Qué pasaría si no existiera la Luna: lo que dice la ciencia
Una nube pasa por una parte de la Luna en esta vista desde el cabo Kennedy, Estados Unidos.
Ubicada a 392 145 kilómetros de distancia, la Luna es el único satélite natural que orbita a la Tierra y es la quinta luna más grande del Sistema Solar, dice el organismo espacial norteamericano NASA. Además, es el único lugar más allá de nuestro planeta donde los humanos han puesto un pie. En total, 24 personas han estado allí de los cuales solo 12 han realizado caminatas lunares.
El satélite cumple un rol crucial para la vida en la Tierra. Ambos cuerpos celestes se complementan para moderar, entre otras cosas, la oscilación de la Tierra sobre su propio eje, explica la NASA. Astrónomos y expertos en la materia dicen que el satélite probablemente se formó después de que un cuerpo del tamaño de Marte colisionara con la Tierra.
Tierra sin Luna: cuáles podrían ser sus efectos
Uno de los mayores interrogantes acerca de la Luna es qué hubiese ocurrido en la Tierra si ella no existiera. Por tal motivo, un apartado de preguntas y respuestas promocionado por la NASA acerca de las preocupaciones de las personas sobre la Luna arroja una breve respuesta acerca de qué ocurriría si el satélite no orbitara alrededor de la Tierra.
“La Tierra sería un mundo muy diferente si no tuviera Luna. La gravedad de la Luna evita que nuestro planeta se tambalee demasiado sobre su eje, lo que ayuda a estabilizar nuestro clima. También juega un papel importante en la creación de las mareas oceánicas de la Tierra”, concluye la agencia espacial de Norteamérica. Es que el brillante astro que se ve a simple vista desde el suelo terrestre ejerce una fuerza gravitacional que provoca mareas altas y bajas en las costas terrestres.
(Conoce más: ¿Cuál es la función de la Luna en la Tierra?)
Cuando se observa que la marea sube o baja en el mar, lo que en realidad ocurre es un ciclo de cambios en la distribución de los océanos planetarios: a medida que la gravedad de la Luna tira de la Tierra, cambia su masa, distorsionando su forma muy levemente en la de una pelota de fútbol, alargada en el ecuador y acortada en los polos, explica la NASA. La mayoría de las costas experimentan dos mareas altas y bajas por día, el cual demora un total de 12 horas en cambiar de un estado a otro.