Las pérdidas tras el devastador incendio del museo de Brasil
El fuego desatado el pasado 2 de septiembre en el Museu Nacional, ubicado en Río de Janeiro, incineró exposiciones y casi el 90 por ciento de los 20 millones de objetos que allí se albergaban.
Durante más de 200 años, el Museu Nacional Museo Nacional de Brasil (o Museu Nacional) se irguió como el lugar de preservación más antiguo e importante de la herencia del país. Ahora, uno de los museos de historia natural más grandes de Latinoamérica es la cáscara calcinada de su esencia anterior. El 2 de septiembre pasado se produjo un devastador incendio en el museo que incineró las exposiciones y casi el 90 por ciento de los 20 millones de objetos del museo. No se informaron muertes.
A medida que los bomberos trabajaban para apagar las llamas, algunos voluntarios y empleados del museo sacaban lo que podían del edificio, incluida parte de la colección de moluscos del museo. El meteorito Bendegó del museo, el más grande encontrado en Brasil hasta la fecha, es uno de los pocos objetos que sobrevivieron al contacto directo con las llamas. Los científicos también albergan cierta esperanza de que algunos de los objetos de las colecciones de arqueología y paleontología hayan estado almacenados en recipientes metálicos que sirvieron de protección.
El martes, Duane Fonseca, biólogo de la Universidad Federal de Río Grande de Brasil, escribió en Twitter que casi el 80 por ciento de los principales especímenes invertebrados de referencia se encontraban en otro edificio durante el incendio y que permanecieron a salvo, junto con los archivos bibliotecarios y botánicos del museo. Y recientemente, los investigadores habían escaneado algunos de los objetos egipcios del museo en formato 3D y, de esta manera, preservaron al menos su apariencia para el futuro.
Sin embargo, es muy probable que la mayor parte de la colección (producto de toda una vida de exploración y trabajo académico) se haya perdido, incluidos fósiles excepcionales y grabaciones de audio de pueblos indígenas que contenían idiomas que ya no hablan las tribus de hoy.
“No se podría exagerar la importancia de las colecciones que se perdieron”, Luiz Rocha, un ictiólogo brasileño que ha estudiado las colecciones del Museu Nacional en diversas oportunidades, informó a National Geographic en una entrevista anterior. “Eran únicas: muchas de ellas eran irremplazables, no es posible asignarles un valor monetario”.
Los académicos han criticado duramente al gobierno brasileño por la tragedia, que para ellos se podía haber evitado. Años de recortes de presupuesto y renovaciones retrasadas dejaron al Museu Nacional con paredes descascaradas y cableado eléctrico expuesto. Cuando los bomberos llegaron a la escena, los dos hidrantes de la zona estaban vacíos, según se informó, y esto obligó a que los equipos de rescate extrajeran agua de un lago cercano o recurrieran a camiones cisterna.
Desde que la noticia del infierno se desató el domingo, personas y museos de todo el mundo han lamentado la pérdida del museo. “En este día oscuro no solo para el patrimonio de Brasil, sino también para el patrimonio del mundo, deseamos reiterar nuestra inquebrantable confianza en la resistencia y el profesionalismo de los expertos del museo de Brasil y nuestra fe en su capacidad para recuperarse de este evento doloroso”, expresó el Consejo Internacional de Museos (International Council of Museums) en una declaración.
Ya hay debates que giran en torno a si el Museu Nacional debe reconstruirse o cómo se hará. Mientras tanto, los estudiantes locales han comenzado a preparar un proyecto de reconstrucción propio.
“Frente a la tragedia de esta noche, los estudiantes del curso de museología de UNIRIO [la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro] se están movilizando para preservar la memoria del Museo Nacional”, indicó el Museu Nacional en un correo electrónico. “Solicitamos a todos aquellos que tengan imágenes (fotografías/videos/hasta selfies) de la colección y de los espacios de exhibición que las compartan con nosotros“.