El truco secreto de supervivencia del cerebro para correr y aguantar un maratón

Un estudio sobre corredores de larga distancia demuestra la extraordinaria capacidad de adaptación del cerebro, que quema su propia grasa.

Por Teal Burrell
Publicado 28 abr 2025, 17:14 GMT-3
GettyImages-1627279005

Un maratón no solo pone a prueba los músculos, sino también el metabolismo del cerebro. Una nueva investigación demuestra que, durante pruebas de resistencia extrema, el cerebro puede quemar su propia grasa como combustible, lo que revela lo adaptable (y sorprendente) que puede llegar a ser.

Fotografía de BEN STANSALL, AFP, Getty Images

Carlos Matute no buscaba un avance científico cuando se ató las zapatillas para salir a correr. Pero a medida que pasaban los kilómetros, el neurocientífico de la Universidad del País Vasco se encontró persiguiendo una pregunta persistente: “¿Cómo llegamos a la meta, siendo conscientes, después de haber agotado nuestras reservas de energía?”. 

Esa curiosidad le condujo a una posible respuesta sorprendente. En un estudio reciente publicado en Nature Metabolism, el neurocientífico descubrió que la mielina (el aislante graso que envuelve las fibras nerviosas) proporciona energía cuando se agota el combustible, por ejemplo durante una agotadora prueba de resistencia como un maratón

Algunos titulares han sensacionalizado el hallazgo, diciendo que el cerebro “se come a sí mismo”, pero Matute afirma que la verdad es mucho más matizada y prometedora. Por el contrario, añade pruebas de cómo el cerebro se adapta y cambia, incluso en la edad adulta.

(Podría interesarte: Así entendieron los astrónomos uno de los fenómenos más raros del espacio)

El cerebro quema grasa al correr un maratón

Para su estudio, Matute y sus colegas escanearon los cerebros de 10 corredores aficionados mediante resonancia magnética antes y después de una maratón, y de nuevo entre dos semanas y dos meses después. En los dos días posteriores, la mielina se redujo en 12 de las 100 áreas evaluadas; las zonas afectadas estaban implicadas en la coordinación motora, la integración sensorial y la emoción, regiones utilizadas con frecuencia durante la carrera. Dos meses después del maratón, los niveles de mielina se recuperaron.

El equipo determinó que los resultados no se debían a la deshidratación. En su lugar, parece que el cerebro está utilizando la mielina, que es principalmente lípidos o “grasa cerebral”, como la llama Matute, como combustible. “Cuando no llega glucosa del torrente sanguíneo, (el cerebro) tiene que utilizar lo que tenga a mano” explica. Para una neurona, esto significa mielina.

Los participantes tenían edades comprendidas entre los 45 y los 73 años, lo que sugiere que incluso los cerebros más viejos siguen siendo notablemente adaptables. “Nadie previó que esto ocurriría, que la estructura de nuestro cerebro podría cambiar tan rápidamente, en el tiempo que se tarda en correr un maratón”, apunta el investigador.

Matute no cree que la disminución temporal de la mielina provoque cambios cognitivos apreciables. Sospecha que el cerebro recurre habitualmente a la mielina como combustible, solo que a niveles demasiado bajos para detectarlos, excepto durante acontecimientos extremos como un maratón.

Pero no hay por qué alarmarse. Los cambios duraron poco e incluso pueden ser saludables. “Se ejercita todo, incluido el metabolismo de la mielina”, afirma.

Desde hace mucho tiempo, correr se ha relacionado con beneficios para el cerebroAumenta las sustancias químicas que regulan el estado de ánimo, como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina, que pueden aliviar la ansiedad y la depresión. La famosa “euforia del corredor”, que antes se atribuía a las endorfinas, puede deberse a los endocannabinoides, la versión natural del cannabis en el cerebro.

El ejercicio aeróbico también parece estimular el nacimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, la región del cerebro fundamental para la memoria y el aprendizaje. Con el tiempo, estos cambios pueden proteger contra el deterioro cognitivo.

