"Fue un linchamiento moderno": las muertes recientes reflejan un bestial legado estadounidense
En EE. UU., las personas negras siguen muriendo a manos de la policía y otras fuerzas de control; la larga historia de violencia racial parece no terminar.
El 24 de junio de 1922, más de 3.000 personas negras marcharon en una protesta silenciosa por las calles de Washington, DC, exigiendo que no haya más linchamientos a personas negras. Según un artículo del New York Times de 1922, un grupo de jóvenes manifestantes llevaba un letrero que decía: "Tenemos quince años: un compañero de nuestra misma edad fue calcinado vivo". Otro letrero decía: "El Congreso discute la constitucionalidad mientras el cielo se oscurece con el humo de cuerpos en llamas".
Nota del editor: esta historia contiene imágenes sensibles. Incluye una fotografía del linchamiento de Rubin Stacy como referencia histórica a la brutalidad que describe DeNeen Brown. Las imágenes de linchamientos se utilizaron para perpetuar la ideología de la supremacía blanca mediante la creación de registros permanentes que muestran la eliminación del poder de hombres y mujeres negros en un contexto de espectadores blancos. La NAACP envió al presidente Franklin Roosevelt un informe contra el linchamiento con una fotografía similar del ataque a Stacy; sin embargo, este se negó a apoyar las leyes contra el linchamiento.
Un video impactante muestra a George Floyd, un hombre negro, tendido en la calle, con la cabeza aplastada contra el pavimento, y gritando de dolor. Un oficial blanco le presiona la rodilla contra el cuello. "No puedo respirar", repite Floyd, de 46 años". Por favor. Por favor. Por favor. No puedo respirar. Por favor. La gente que pasa filma la escena y le suplica al oficial que se detenga. Pero este no se detiene. Otros tres oficiales se quedan ahí parados mientras su compañero acaba con la vida de Floyd aplastándole el cuello con la rodilla durante ocho minutos y 48 segundos.
"Fue un linchamiento moderno", sostuvo Arica Coleman, historiadora, crítica cultural y autora.
“Este hombre yacía indefenso en el suelo. Lo tenían sometido. El policía le clava la rodilla en el cuello. El hombre le suplica que no lo mate. Para mí, esa es la muestra más paradigmática del poder que ejerce un ser humano sobre otro. Históricamente, te podían linchar por cualquier motivo”.
1920 a 1938, la sede de la NAACP en la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York,tuvo una bandera que decía: "AYER LINCHARON A UN HOMBRE".
2015, luego de que Walter Scott, un hombre negro, recibiera un disparo por parte de un policía blanco en Carolina del Sur, el artista Dread Scott creó esta pancarta, evocando la bandera histórica que tuvo el NAACP en su sede en Nueva York.
Según la organización Equal Justice Initiative, de 1877 a 1950, murieron más de 4.400 hombres, mujeres y niños negros como consecuencia del linchamiento de grupos blancos. Los fusilaron, desollaron, quemaron vivos, apalearon y colgaron de los árboles. Los linchaban a la vista de las instituciones de justicia, en los juzgados. Algunos historiadores afirman que la violencia atroz contra miles de personas negras después de la Guerra Civil es antecedente de los ataques y prácticas abusivas de la policía contra las personas negras, que continúan en la actualidad, y generalmente se aplican impunemente.
La muerte de Floyd se produjo seis semanas después de otro episodio de violencia ocurrido en Louisville, Kentucky. Un policía disparó y causó la muerte de Breonna Taylor, una mujer negra de 26 años, durante una redada nocturna en su casa. Este hecho ocurrió 10 semanas después del asesinato de Ahmaud Arbery, un hombre negro de 25 años, a quien un padre y un hijo blancos persiguieron en una camioneta mientras este trotaba en su vecindario en el condado de Glynn, Georgia.
