Agujeros negros: las 3 definiciones que suelen confundirse con estos gigantes del espacio
Ilustración de un agujero negro que se revela por la fuerza de su atracción sobre las estrellas cercanas y otras materias celestes.
Los agujeros negros son uno de los objetos más misteriosos del cosmos y, aunque los científicos los investigan desde hace mucho tiempo, todavía queda mucho por descubrir sobre ellos, reconoce la NASA.
Dado que no son totalmente comprendidos, su definición puede confundirse con otros objetos del universo e incluso teorías no comprobadas, como los agujeros de gusano. Por eso, National Geographic explica en este artículo qué es (y qué no) un agujero negro.
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1. Los agujeros negros no son agujeros
Aunque tengan ese nombre, estos objetos no son hoyos gigantes en el espacio. En realidad, los agujeros negros son “enormes concentraciones de materia empaquetadas en espacios muy diminutos”, explica la agencia espacial estadounidense.
En realidad, se trata de objetos tan densos que la gravedad justo debajo de su superficie es tan fuerte que nada (ni siquiera la luz) puede escapar de ellos. Cabe destacar que la superficie de un agujero negro se conoce como “horizonte de sucesos” y no es una superficie como la de la Tierra o el Sol, sino “un límite que contiene toda la materia que compone el agujero negro”.
Esta imagen simulada por ordenador muestra un agujero negro supermasivo en el núcleo de una galaxia. La región negra representa el horizonte de sucesos, donde la luz no puede escapar de la fuerza gravitatoria del enorme objeto. A su vez, la gravedad del agujero negro distorsiona el espacio a su alrededor. La luz de las estrellas del fondo se estira y se difumina cuando pasan rozando el agujero negro, detalla la NASA.
2. Los agujeros negros no son agujeros de gusano
Aunque con nombres similares, ambos conceptos son diferentes.
Según un artículo de National Geoographic España, un agujero de gusano es un portal de corta duración que une dos agujeros negros en diferentes lugares y, según la teoría, podrían conectar dos puntos del universo actual o en diferentes momentos. Por eso, se relacionan habitualmente con los “viajes en el tiempo”. No obstante, hasta ahora la ciencia no ha demostrado que realmente existan.
En cambio, sí se han encontrado evidencias de agujeros negros y estos “no proporcionan atajos entre distintos puntos del espacio ni portales a otras dimensiones o universos”, detalla la NASA.
Arriba, una analogía 2D de un agujero de gusano. Según un artículo de la revista Space, las matemáticas han predicho los agujeros de gusano, pero siguen siendo hipotéticos.
3. Los agujeros negros no son grandes aspiradoras cósmicas
Aunque son capaces de atrapar objetos a su alrededor y la luz, los agujeros negros no arrastran absolutamente todo. “Desde una distancia suficiente, sus efectos gravitatorios son iguales a los de otros objetos de la misma masa”, detalla la NASA.
En otras palabras, el tamaño de una región donde un determinado agujero negro tiene una influencia gravitacional importante es limitado en comparación con el tamaño de una galaxia. Incluso, existe un agujero negro en la Vía Láctea (la galaxia en la que se encuentra nuestro Sistema Solar) pero no representa una amenaza para la Tierra.
Y si bien crecen a medida que devoran material de sus alrededores, los agujeros negros también se encogen lentamente dado que pierden pequeñas cantidades de una energía llamada “radiación de Hawking”, finaliza el organismo espacial.