Este simio de 3 metros fue el primate más grande de la historia. ¿Por qué desapareció?
Un simio gigante conocido como Gigantopithecus blacki sobrevivió durante dos millones de años en los densos bosques de China, comiendo frutas y hojas. En este Día Internacional de los Primates, conoce más sobre él.
Un grupo de Gigantopithecus blacki, el primate más grande que ha existido, representado en un bosque del sur de China. Cuando los frondosos bosques dieron paso a praderas abiertas, este simio gigante se vio arrastrado a la extinción.
Nunca ha existido un primate tan grande como el Gigantopithecus blacki. Los adultos de este antiguo simio medían unos 3 metros y podían pesar más de 220 kilogramos, y deambulaban por los espesos bosques de la antigua China durante la última Edad de Hielo.
Desde su descubrimiento hace casi un siglo, los paleontólogos se han preguntado por qué se extinguió este impresionante herbívoro. Pero ahora, un nuevo análisis sugiere que el singular estilo de vida del primate lo hizo vulnerable. Al cambiar rápidamente el hábitat boscoso de Gigantopithecus, el simio no pudo adaptarse a las praderas en expansión.
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Un estudio publicado en enero de 2024 en Nature combina fechas geológicas, registros de polen y pistas conservadas en el interior de dientes fósiles para presentar una cronología detallada de cuándo y cómo se extinguió el Gigantopithecus blacki. Los resultados revelan con todo detalle el declive y la desaparición final de la criatura.
Gigantopithecus blacki medía unos 3 metros y pesaba más de 220 kilos, lo que lo convierte en el primate más grande conocido.
Cuándo desapareció el primate más grande del mundo
“Mi colega Yingi Zhang llevaba más de diez años trabajando en las pruebas de G. blacki”, explica Kira Westaway, autora principal del nuevo estudio y geocronóloga de la Universidad Macquarie de Sidney (Australia). Una de las mayores incógnitas era el momento de la desaparición del primate gigante.
Westaway trabajó para obtener fechas más precisas para los sedimentos en los que se han encontrado fósiles de Gigantopithecus. Si los investigadores conseguían determinar la cronología, podrían investigar mejor cómo era el mundo de Gigantopithecus y qué pudo erradicar al simio.
Aunque los expertos habían especulado anteriormente con la posibilidad de que el Gigantopithecus se extinguiera a medida que sus hábitats forestales preferidos se volvían más escasos, los fósiles conocidos del simio carecían de fechas definidas para poner a prueba la idea.
“Sin una cronología firme, uno acaba buscando pistas en lugares equivocados”, reconoce la autora del estudio. La supervivencia de otros simios que coexistieron con Gigantopithecus no hizo sino ahondar el misterio. Un pariente del orangután actual, Pongo weidenreichi, sobrevivió a los cambios que habían condenado al Gigantopithecus.
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Westaway y sus colegas descubrieron que este animal vivió en China hace entre 2.3 millones y 215 000 años. “En las primeras cuevas, de hace unos 2 millones de años, encontramos cientos de dientes de G. blacki”, explica Westaway, “pero en las cuevas más jóvenes, de hace unos 300 000 años, al borde de la extinción, solo encontramos unos pocos”.
Los cambios de hábitat que enfrentó el primate más grande de la historia
Los estudios del polen fósil de los yacimientos de Gigantopithecus también permitieron a los investigadores estudiar cómo estaba cambiando el hábitat del animal durante este intervalo.
Hace unos 700 000 años, los densos bosques de pinos, abedules y castaños parientes dieron paso a hábitats más abiertos con mayores extensiones de pastizales. El Gigantopithecus se redujo y luego desapareció a medida que este cambio ambiental se afianzaba.
El enorme simio habría sentido los cambios, como queda registrado en sus dientes. Las huellas geoquímicas influidas por las plantas que comía el simio están encerradas en sus dientes fósiles. Antes de hace 700 000 años, Gigantopithecus y Pongo weidenreichi vivían en bosques con copas altas donde comían hojas, frutos y flores, con una vegetación deliciosa disponible gran parte del año.
Sin embargo, a medida que los cambios estacionales se acentuaban y el bosque se volvía más abierto, Gigantopithecus tuvo dificultades para encontrar sus alimentos preferidos. Mientras tanto, Pongo weidenreichi cambió su dieta para subsistir a base de plantas fibrosas que estaban más fácilmente disponibles.
“Los autores hacen un trabajo fantástico al demostrar que G. blacki estaba demasiado especializado para adaptarse a los cambios ambientales que se produjeron”, destaca Julien Luoys, paleontólogo de la Universidad Griffith de Australia, que no participó en el nuevo estudio.
Según Luoys, en la época del simio gigante, el sudeste asiático estaba experimentando cambios ambientales radicales, ya que una placa tectónica de la zona se hundió y modificó el clima y los hábitats locales. “Imagínense que la mayor parte de la zona central de Estados Unidos se sumergiera bajo el agua, podrían empezar a apreciar los enormes cambios que se producirían”, señala.
Sin embargo, lo que llevó a G. blacki a la extinción no fue simplemente el cambio ambiental, sino su incapacidad para adaptarse con suficiente rapidez.
“Fue la respuesta de G. blacki a estos cambios lo que selló su destino”, asegura Westaway. Los simios gigantes eran tan grandes que tenían que moverse por el suelo y estaban limitados en cuanto a lo lejos que podían aventurarse, intentando aprovechar al máximo las ramitas, cortezas y otros alimentos duros que aún eran accesibles. No fue suficiente.
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Los nuevos interrogantes sobre el primate más grande
Hace unos 215 000 años, el último Gigantopithecus pereció, ya que los simios no pudieron seguir el ritmo de los cambios de hábitat. Sin embargo, conocer el final de la historia de este simio no cierra el caso del primate gigante. Por razones aún desconocidas, dice Westaway, algunos de los últimos Gigantopithecus estaban entre los más grandes.
Además, señala Luoys, se han descrito fósiles de Gigantopithecus en Tailandia, Vietnam y posiblemente Java. ¿Siguieron estos enormes primates el mismo camino hacia la extinción o la historia varió según el lugar?
“Lo que este trabajo consigue es un nuevo nivel de detalle que contribuye en gran medida a nuestra comprensión de la dinámica de extinción en el sudeste asiático durante esta época”, afirma Luoys, abriendo nuevos interrogantes incluso al explicar la desaparición del simio más estupendo de la Tierra.