Los historiadores sostienen que estas muertes parecen remover los 400 años de opresión contra las personas negras. Las muertes provocadas por una pandemia que afectó, principalmente, a afroamericanos, desataron una ira contra la opresión que derivó en una oleada de protestas en todo el país y en todo el mundo, desde París hasta Sydney, Australia; desde Amsterdam hasta Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde las calles de colmaron de miles de personas que exigían justicia y el fin de la brutalidad policial.
Según Bryan Stevenson, fundador y director ejecutivo de Equal Justice Initiative, una organización sin fines de lucro que intenta abordar el legado racista de la nación a través del activismo y la educación, las protestas surgen porque el país aún no ha superado su brutal historia de esclavitud, linchamiento y continua opresión hacia los negros.
"Todavía no hemos superado la mayor trampa de nuestra nación, la falacia de que los negros no han evolucionado como los blancos, y que son menos humanos, tienen menos dignidad y menos derechos que los blancos", sostuvo Stevenson.
"Esta noción de supremacía blanca es lo que justificó un siglo de violencia racial contra los negros, miles de linchamientos, asesinatos en masa y una creencia de que son peligrosos y delincuentes que aún persiste en nuestros días", agregó Stevenson. "Entonces cuando matan a Ahmaud Arbery, Breonna Taylor o George Floyd, la reacción inmediata de la policía, los fiscales y una gran parte de los funcionarios es proteger a los blancos involucrados en el caso. Las filmaciones debilitan esa connivencia, pero, aunque las imágenes muestren una violencia explicita no alcanzan para superar la renuencia a considerar la historia de injusticia racial de nuestra nación".
Asesinado a la vista de todos
Después de ver el video de Floyd, miles de personas lloraron y expresaron su dolor públicamente. Para muchos, fue un recordatorio de la brutalidad a la que los negros se han enfrentado históricamente.
En Boston, el rector de Emerson College escribió una carta dirigida a los estudiantes, en la cual describía su dolor a raíz del asesinato de Floyd: "Hoy, les escribo como un hombre negro ... No hay otra manera de dirigirme a ustedes, dados los acontecimientos recientes".
Terrence Floyd (segundo desde la derecha), desconsolado, en la intersección de la calle 38 y la avenida Chicago, Minneapolis, lugar donde murió su hermano George Floyd, el 25 de mayo de 2020. Terrence Floyd pidió que no se realizaran protestas violentas: "no me devolverán la vida de mi hermano".
Una manifestante sostiene un cartel durante una protesta frente a la Casa Blanca, donde cientos de personas se reunieron después de la muerte de George Floyd. El lunes 1 de junio, la policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes que marchaban de forma pacífica y arrojó granadas de fogueo para despejar el camino en Layette Square y permitir que el presidente Donald Trump caminara desde la Casa Blanca hasta la Iglesia St. John’s, donde se detuvo y posó con una biblia frente a las cámaras.
"El viernes a la noche, no pude dormir", escribió Lee Pelton, un reconocido orador sobre artes liberales y diversidad. “Pasé la noche, como una polilla encandilada por una llama, mirando una y otra vez el video del asesinato de George Floyd a manos de un oficial de policía blanco de Minneapolis. Fue un linchamiento legitimado".
Pelton sostuvo: “el país realizó un esfuerzo sin precedentes para imponer el distanciamiento social frente a una pandemia, pero no pudo evitar que un hombre negro fuera asesinado a la vista de todo el mundo". Asimismo, escribió que quedó perplejo ante la "insensibilidad y el trato despiadado” hacia Floyd, ya que al oficial no le importó saber que estaba comprimiendo el cuello de Floyd con su rodilla.
Un médico forense de Minneapolis determinó que la muerte de Floyd fue un homicidio, y explicó que su corazón dejo de funcionar luego de que el oficial Derek Chauvin le aplastara el cuello. Chauvin fue destituido de sus funciones como policía y acusado de asesinato en segundo grado. Los otros tres oficiales que participaron en la escena también fueron despedidos y acusados de avalar e incitar el asesinato.
