tiene una carga glucémica baja y es antiinflamatoria”. Esto es significativo, añade Willcox, porque “la inflamación crónica de bajo grado a nivel celular impulsa el proceso de envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad, como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer”.
Miyagi Misako, de 88 años, en su casa del pueblo. En Japón, Ogimi se llama el “pueblo de la longevidad”. La señora Misako revela que nunca ha estado enferma en su vida y que sigue cuidando su huerto, en el que cultiva frutas y verduras.
La dieta también es beneficiosa para la función inmunitaria. Las investigaciones han descubierto que las personas que comen regularmente verduras y frutas de Okinawa tienen niveles más altos de anticuerpos (incluidas IgA, IgG e IgM) que ayudan a proteger el cuerpo de infecciones víricas y bacterianas.
Además, cada vez se reconoce más que los alimentos de la dieta okinawense pueden contribuir a la salud cerebral a largo plazo, ayudando a reducir el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo relacionado con la edad.
“Si te interesa un envejecimiento saludable, es la dieta perfecta”, sostiene Willcox. “Muchos de estos alimentos activan el FOXO3, el gen de la longevidad, que ralentiza el acortamiento de los telómeros y reduce la inflamación”. (Los telómeros son las tapas protectoras de los extremos de los cromosomas, que impiden que el material genético de su interior se desenrede; como resultado, ayudan a determinar la rapidez con que envejecen las células).
El origen de la alimentación de Okinawa: cuáles son los alimentos esenciales
Situada en las islas más meridionales de Japón, Okinawa alberga una de las poblaciones más longevas del mundo. Se cree que esto está relacionado con la alimentación tradicional y el estilo de vida en general, dice Asako Miyashita, dietista en Nueva York que creció en Japón. “Pasan mucho tiempo al aire libre y comen pequeñas cantidades de cada alimento a lo largo del día, todo con moderación”.
Comparada con la dieta mediterránea y el plan DASH (expresión que corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión), la dieta tradicional de Okinawa es la más baja en grasas (sobre todo saturadas) y la más alta en hidratos de carbono.
De hecho, las proporciones de macronutrientes en la dieta okinawense se inclinan en gran medida hacia los hidratos de carbono de buena calidad (como las batatas, otros tubérculos y verduras de hoja verde), con un 85 % de hidratos de carbono frente a un 9 % de proteínas y un 6 % de grasas, incluidos los ácidos grasos omega 3.
En la alimentación tradicional de Okinawa, el hidrato de carbono básico es la batata, rica en antioxidantes (no solo la variedad naranja, sino también la morada y la blanca), en lugar del arroz, como en la dieta japonesa. “El boniato es un carbohidrato de alta calidad, por lo que no afecta a los niveles de azúcar en sangre”, aclara Willcox.
Otros productos básicos son grandes cantidades de alimentos a base de soja (soja, tofu y sopa de miso), verduras de hoja verde (espinacas, hojas de mostaza, mizuna y col), legumbres, tubérculos (zanahorias, taro, calabaza, calabacín y rábano daikon), setas, algas, pescado, frutas (melón amargo, uvas, plátanos y papaya verde) y pequeñas cantidades de carne (sobre todo de cerdo).
Sus bebidas favoritas son el té (sobre todo de jazmín) y el sake. Los condimentos más utilizados son la cúrcuma, el jengibre, los copos de bonito, la salsa de soja y el ajo.
De hecho, un estudio descubrió que el tofu y varios tipos de algas eran los alimentos más consumidos entre los residentes del pueblo de Ogimi, en el extremo norte de Okinawa. Las algas contienen muchos minerales, que ayudan a mantener un buen equilibrio electrolítico en el cuerpo y protegen la función neurológica y cerebral, dice Miyashita.
En un día caluroso, las mujeres de Okinawa se reúnen alrededor de grandes cuencos preparando sake para el Festival Ungami en Ogimi.
