Enfermedades diarreicas: qué son y por qué suelen aumentar en verano
Son la tercera causa de mortalidad en los niños menores de cinco años. Las buenas prácticas de higiene y el acceso a agua potable salubre son los principales métodos de prevención.
Las altas temperaturas del verano ofrecen un contexto propicio para el aumento de las enfermedades diarreicas. Las mayores aglomeraciones en lugares como playas o balnearios favorecen la propagación de virus, bacterias y parásitos.
La diarrea, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona), de heces sueltas o líquidas, es un grave problema de salud mundial.
Las enfermedades diarreicas, es decir, las infecciones del tracto digestivo ocasionadas por bacterias, virus o parásitos, cuyo principal síntoma es la diarrea, son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad en la niñez en el mundo. Específicamente, son la tercera causa de muerte en niños menores de 5 años: provocan 443 832 muertes cada año solo en ese grupo etario, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La diarrea puede durar varios días y tener consecuencias mucho más negativas que una simple molestia. “De acuerdo a su frecuencia, puede privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia”, advierte un artículo publicado por el Ministerio de Salud de Argentina. De hecho, continúa el organismo, la mayoría de los casos letales son resultado de “una grave deshidratación y pérdida de líquidos”.
Impresión en 3D de reovirus. El rotavirus, un tipo de reovirus, es la principal causa mundial de diarrea infantil grave, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El agua contaminada es uno de los desencadenantes de la diarrea
Los agentes infecciosos que causan la diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral (es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal, o mediante la contaminación directa de las manos u objetos utilizados diariamente), detalla el Ministerio argentino.
Algunos aspectos pueden facilitar la transmisión de las enfermedades que la provocan. Sin ir más lejos, la deposición anormal puede ser un “síntoma de infecciones ocasionadas por muy diversos organismos bacterianos, virales y parásitos, la mayoría de los cuales se transmiten por agua con contaminación fecal”. La infección también puede transmitirse a través de alimentos contaminados, o de persona a persona como resultado de una mala higiene, completa la OMS.
Además, la diarrea guarda una estrecha relación con la malnutrición. Cada episodio empeora el estado nutricional de los niños y, a su vez, la malnutrición los hace más vulnerables a las enfermedades diarreicas.
El agua contaminada con heces humanas procedentes de aguas residuales, fosas sépticas o letrinas, es particularmente peligrosa y una de las vías de propagación de las enfermedades diarreicas, advierte la OMS. También las heces de animales contienen microorganismos capaces de ocasionar diarrea.
Sumado a eso, el almacenamiento y la manipulación del agua para el hogar de forma insegura se relaciona a la adquisición de estas dolencias. El agua de riego también puede contaminar los alimentos. De igual modo, el consumo de pescado y mariscos de aguas contaminadas puede ocasionar enfermedades diarreicas.
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El contacto con agua contaminada puede desencadenar enfermedades diarreicas, que son responsables de más de 400 000 muertes anuales en menores de cinco años.
El verano se relaciona con un aumento de las enfermedades diarreicas
Las altas temperaturas de la temporada estival están relacionadas a un aumento de las enfermedades diarreicas, reconocen el Ministerio de Salud de Argentina y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Esto se debe a que el clima favorece la diseminación de las bacterias que la provocan, aunque los patrones pueden diferir según el lugar y el patógeno.
El rápido deshielo que provoca el aumento irregular del caudal de los arroyos también se relaciona a la diarrea, ya que suele preceder a los brotes, agregan los CDC.
También se puede inferir que el riesgo de desarrollar diarrea es mayor en la temporada más cálida del año, ya que en este momento las personas pueden entrar en contacto con agua de ríos o mares contaminados (mayormente frecuentados en el verano).
Mantener la higiene durante la manipulación de alimentos ayuda a prevenir enfermedades diarreicas.
Alimentar a los niños con leche materna durante los primeros 6 meses de vida es una de las medidas preventivas de la diarrea en los bebés, ya que la lecha materna proporciona defensas contra las infecciones gastrointestinales, asegura el Ministerio de Salud de Argentina.
Las medidas preventivas clave para evitar las enfermedades diarreicas
Teniendo en cuenta los factores de riesgo, las fuentes consultadas (la OMS y el Ministerio de Salud argentino) sugieren tener en cuenta algunas medidas de prevención. Entre ellas, mencionan:
- Lavar las manos con agua y jabón después de ir al baño, luego de cambiar pañales y antes de comer o manipular alimentos.
- Tener una higiene personal y alimentaria correctas.
- Lavar frutas y verduras con agua segura.
- No consumir pescados o mariscos crudos.
- Consumir solo agua segura.
- Mantener los alimentos bien tapados y refrigerados.
- Alimentar a los bebés con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
- Lavar adecuadamente las mamaderas.
- Desechar los pañales descartables en bolsas bien cerradas. Y, en el caso de los pañales de tela, desechar la materia fecal en baños o letrinas y lavarlos adecuadamente.
- Vacunar contra rotavirus.
En caso de presentar diarrea, el Ministerio de Salud argentino recomienda evitar la automedicación y subraya la importancia de consultar con un profesional de la salud para diagnosticar la causa del síntoma y recibir la atención pertinente.