Adéntrate en el pueblo natal del primer humano en el espacio
Al oeste de Moscú, el pequeño pueblo del que es oriundo Yuri Gagarin es un santuario del muy amado cosmonauta soviético.
Desde el 2001, se ha celebrado la noche del 12 de abril como la noche de Yuri: un evento global para rendir homenaje a una de las figuras más queridas de la exploración espacial, el cosmonauta soviético Yuri Gagarin, quien fue el primer ser humano en volar al espacio. Los fanáticos bailarán, levantarán sus copas, participarán de conferencias y se reunirán para rendir tributo a un héroe y rebelde en todo lo relacionado con lo cósmico.
Aunque Gagarin jamás salió de su nave espacial Vostok 1 mientras daba una órbita completa alrededor de la Tierra, su viaje fue un hito importante en la exploración espacial. Fue la primera persona en ver el espacio desde más allá de los confines de la atmósfera, y la primera persona en presenciar la resplandeciente vista de nuestro planeta desde muy lejos.
Entre los muchos admiradores de Gagarin, se encuentra la fotógrafa rusa Daria Garnik. Hoy, ya a sus treinta y tantos, Garnik recuerda que comenzó a obsesionarse con el espacio y la ciencia ficción cuando era una adolescente, en el momento en que vio por primera vez la serie de televisión norteamericana The X-Files (Los expedientes secretos X).
“Yuri Gagarin era uno de mis héroes cuando era niña”, señala, aunque nació mucho después de la trágica muerte de Gagarin en un accidente aéreo en 1968. “Era apuesto, amable, sensato y todos podían identificarse con él”.
En edad adulta, Garnik quiso aprender más sobre el cosmonauta, así que comenzó a documentar el pequeño pueblo provincial al oeste de Moscú donde Gagarin creció. Denominado alguna vez Gzhatsk, el pueblo fue nombrado oficialmente Gagarin en honor al cosmonauta luego de su muerte, y, desde ese entonces, se convirtió en un santuario, con varios hogares históricos, monumentos y museos que conmemoran sus logros.
“Vine a Gagarin a fotografiar una historia sobre conmemoración, tiempo y nostalgia por el primer cosmonauta, y el culto que se formó respecto de él”, afirma Garnik, quién creció en la ciudad de Ekaterinburgo en los montes Urales rusos. “Creo que quería conocer a Gagarin como una persona que había tenido una vida difícil y no como la imagen mediática de los afiches soviéticos”.
Establecida en Minsk, Bielorrusia, Garnik ha viajado dos veces al pueblo de Gagarin para su proyecto fotográfico. Repleto de artefactos y afiches de la era soviética que celebran al cosmonauta, el pueblo da sensación atemporal, indica.
“Gagarin me hipnotizó con su atmósfera perdida y conservada en el tiempo; me gustó su ritmo de vida lento”, menciona.
Gracias a su proyecto, Garnik pudo conocer a muchos residentes de Gagarin, algunos de los cuales recuerdan al cosmonauta de cuando vivía. Luego de su pionero viaje espacial, Gagarin regresó a su pueblo natal para visitar a su familia, algunos de sus parientes aún siguen viviendo allí.
Para Garnik, el 12 de abril es un día importante: “Creo que Yuri querría que, en este día, también recordemos a Korolyov, Yazdovsky, Titov y otros grandes científicos y entusiastas que hicieron posible su viaje”, señala, haciendo referencia al ingeniero soviético especializado en cohetes Sergei Korolyov, al investigador en medicina espacial Vladimir Yazdovsky y al cosmonauta Gherman Titov, quien fue la segunda persona en el espacio.
“Le gustaría popularizar la astronomía, el espacio y la aviación para que podamos celebrar los nuevos avances científicos de la humanidad. Querría que miremos hacia el cielo más seguido, que soñemos y que busquemos más allá todo el tiempo”, concluye.
Daria Garnik nació en 1986 en Ekaterinburgo, Rusia. Estudiante de Docdocdoc, una escuela de fotografía contemporánea en San Petersburgo, Garnik se interesa por el fenómeno de las conmemoraciones humanas y los cambios en el paisaje circundante. Actualmente, vive en Minsk, Bielorrusia.