La carrera de maratón se ha estudiado menos que la carrera en general, pero algunos estudios muestran que estas tendencias se mantienen a lo largo de 42 kilómetros. Un estudio reveló que algunas regiones del hipocampo eran más grandes en los corredores de maratón que en sujetos sanos de control. Astrid Roeh, médica de la Universidad de Augsburgo, descubrió que los corredores de maratón presentaban menos síntomas depresivos que las personas sedentarias durante seis meses e informaban del mejor estado de ánimo al día siguiente del maratón. 

En otro estudio, Roeh descubrió que correr maratones provocaba cambios en la actividad eléctrica del cerebro, medida mediante electroencefalograma (EEG). Al igual que los hallazgos de Matute en la mielina, estos cambios eran transitorios. “Los cambios en los patrones del EEG indican que hay alteraciones en el funcionamiento y la comunicación de los circuitos neuronales”, afirma.

Esta reorganización en respuesta a la experiencia se denomina neuroplasticidad. Su hipótesis es que la actividad física regular puede preparar al cerebro para la plasticidad. “Si alguien ya es físicamente activo, los retos intensos como un maratón pueden tener un efecto neuroplástico más fuerte, o al menos, más coordinado”, comenta. “El sistema está preparado para responder con mayor eficacia”.

(Ver también: Cómo una "masacre" de pingüinos condujo a nuevas protecciones históricas en Argentina)

Lo que el sobreentrenamiento le hace al cerebro

Sin embargo, no todos los cambios cerebrales son positivos. Los maratonianos y los atletas de resistencia son especialmente propensos al síndrome de sobreentrenamiento, señala Luana Main, profesora de la Universidad Deakin. “Muchos atletas de resistencia siguen pensando que más es siempre mejor”, dice. Pero hacer más sin descansar lo suficiente, sobre todo cuando se está enfermo o estresado, somete al cuerpo a un esfuerzo excesivo.

El síndrome de sobreentrenamiento provoca lesiones y bajo rendimiento, y la recuperación puede llevar meses o años. También afecta al cerebro. “Los cambios en el estado de ánimo suelen ser uno de los primeros cambios que se producen antes de ver una disminución del rendimiento”, menciona Main. Los atletas sobreentrenados tienden a sentirse malhumorados, abrumados y cansados. “No les gusta la vida”, dice.

En una revisión, Main y sus colegas descubrieron que la función cognitiva, en particular el tiempo de reacción, se veía afectada cuando los atletas se esforzaban demasiado o entrenaban en exceso. Main afirma que, al verse afectada la cognición, las personas son más propensas a cometer errores y lesionarse.

Prestar atención a estos efectos cognitivos puede ser útil. En otra revisión de la investigación, Main y sus colegas descubrieron que las medidas subjetivas, como el estado de ánimo y el estrés percibido, eran más sensibles al aumento de la carga de entrenamiento que las medidas objetivas, como la frecuencia cardiaca y el consumo de oxígeno. Mediante el seguimiento de los tiempos de reacción con juegos en línea y de los estados de ánimo con un diario, los deportistas pueden saber cuándo se están excediendo.

Evitar el sobreentrenamiento exige incorporar al entrenamiento el descanso y la recuperación adecuados. Main subraya que el riesgo no es una razón para evitar el ejercicio; sin embargo, los numerosos beneficios del ejercicio superan a los malos. Pero, para la pequeña parte de la población que realiza grandes cargas de entrenamiento, “más no siempre es mejor”, dice. “A veces, menos es más”.

Matute está de acuerdo. “A la gente que se preocupa: '¿Debo dejar de correr? Yo les diría: 'No, nunca, siempre que entrenes adecuadamente'”.

más popular

    ver más
    loading

    Descubre Nat Geo

    • Animales
    • Medio ambiente
    • Historia
    • Ciencia
    • Viajes
    • Fotografía
    • Espacio
    • Video

    Sobre nosotros

    Suscripción

    • Regístrate en nuestro newsletter
    • Disney+

    Síguenos

    Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2025 National Geographic Partners, LLC. Todos los derechos reservados