"Para ese oficial, Floyd era invisible: el Hombre Invisible que Ralph Ellison describe en su novela", escribió Pelton, quien comenzó su carrera académica como profesor de literatura inglesa y estadounidense. “Los estadounidenses negros son invisibles para la mayoría de los estadounidenses blancos. Vivimos en las sombras".
La "deshumanización" de las víctimas
Según los historiadores, la "deshumanización" de los negros es un denominador común de los episodios recientes. Conecta las muertes prematuras de Floyd, Taylor y Arbery (y la amenaza que sufrió un hombre negro que estaba observando aves en Central Park), con una horrible historia de opresión racial en los Estados Unidos y su espantoso legado de linchamiento.
La muerte de Floyd se produjo la misma semana que Christian Cooper, egresado de Harvard y miembro del directorio de la New York City Audubon Society, estaba observando pájaros en el parque cuando se encontró con una mujer blanca que llevaba a su perro sin correa.
En el Legacy Museum and Memorial de la Equal Justice Initiative en Montgomery, Alabama, ubicado en lo que solía ser un antiguo almacén donde esclavizaban negros, se exhiben más de 800 frascos de tierra proveniente de sitios de linchamiento en todo el país. The Legacy Museum: From Enslavement to Mass Encarceration (Desde la esclavitud al encarcelamiento masivo) plasma la historia de los horrores de los linchamientos raciales. "La tierra que hay en estos frascos representa la vida de innumerables estadounidenses que nunca tuvieron un entierro digno, que enfrentaron muertes indescriptiblemente violentas atribuidas a “delitos graves” como discutir con un hombre blanco", según describe el museo.
Cuando le pidió a la mujer, quien más tarde fue identificada como Amy Cooper, que atara a su perro con la correa -pues así lo exigía el área donde se encontraban-, la mujer se negó. Christian Cooper comenzó a filmar el episodio, ya que la mujer lo amenazó con llamar a la policía para informar que había "un hombre afroamericano" amenazándola a ella. Christian Cooper grabó la llamada y más tarde comentó a The Washington Post: "No voy a permitir que me deshumanicen de esa manera".
“No importa lo que hagas, ya sea que estés observando aves, vendiendo agua en la acera o dando información en el noticiero, tu sola presencia representa una amenaza por las connotaciones asociadas al color negro: peligroso, impuro, inhumano, criminal”, expresa Coleman.
Y agrega: "Si eres negro y respiras, ya estas cometiendo un delito. Eso se remonta a la historia del país. Muchas personas negras fueron linchadas solo por ser negras. Así se legitima el poder de los blancos, por eso esa mujer, Amy, sabía exactamente el papel que debía desempeñar en la película: la damisela blanca en peligro, amenazada por el lobo negro malvado. "Voy a llamar a la policía y decirles que me está amenazando un hombre afroamericano". Había aprendido muy bien el guion".
Linchamiento y tortura
En 2018, la Equal Justice Initiative inauguró el National Memorial for Peace and Justice (Monumento Nacional por la Paz y la Justicia) en Montgomery, Alabama, el primer monumento del país que conmemora a las víctimas de linchamientos. El sitio contiene 801 monumentos de casi 2 metros, construidos de acero oxidado, uno por cada condado donde ocurrió un linchamiento. Las piezas de color óxido, colgadas de vigas, llevan grabado el nombre de cada víctima al igual que se describe a los cuerpos linchados de hombres, mujeres y niños negros en la canción "fruta extraña" que popularizó Billie Holliday en los años 30.
Los linchamientos fueron una forma brutal de ejecución extrajudicial y ocurrieron en todos los estados del país, entre estos, los estados donde vivían Floyd, Taylor y Arbrey. No solo colgaban a las personas de los árboles, sino que también las torturaban. Los blancos les cortaban los genitales, los dedos de manos y pies, y desollaban a las víctimas que quemaban vivas. Las mujeres y los niños negros también eran víctimas. Según los registros, los blancos solían tajear el vientre de las mujeres negras embarazadas, y acababan matando, también, a sus bebés.
