Encuentran antiguas estatuas “conservadas” en heces de termitas
Un grupo de arqueólogos descubrió una serie de figuras de madera de unos 750 años. A lo largo de los siglos, las termitas carcomieron el material y también moldearon las siluetas con excremento.
Recientemente, un equipo de investigadores, excavó el corredor ceremonial de un palacio antiguo en Perú, y descubrió una serie de “guardias de madera” de 750 años custodiando el camino. Pero se llevaron una sorpresa mayor, al retirar las estatuillas de la tierra: a lo largo de los siglos, las termitas habían carcomido las 19 figuras de madera, pero también las habían modelado con excremento de insecto antiquísimo. El resultado: siluetas humanas -completas o parciales- de alrededor de medio metro de alto (dos pies de altura).
No todas las estatuas recibieron el mismo "tratamiento" por parte de las termitas, comenta el director arqueológico Henry Gayoso. En una primera inspección, algunas de las estatuas parecían estar formadas íntegramente por excremento de termita, explicó Gayoso a National Geographic en un correo electrónico. Otras habían conservado la estructura de madera debajo de una capa de excremento.
Cada pequeña estatua posee un rostro de máscara de arcilla, un cetro de madera en una mano y la representación de una cabeza humana decapitada en la otra mano. ¿Pero cómo han podido las termitas carcomer las estatuas de madera y lograr que se mantengan más o menos con su forma original?
La explicación es que las termitas son fotofóbicas, y cuando mastican objetos de madera tienden a dejarles una fina capa intacta para que la luz no dañe sus túneles, explica Lynn Grant, conservadora principal de la Universidad del Museo de Pennsylvania.
"El excremento no puede llegar a cubrir todo el túnel, por lo tanto, si las piezas no se manipulan con extrema precaución, la fachada entera puede colapsar", agregó Grant en un correo electrónico. "Hay que felicitar al arqueólogo".
"Me sorprende que no se hayan comido todo", comenta Robert Koestler, director del Smithsonian's Museum Conservation Institute. "Después de 700 años, es muy extraño que se encuentren de esta forma".
El descubrimiento tuvo lugar cuando los arqueólogos excavaron recientemente un pasaje en el palacio Utz An (anteriormente el Gran Palacio Chimú), el más grande de los 10 enormes complejos de adobe que forman el sitio arqueológico de Chan Chan en el norte de Perú, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Chan Chan fue la capital de la población chimú entre los siglos XX y XV, y una de las ciudades más grandes del continente americano.
A principios de este año, se encontraron pruebas de un sacrificio chimú masivo de niños y llamas bebé en las afueras de Chan Chan, y la noticia recorrió el mundo.
Las estatuas se encuentran en nichos que flanquean un corredor -diez a cada lado- de aproximadamente 30 metros de largo que desemboca en un patio ceremonial de media hectárea. (De las 20 estatuas originales, una parece haber sucumbido por completo al ataque de las termitas). Patricia Balbuena, ministra de cultura de Perú denominó el hallazgo de las estatuas como “un extraordinario descubrimiento arqueológico".
“Debe haber sido bastante abrumador atravesar la entrada del Utz An y llegar al enorme patio bajo la mirada de las estatuas de madera que sostienen cetros y cabezas cortadas”, afirma el arqueólogo Gayoso. "Cuando llegabas hasta ahí, no había duda de que la persona que gobernaba Utz An era la más poderosa que podías conocer en tu vida", concluye.