La comunidad mapuche busca defender su río sagrado de la construcción de una represa
Miembros del pueblo originario compartieron su perspectiva y creencias sobre la naturaleza con el explorador de National Geographic Jens Benöhr durante su expedición por el río chileno San Pedro.
Navegando por el río San Pedro, en Chile, el explorador de National Geographic Jens Benöhr se enfrentó a rápidos de clase III y IV y se reunió con los lugareños de la región, los miembros de la comunidad mapuche.
El río fluye desde el lago Riñihue hasta Punaco, en el centro del país, y se encuentra en primera línea de una batalla entre la conservación y el crecimiento energético. En la actualidad, los grupos de desarrollo están trabajando para construir represas a lo largo del río y aprovechar el poder del agua que fluye, algo que ya se ha intentado antes, pero que se ha enfrentado a fuertes protestas por parte de grupos indígenas y ambientalistas.
Jens Benöhr y su equipo viajaron por el río en kayak, descendiendo por este corredor para documentar una zona apenas explorada y entrevistar a miembros del pueblo mapuche, el más grande de Chile, acerca de su relación con el agua y el país en el que viven. (Descubre más sobre el trabajo de este explorador en la web www.riosagrado.cl).
"Todo espacio es sagrado para el mundo mapuche", contó Mario Neihual a Benöhr, mapuche que reside en la región. "Cada lugar que ves, hasta cierto punto, tiene un nivel sagrado, incluidos los ríos. Todo lo que tiene que ver con el agua es sagrado”, agregó.
En mapudungún, el idioma de esta comunidad, la palabra “mapuche” significa "gente de la tierra". Grupos indígenas que juntos forman el pueblo mapuche han vivido en las regiones del sur de América del Sur durante miles de años y ahora se pueden encontrar en el sur de Chile y Argentina. Lucharon ferozmente por su tierra a lo largo de varios siglos, en batallas literales durante los períodos de colonización europea y también en los tiempos modernos, ya que se oponen firmemente a las compañías agrícolas y forestales que esperan hacer uso de los recursos de la zona.
Benöhr le preguntó a Jorge Weke, el werkén, o portavoz del Parlamento Koz Koz Mapuche, sobre la importancia del agua para su pueblo. Weke dijo que ven el agua como una representación de la vida misma.
"El agua, para nosotros, es las venas de la Madre Tierra", dijo Weke a Benöhr. "No podemos cortar las venas de nuestro cuerpo, del mismo modo que no podemos cortar o intervenir en las venas de la Madre Tierra para construir plantas hidroeléctricas", agrega.
Recientemente, los legisladores del congreso chileno y del Ministerio de Energía han reabierto el debate sobre si colocar presas en el río, convirtiéndolo en uno de los más amenazados de Chile, según Benöhr.
"Tenemos un sistema de derechos de agua único y atroz, donde el agua pertenece a las empresas y no a las personas", aseguró.
Benöhr explicó que el ministerio propuso recientemente un plan nacional de energía centrado en las represas hidroeléctricas como una de las principales fuentes de energía para el país. El gobierno ha reiniciado proyectos que fueron detenidos, en parte porque no evaluaron los impactos ambientales y sociológicos de los proyectos en las áreas donde se estaban instalando.
Colbún S.A., una empresa chilena de energía perteneciente principalmente al grupo económico Matte, se está preparando para solicitar el permiso ambiental para reiniciar la construcción de la presa que forma parte del proyecto Central Hidroeléctrica San Pedro.
La construcción del proyecto originalmente comenzó en 2009, pero fue suspendida poco después, cuando la Red de Organizaciones Ambientales de Panguipulli realizó la doble solicitud de invalidación administrativa y revocación de los permisos ambientales del proyecto. Benöhr relató que hubo omisiones y fallas en el estudio de impacto ambiental del proyecto, que no se tuvo en cuenta el impacto sobre el ecosistema del río y las comunidades cercanas, y el proyecto no tuvo en cuenta la falla geológica cercana de Liquiñe-Ofqui, lo que lo hace peligroso para perforar en la roca.
