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Página del fotógrafo
Diane Cook and Len Jenshel
Los álamos producen nuevos brotes en respuesta al estrés, pero si los herbívoros como los ciervos o el ganado se comen esos brotes, los árboles jóvenes no tienen la oportunidad de madurar.
Un árbol de álamo temblón de Pando, en el Bosque Nacional Fishlake, Utah. Estos árboles son parte de un solo organismo, llamado cuerpo clonal.
Estos álamos temblones en el Bosque Nacional Fishlake, en el estado de Utah, forman conjuntamente el organismo más grande del planeta, pero los ciervos que pastan y el ganado que se alimenta de los árboles recién brotados amenazan la supervivencia del bosque.
El 19 de abril de 1995, una explosión planeada y ejecutada por Timothy McVeigh, un veterano estadounidense, destruyó el edificio federal Alfred P. Murrah de nueve pisos en el centro de la ciudad de Oklahoma, incineró automóviles y se cobró 168 vidas. También quemó el tronco e incrustó escombros en un olmo blancom (u olmo americano) que crecía en un estacionamiento cercano. Hoy, el “árbol sobreviviente” es una extensión del Museo y Monumento Nacional de la Ciudad de Oklahoma y brinda consuelo a familiares y amigos de quienes murieron en la explosión, como Doris Jones, cuya hija Carrie, de 26 años, que estaba embarazada en ese momento, pereció en la explosión. “Es como si ese árbol tuviera la voluntad de sobrevivir”, dice Mark Bays, un guardabosques urbano del estado que ayudó a cuidarlo hasta que se recuperó. “Entendió, cuando ninguno de nosotros entendía, que necesitaba estar cerca”.
Un capítulo importante en la historia de la secuoya costera de 1.000 años de antigüedad conocida como Luna en el condado de Humboldt, en California, es el que involucra a la activista Julia Butterfly Hill. En 1997, Hill trepó al árbol, que estaba amenazado por las operaciones madereras de la Pacific Lumber Company, y permaneció allí durante más de dos años en una carpa sobre una pequeña plataforma a 54,8 metros sobre el suelo, desde donde dio entrevistas a través de teléfono alimentado por energía solar. Finalmente, la empresa maderera accedió a un compromiso de conservación. En 2000, el árbol fue vandalizado. Un corte de motosierra dejó una herida de un metro de profundidad en la mitad de la circunferencia del árbol. Soportes y cables de acero estabilizan el árbol, que todavía resiste.
En el norte de la India, el árbol de neem (o nimbo de la India) es conocido como el sanador de todas las dolencias y como la encarnación de la diosa hindú Shitala, una figura materna, pero para los vecinos del barrio que adoran este árbol en el Templo Nanghan Bir Baba, en Varanasi, representa mucho más. “Mi hijo nació prematuro. El médico nos dijo que seguramente moriría”, le dijo un hombre a David Haberman, profesor de religión en la Universidad de Indiana, Estados Unidos, y experto en hinduismo. “Pero le recé a este neem y vivió”. El árbol, vestido con telas de colores, tiene una máscara facial de la diosa para fortalecer la conexión entre ella y los fieles.
Cerezos Yoshino a lo largo de la Cuenca Tidal, en Washington D.C.
Tras el ataque del 11 de septiembre de 2001 que redujo a escombros las Torres Gemelas de 110 pisos de altura del World Trade Centre en el bajo Manhattan, un día oscuro de humo y cenizas sofocantes que se cobró la vida de 2.753 personas, el peral de Callery sobreviviente se convirtió en una pieza central del monumento conmemorativo de la llamada Zona Cero. El árbol se erige como un ejemplo de la botánica del dolor, pero también de la resiliencia.
El tronco anudado de una catalpa, el “Árbol Walt Whitman”, en los terrenos de Chatham Manor en Fredericksburg, Virginia.
Una pareja mira la exhibición de los fuegos artificiales del 4 de julio desde el High Line en Nueva York. El High Line es un antigua línea férrea en desuso que se convirtió en un parque público.