Adéntrate en el castillo de Frankenstein
La historia de este monstruo combina mito y realidad.
Desde el pueblo de Gernsheim, en la ribera este de un lánguido meandro en el Rin, alguna vez fue posible ver el empinado techo de tejas y las torres del castillo de Frankenstein, ubicado en la cima de una colina a unos 16 kilómetros de distancia. En 1814, unos días después de cumplir 17 años, Mary Shelley probablemente contempló la fortaleza durante varias horas mientras su comitiva descansaba en el pueblo. Junto a su marido Percy Bysshe Shelley se escaparon hacia Francia y Suiza pero derrochaban bastante y regresaban a Inglaterra en barco por Alemania.
Durante la parada de tres horas en Gernsheim, es poco probable que hayan escalado hasta la cima, pero es posible que ella haya oído las espeluznantes historias del alquimista y médico Johann Konrad Dippel, quién nació en el castillo. Dippel inventó un aceite animal, y aseguraba que este era un medicamento universal y teorizaba sobre transferir almas de cuerpos muertos con la ayuda de un embudo.
Aunque no existe prueba de que Dippel haya inspirado la novela, las coincidencias son aterradoras. Por el contrario, el entorno social de Shelley incluye una conexión con Benjamin Franklin, cuyos experimentos son probablemente la inspiración para el proceso de animación que le da vida al monstruo. La conexión con el anatomista Erasmus Darwin es la más certera de todas, ya que se lo cita en la introducción de la versión original de la novela, publicada hace 200 años, afirmando que los eventos del cuento gótico no son “acontecimientos imposibles”.
Visita el castillo hoy, ubicado a una breve distancia al sur de Frankfurt, y podrás subir a la torre y cenar en el patio. En ambos lugares, disfrutarás de la vista del valle que se encuentra debajo. Prepárate para una cordial compañía, esa que el monstruo de la novela anhelaba.
El menú es apto para menores, con opciones veganas y una versión sin alcohol del cóctel de la casa denominado Frankensteiner, que ayudará a que puedas regresar sin problemas por el camino sinuoso que te llevó al castillo. No olvides echar un vistazo a la capilla donde podrás ver a una bondadosa novia.
Y si estás con ganas de asesinatos y caos del tipo que el monstruo desplegó contra el mundo que alguna vez lo despreció, dirígete abajo hacia el restaurante/teatro donde podrás disfrutar producciones alemanas con criminales y monstruos, entre las cuales encontrarás, sin dudas, los experimentos del Dr. Frankenstein.
Brad Scriber es director de investigación suplente de National Geographic Magazine. Sigue sus viajes en Twitter.