El cuerpo de Rubin Stacy, de 32 años, cuelga de un árbol en Fort Lauderdale, Florida, el 19 de julio de 1935. Stacy se encontraba bajo custodia policial, acusado de "atacar” a una mujer blanca; un grupo de hombres enmascarados lo capturó para luego lincharlo. Según un informe de NAACP, colgaron a Stacy cerca de la casa de Marion Jones, la mujer que había hecho la denuncia original contra él. El “New York Times” difundió que "una investigación posterior reveló que Stacy, un hombre sin hogar, había ido a la casa de la mujer a pedir comida. Esta se asustó y gritó al ver el rostro de Stacy". Las fotos del linchamiento de Rubin Stacy circularon por todo el país, publicadas en una revista NAACP y luego en la revista Life Magazine. La imagen se incluyó en un informe contra el linchamiento enviado al presidente Franklin Roosevelt. La NAACP esperaba que la asunción de Roosevelt en 1932 pondría fin a los miles de linchamientos que habían aterrorizado a tantas personas, pero Roosevelt se negó a apoyar las leyes contra el linchamiento.
En 1918, Mary Turner de 21 años y con un embarazo de ocho meses, fue linchada por un grupo de blancos en el sur de Georgia después de manifestarse por el linchamiento de su esposo el día anterior, según la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés). Walter White, quien dirigió la NAACP de 1929 a 1955, se encargó de la investigación del caso. Entre 1880 y 1968, se registraron al menos 637 linchamientos en el estado, según un estudio del Tuskegee Institute.
Según la NAACP, habían asesinado a tiros al dueño de una plantación, Hampton Smith. A Hayes Turner, el esposo de Mary Turner, lo mataron por el crimen de Smith. Mary Turner negó que su esposo haya estado involucrado en el asesinato, se opuso públicamente al asesinato de su esposo y dijo que se ocuparía de hacer que arrestaran al grupo de blancos.
Al día siguiente, un grupo fue a buscar a Mary Turner. "Le ataron los tobillos, la colgaron de un árbol boca abajo, le rociaron gasolina y aceite de motor y la prendieron fuego", informó la NAACP. “Turner todavía estaba viva cuando uno de los hombres le abrió el abdomen con un cuchillo y su bebé cayó al suelo. Luego lo pisotearon y aplastaron. A Turner le dispararon cientos de balas".
Muchas de las víctimas de linchamientos no habían sido denunciadas formalmente por ningún delito. A algunos los linchaban simplemente por dirigirse a una persona blanca de una manera que la persona blanca consideró inapropiada. A otros los asesinaban porque se había cruzado con una mujer blanca, habían mirado a una persona blanca directamente a los ojos o bebido agua del pozo de una familia blanca.
"Existe un odio profundo en el corazón de este país que justifica la muerte de los negros", afirmó CeLillianne Green, historiadora, poeta y autora.
Según sostiene Green, el país se construyó bajo el presupuesto de supremacía blanca. De los fundadores que firmaron la Declaración de Independencia, 40 de 56 eran dueños de esclavos, y 10 de los primeros 12 presidentes también. La Constitución consideraba que los negros no eran humanos del todo, y que las personas esclavizadas representaban tres quintos de una persona libre.
Se avalaba que los blancos mataran a los negros
Los historiadores sostienen que, dado que los blancos consideraban que los negros eran "inferiores", se gestó un racismo que se sostiene hasta nuestros días. Los estados promulgaron leyes de esclavitud que concedían a los dueños de esclavos un dominio total sobre la vida de los negros. Algunos estados prohibían que las personas negras se reunieran en grupos, dispusieran de comida propia o aprendieran a leer.
Las leyes Jim Crow y los códigos negros se crearon para controlar el movimiento de personas negras durante la noche. Algunas ciudades cuyos habitantes eran todos blancos promulgaron "leyes de atardecer", que requerían que los negros abandonaran la ciudad cuando caía el sol. Muchas personas negras fueron linchadas simplemente por "violar" estas leyes.