A fines de 2018, tal como contó Benöhr a National Geographic vía mail, la empresa Colbún S.A. reingresó el proyecto para su re-evaluación de impacto ambiental y, a la fecha, ya se han pronunciado casi todos los organismos públicos. La mayoría de las observaciones están relacionadas a que "les falta mucha información ambiental y social, dando cuenta de que se trata de un proyecto inviable desde los puntos de vista geológico, ambiental, turístico y totalmente contrario a la estrategia de desarrollo regional", destaca el explorador.
Tal como relata el kayakista, la zona donde se emplaza este proyecto forma parte de un destino turístico que tiene gran potencial económico y cultural, que se refleja en el reconocido Destino Siete Lagos. Además, la cuenca del Río Valdivia (de la cual forman parte el río San Pedro y el lago Riñihue) es un gran corredor biológico, y en septiembre del 2007 fue declarada Reserva de la Biósfera por la UNESCO. Dicha Reserva, denominada “Bosques templados lluviosos de los Andes australes”, incluye 640 mil hectáreas en la Provincia de Valdivia, y a 12 comunas, entre las cuales está Panguipulli. "Cualquier mega impacto sobre las cuencas que dan vida a esta reserva, o que reduzcan sus caudales, provocarían un grave desequilibrio del patrimonio natural de la zona. Así, proyectos como la central hidroeléctrica San Pedro dañan irremediablemente los ecosistemas y fragmentan el tejido social de las comunidades locales", explica Benöhr.
Parte de la sociedad se ha sumado a las protestas, declaraciones publicas y marchas para protestar contra la empresa. Las comunidades mapuche de la región de Los Ríos están organizadas bajo la Alianza “Newen Wazalafquen”, la cual ha manifestado su rechazo al reingreso del proyecto hidroeléctrico San Pedro.
Weke dijo que los consejos Mapuche, actuando como custodios de la naturaleza, se defendieron contra los colonos hace siglos. Están haciendo un trabajo similar ahora que los inversores y las empresas hidroeléctricas han intentado construir obras de infraestructura en sus tierras, y Benöhr asegura que la principal fuente de oposición al proyecto de la Central Hidroeléctrica San Pedro viene del pueblo Mapuche, que se están asociando con los activistas ambientales chilenos.
"Nos han quitado una gran cantidad de tierra a través de diferentes leyes y títulos que se han otorgado a los colonos", aseguró. "Queremos recuperar todo lo que tiene el pueblo mapuche y no queremos la intervención, que en este caso se trata tanto de proyectos de inversión como de empresas mineras o piscifactorías, empresas forestales y empresas hidroeléctricas", agregó.
Weke le dijo a Benöhr que hay una energía en un lugar, llamada ngen, que les da permiso para entrar. Los mapuches se toman en serio ese permiso y realizan una ceremonia para adquirirlo, y creen que ofender al ngen puede causar daño a uno mismo y a su familia. Sus ceremonias honran y muestran afecto por el ngen, y la nueva presa hidroeléctrica estaba programada para ser construida en la parte superior de sus terrenos ceremoniales.
"Probablemente tendremos que parar varias veces para ver cómo están los rápidos", advirtió durante la expedición, señalando la gran cantidad de nieve que se había derretido desde el pasado invierno y el efecto de las lluvias torrenciales sobre los niveles de agua del río. "Pero es muy hermoso. El aire es exquisito", agregó el explorador.
Benöhr tiene la esperanza de que se pueda avanzar entre la comunidad mapuche y la gran sociedad chilena. Dado que algunos chilenos no indígenas comparten la visión mapuche de los ríos protegidos y una fuerte conexión entre el hombre y el medio ambiente, existe un espacio para la reconciliación entre los dos grupos a menudo separados.
¡Mira el teaser del documental Río Sagrado, del equipo encabezado por el explorador Jens Benöhr aquí!