“Es una dieta extraordinariamente saludable porque se adhiere al tema fundamental de la alimentación sana: son alimentos reales, principalmente vegetales, en un conjunto sensato y equilibrado”, asegura David Katz, especialista en medicina preventiva, ex presidente del Colegio Americano de Medicina del Estilo de Vida y coautor de How to Eat: All Your Food and Diet Questions Answered (Cómo comer: respuestas a todas tus preguntas sobre alimentación y dietas).
“Una nutrición óptima hace que todo funcione bien para que sigas funcionando bien. Al poner buen combustible en el depósito, estás optimizando el motor y, en esencia, te estás desintoxicando cada día”.
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Otro aspecto destacable de la comida tradicional de Okinawa es el concepto de la comida como medicina, afirma Willcox, coautor de El Programa Okinawa: Cómo las personas más longevas del mundo logran una salud eterna y cómo tú también puedes hacerlo. En la dieta tradicional okinawense, las plantas, incluidas hierbas y especias, se utilizan a menudo con fines terapéuticos.
Por ejemplo, se sabe que el té de jazmín ajusta el sistema nervioso autónomo de forma que tiene un efecto relajante, señala Miyashita. Y la investigación ha demostrado que beber regularmente té Ishimaki, rico en antioxidantes (hecho de extractos de hojas de Ooitabi, una planta nativa de Okinawa) durante tres meses puede reducir la presión sanguínea y mejorar las anomalías lipídicas.
Entre los productos que están notablemente ausentes de la dieta tradicional de Okinawa: alimentos procesados, azúcares refinados y mucha carne roja. Y “no hay muchos lácteos porque no tenían animales para producirlos”, aclara Keith Ayoob, dietista en Nueva York y profesora asociada emérita de pediatría en la Facultad de Medicina Albert Einstein.
“Lo que tiene en común con la dieta mediterránea es que no se diseñó para tratar una enfermedad crónica”, dice Ayoob. “Simplemente formaba parte de su cultura y evolucionó”.
Alimentación de Okinawa: qué es el hara hachi bu
Parte de la magia de la dieta tradicional se debe a la actitud de los okinawenses ante la comida.
Ellos adoptan un concepto llamado hara hachi bu, una práctica que anima a la gente a dejar de comer cuando se sienten llenos en un 80%. “Es una muy buena recomendación”, considera Ayoob, “porque puede que ahora te sientas lleno al 80 %, pero dentro de 15 o 20 minutos puede que te sientas lleno al 100 %”. Esto se debe a que el cerebro tarda ese tiempo en registrar la sensación de saciedad.
Además de evitar comer en exceso, esta práctica permite una forma natural de restricción calórica leve que ayuda a controlar el peso, a tener una digestión saludable y a la salud metabólica. Y como la dieta basada principalmente en plantas es baja en calorías, alta en nutrientes y alta en volumen, dice Willcox, contribuye a la saciedad y al control del peso.
Tradicionalmente, “los habitantes de Okinawa han sido delgados, lo cual es saludable”, afirma Katz.
En las últimas décadas, la forma tradicional de comer en Okinawa ha dado paso a un enfoque más occidentalizado.
Es posible que esta tendencia comenzara cuando los militares estadounidenses trajeron a Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial el Spam, un producto enlatado de carne de cerdo de color rosa, que se adoptó rápidamente en platos locales favoritos como el champuru (un plato salteado).
Desde entonces, el arroz blanco y los huevos se han vuelto más comunes en Okinawa, y los locales de comida rápida han proliferado en la isla. No es de extrañar que la obesidad y la hipertensión hayan aumentado en Okinawa en los últimos años.
Si los habitantes de Okinawa y de otros lugares pudieran volver a la alimentación tradicional okinawense, su salud mejoraría mucho, dicen los expertos. También es bueno para el planeta. “Hoy en día, cualquier debate sobre comida y salud debe abordar la sostenibilidad y la salud planetaria”, subraya Katz. “La gente ha vivido con la dieta de Okinawa durante generaciones. Es sostenible”.