En el siglo XVIII, Georgia obligaba a los dueños de plantaciones y empleados blancos a servir en la milicia estatal, lo que legitimaba la esclavitud, según la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles). A lo largo de la historia de Estados Unidos, "se avalaba que los blancos mataran a los negros", sostiene Green. "El padre y el hijo en Georgia actuaban como cazadores de esclavos".
Esta escena permite imaginar la violencia a la que se sometía a los negros esclavizados si se los encontraba caminando sin los pases requeridos por los Códigos negros.
La muerte de Arbery el 23 de febrero quedó registrada en un video grabado con un teléfono celular. Las imágenes lo muestran corriendo por una calle mientras dos hombres blancos, más tarde identificados como Gregory McMichael, de 64 años, y su hijo Travis McMichael, de 34 años, lo esperan para atacarlo.
Arbery intenta defenderse antes de que le disparen tres veces. Intenta escapar, pero enseguida cae muerto en la calle. Dos meses más tarde, arrestaron a los hombres que lo mataron.
La muerte de Arbery no es un caso aislado, sostiene Coleman. Es parte de la historia de "deshumanizar" a los negros. "Todos estos incidentes parten de una misma actitud: el miedo a lo negro".
Esa "deshumanización" se legitimó en 1857, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó en el caso Dred Scott contra Sandford que los estadounidenses negros, ya fueran libres o esclavizados, no debían considerarse ciudadanos estadounidenses y no podían presentar demandas en un tribunal federal. Esto significaba que la ley no protegía a las personas negras y que "las personas negras no podían defenderse", afirmó Coleman.
Según Coleman, ese concepto se aplicó en el tiroteo de Taylor, cuando la policía derribó su puerta en medio de la noche y su novio les disparó. "No solo le dispararon ocho veces, sino que, cuando su novio, que no sabía lo que estaba pasando, trató de defender su hogar, lo arrestaron por intento de asesinato a un oficial de policía porque, de nuevo, los negros no tienen derecho a defenderse. Esa es la realidad de los negros desde el primer día".
Acusaciones mortales de mujeres blancas
Cuando estallaron las protestas, el hashtag #AmyCooperIsARacist marcó tendencia en Twitter. Los comentaristas de las redes sociales expresaron que el incidente de Cooper les recordó el peligro al que se enfrentan los hombres negros frente a la denuncia de una mujer blanca, una realidad que la periodista Ida B. Wells registró en su investigación. Este año, ganó un Premio Pulitzer póstumo por su informe audaz sobre la violencia contra los negros durante la era del linchamiento.
Wells concluyó que muchos hombres negros habían sido linchados debido a falsas acusaciones de mujeres blancas. En una nota editorial publicada en su periódico, Memphis Free Speech, el 21 de mayo de 1892, Wells escribió: “Nadie en esta parte del país puede creer en la vieja mentira de que los hombres negros violan a las mujeres blancas. Si los hombres del sur no son cuidadosos, se podría concluir algo muy perjudicial para la reputación moral de sus mujeres”.
Mamie Till-Mobley llora a su hijo durante el funeral, el 6 de septiembre de 1955 en Chicago. A Emmett Till, un joven de 14 años que visitaba a su familia en Mississippi, lo asesinaron tras ser acusado de silbarle a una mujer blanca, Carolyn Bryant. Till fue secuestrado en Money, Miss., el 28 de agosto de 1955, torturado y fusilado. El cuerpo de Till, que habían reducido con el peso de un ventilador, fue encontrado tres días después en el río Tallahatchie.
