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Página del fotógrafo
Stuart Palley
Arriba, los incendios forestales que arden alrededor del lago Oroville, en California, Estados Unidos, crean un brillo naranja en el cielo y en el agua. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, tras los incendios, las cenizas y los contaminantes se depositan en arroyos, lagos y embalses de agua.
El humo del Thomas Fire brilla en ardientes tonos anaranjados durante la puesta de sol en el Bosque Nacional de Los Padres el 13 de diciembre de 2017. En ese momento, el Thomas Fire era el mayor incendio forestal en la historia moderna de California, quemando más de un millón de kilómetros cuadrados de tierra. Ahora es el octavo incendio más grande.
Un humo tóxico envuelve el lago Oroville el 28 de julio de 2021. Durante ese verano, que batió récords como el más caluroso y seco de la historia, el lago se situó unos 91 metros por debajo de su nivel normal.
El incendio Dixie arde al noroeste de Quincy, California, el 27 de julio de 2021. Las llamas del enorme incendio forestal quemaron casi cuatro millones de kilómetros cuadrados en cinco condados, convirtiéndolo en el segundo incendio forestal más grande en la historia del estado.
El humo de los incendios forestales se desplaza sobre las montañas del norte de California y el sur de Oregón en 2020, un año récord para los incendios forestales en el Oeste de los Estados Unidos. El cambio climático está creando las condiciones para que se produzcan aún más años récord.
El incendio Creek, en el Bosque Nacional Sierra de California, ha destruido cientos de miles de hectáreas. Se propagó debido a la presencia de una gran cantidad de árboles muertos y súper secos; el cambio climático contribuyó a que murieran y se secaran.
Cuando se tomó esta foto la tarde del 6 de septiembre, el personal de la Unidad San Bernardino de Cal Fire se encontraba trabajando para combatir el incendio de El Dorado habiendo dormido apenas 4 horas y en condiciones de calor extremo. Cubiertos de ceniza y tierra, los bomberos agotados cortaron y podaron la vegetación para evitar que continuara alimentando el fuego. Al anochecer, los equipos de bomberos de Cal Fire recibieron la ayuda de un camión cisterna al norte de Oak Glen Road, donde el fuego lanzó llamas de más de 9 metros de altura, y los camiones de bomberos se vieron diminutos en comparación. Los camiones cisterna arrojaron retardador de llama y las excavadoras trazaron un cortafuego.
A medida que se iban extendiendo los incendios por todo el estado, los bomberos y sus recursos iban mermando. Como los aviones cisterna se habían destinado a combatir las llamas de El Dorado, los bomberos que trabajaban para extinguir el incendio del Valle cerca de San Diego, a más de 160 kilómetros al sur, contaron con muy poco refuerzo aéreo (foto del 5 de septiembre).
Un avión lanza retardante de llama para frenar la propagación del incendio de El Dorado. Durante el fin de semana, los vientos erráticos desviaron el fuego en diferentes direcciones por toda la región. El fuego avanzaba por pendientes empinadas atravesando una vegetación frondosa, y las llamas podían verse a 65 km de distancia.
Por la noche, el fuego se dirigió hacia Oak Glen, una comunidad de montaña a una altura de más de 1500 metros. Se exigió a los residentes que evacuaran la zona ya que las llamas estaban afectando los huertos de manzanas de la ciudad y negocios como el Pilgrim Pines Camp. El domingo pasado, Cal Fire informó que el incendio había sido causado por un dispositivo pirotécnico que una familia había utilizado en una fiesta para revelar el sexo de su bebé. Enseguida se gestó una protesta pública contra quienes iniciaron el incendio, ya que no correspondía organizar una fiesta durante la pandemia de COVID-19 y en medio de una gran ola de calor con riesgo muy elevado de incendio.