Juicio por el asesinato de Emmett Till. En 1955, J.W. Milam (izquierda) y su medio hermano, Roy Bryant (derecha), fueron absueltos de los cargos de asesinato de Emmett Louis Till, un niño de 14 años acusado de silbarle a una mujer blanca. Un jurado formado completamente por blancos los absolvió después de deliberar durante una hora. Más tarde, en un reportaje, ambos admitieron que habían matado a Till. Nunca recibieron condena por el espantoso asesinato de Till en 1955, el cual fomentó la creación del Movimiento de Derechos Civiles. Murieron sin ser condenados. En 2018, Carolyn Bryant, la mujer blanca que acusó a Till de silbarle en un almacén en Money, Miss., reconoció que su denuncia fue falsa.
La amenaza de Cooper recuerda la acusación falsa más infame de una mujer blanca, la que derivó en al asesinato de Emmett Till, un adolescente de Chicago de 14 años, que fue linchado en Money, Mississippi, en 1955.
Después de ser acusado de silbarle a una mujer blanca, el adolescente fue secuestrado de la casa de su tío, torturado y acribillado a balazos. Lo rodearon con un alambre de púa conectado a un ventilador de 34 kilos y luego lo arrojaron al río Tallahatchie. Varias décadas después, la mujer que lo acusó de coquetear con ella admitió que gran parte de la historia era una mentira.
En 1920, existió una acusación similar contra tres hombres negros que trabajaban para un circo, a quienes lincharon en Duluth, Minnesota. Elias Clayton, Elmer Jackson e Isaac McGhie habían llegado a Duluth el día anterior con el John Robinson Circus para trabajar como cocineros y constructores.
"Estaban en la ciudad para un desfile callejero gratuito y un espectáculo el 14 de junio de 1920", según cuenta la Minnesota Historial Society.
Esa noche, una mujer de 19 años llamada Irene Tusken y su amigo James Sullivan, de 18 años, asistieron al circo. "Al final de la noche, la pareja salió por la parte trasera de la carpa principal", según el relato de Minnesota Historial Society. "Nadie sabe bien qué sucedió después, pero en la madrugada del 15 de junio, el jefe de policía de Duluth, John Murphy, recibió una llamada del padre de James Sullivan, quien le decía que seis trabajadores negros habían asaltado a la pareja a punta de pistola y que luego violaron a Irene Tusken". Se realizó un examen físico, pero no se encontró nada que pudiera corroborar la acusación.
La policía arrestó a seis hombres negros. Los periódicos informaron sobre el presunto asalto y, al anochecer, una multitud de entre 1.000 y 10.000 hombres blancos se reunió en la puerta de la estación de policía. "Encontraron poca resistencia por parte de la policía, a quien se le había ordenado no usar armas", según la sociedad histórica. Después de un juicio falso, Clayton, Jackson y McGhie fueron declarados culpables.
Ataron a los hombres a un poste de luz, como se muestra en una foto que se convirtió en una postal, una práctica espeluznante que duró unos 50 años. En la imagen, dos hombres cuelgan del poste, con las camisas rasgadas, mientras que otro yace en el suelo. Un grupo de hombres blancos vestidos con abrigos y chaquetas rodean el cuerpo, y algunos esbozan una sonrisa burlona.
El Duluth Herald informó sobre los horrores del linchamiento de tres hombres negros el 15 de junio de 1920 por parte de un grupo de blancos en Duluth, Minnesota. "UN GRUPO DE BLANCOS ENFURECIDOS CAPTURA A TRES NEGROS DE LA ESTACIÓN DE POLICÍA Y LOS CUELGAN DE UN POSTE DE LUZ", dice el titular.
"Sin el beneficio de abogados o tribunales"
Al igual que Floyd, Taylor y Arbery, muchas víctimas de linchamientos fueron asesinadas sin el debido proceso, sin haber sido acusadas de ningún delito, sin haber tenido la oportunidad de organizar una defensa contra las denuncias.
Hace setenta y cuatro años, ocurrió en Georgia lo que se conoce como el "último linchamiento masivo", cuando un grupo de blancos atacó a dos hombres negros y sus esposas que iban camino a pagar una fianza.
El 25 de julio de 1946, George W. Dorsey y su esposa, Mae Murray Dorsey, y Roger Malcolm y su esposa, Dorothy Malcolm, fueron atacados en el condado de Walton, a unos 48 kilómetros al este de Atlanta, según dicen los informes judiciales. Las parejas fueron brutalmente azotadas y torturadas.
Dos semanas antes del ataque, Roger Malcolm había sido arrestado y acusado de apuñalar a un granjero blanco durante una pelea, según un informe de la Equal Justice Initiative. El terrateniente blanco para quien trabajaban los Malcolms y Dorseys se ofreció a llevarlos a la cárcel para pagar una fianza de $ 600. Pero en el camino de regreso a la granja, un grupo de 30 hombres blancos emboscaron el automóvil. Ataron a los cuatro a un roble y luego acribillaron los cuerpos. Como si fuera poco, les abrieron los cráneos, les quebraron las extremidades y les arrancaron la piel.
Dejaron los cuerpos colgados cerca del puente Ford de Moore, sobre el río Apalachee, otra escena espantosa en el paisaje estadounidense del racismo.
"Murieron sin el beneficio de abogados o tribunales, despojados de todos los derechos constitucionales y sin un gramo de misericordia", escribió el historiador Anthony Pitch, autor de “The Last Lynching: How a Gruesome Mass Murder Rocked a Small Georgia Town” (El último linchamiento: cómo un horrible asesinato en masa sacudió una pequeña ciudad de Georgia").
El National Memorial for Peace and Justice (Monumento Nacional por la Paz y la Justicia), que se inauguró el 26 de abril de 2018, conmemora a las víctimas de la esclavitud y el linchamiento racial terrorista. El sitio contiene más de 800 monumentos de acero corten, que representan a los condados donde ocurrieron linchamientos. En cada columna está grabado el nombre de un hombre, mujer o niño que fue linchado. Según la organización Equal Justice Initiative, desde 1877 a 1950, murieron más de 4.400 hombres, mujeres y niños negros como consecuencia del linchamiento de grupos blancos. Los fusilaron, desollaron, quemaron vivos, apalearon y colgaron de los árboles.
Poner fin a este tipo de males
Estos linchamientos -que ocurrieron meses después de que otro horrible incidente provocara una protesta nacional- también conmocionaron al país. En Batesburg, Carolina del Sur, arrojaron del autobús a un hombre negro, veterano de la Segunda Guerra Mundial, vestido con su uniforme, tras ser acusado de responderle al conductor. Un oficial de policía lo golpeó hasta dejarlo inconsciente y con una ceguera irreversible. Isaac Woodward acababa de recibir una condecoración por los servicios prestados. Cuando el presidente Harry S Truman se enteró de que estaban maltratando a los veteranos negros que regresaban a la ciudad y reclamaban sus derechos como ciudadanos, expresó: "Lucharé para poner fin a este tipo de males".
El asesinato de las parejas del Puente Ford de Moore pudo haber sido el último "linchamiento masivo" registrado en Georgia, pero, a pesar de la promesa de Truman, los linchamientos continuaron en todo el país.
La connivencia de estos linchamientos era tal, que a veces incluso se anunciaban con anticipación. Los periódicos publicaban notas que informaban la fecha, la hora y los lugares de estas ejecuciones extrajudiciales planificadas. Eso parece ficticio hoy en día, pero Coleman encuentra similitudes espantosas en videos actuales. "Antes hacían postales con las imágenes de los linchamientos. Hoy tenemos Internet y todas estas redes sociales. Funciona de forma similar. Se vuelve un asesinato pornográfico. Simplemente te sientas allí y ves cómo asesinan a alguien en tiempo real”.
Después de la Proclamación de Emancipación, cuando se abolió la esclavitud, continuó una era de terror racial, gestada para perpetuar el sometimiento de los negros. "Tuvimos casi otro siglo entero de violencia indiscriminada contra los negros porque la supremacía blanca no considera que los negros sean personas libres. Y hoy sigue pasando lo mismo".