Argentina: descubren una nueva especie de dinosaurio carnívoro que fue más pequeña que sus parientes cercanos
Hallado en rocas de 70 millones de años y perteneciente a la familia de los Abelisáuridos, el flamante Niebla antiqua tenía unos 4 metros de longitud y un cráneo sin cuernos, pero con rugosidades.
Reconstrucción artística del Niebla antiqua acechando entre la neblina.
El paleontólogo y explorador de National Geographic Mauro Aranciaga Rolando catalogando los materiales antes de emprender la vuelta a la ciudad de Buenos Aires.
Cada vez que una nueva especie fósil sale a la luz, se pueden abrir las puertas de otro dilema en el mundo de la Paleontología. Y eso, los especialistas ya lo tienen en claro porque forma parte del camino que recorre la ciencia para revelar información antes desconocida y aprender más detalles de un ecosistema que existió hace millones de años.
Algo así sucede con el recientemente descubierto y nombrado Niebla antiqua, una nueva especie de dinosaurio carnívoro cuyos restos fósiles fueron hallados en rocas de 70 millones de años (Cretácico Superior), en la provincia argentina de Río Negro, durante una expedición liderada por el paleontólogo argentino y explorador de National Geographic Mauro Aranciaga Rolando.
Ya en 2010, en otra breve campaña realizada en la zona, el paleontólogo y doctor en Ciencias Naturales Fernando Novas y el Técnico Marcelo Isasi (miembros del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” MACN- CONICET) habían encontrado una vasta zona fosilífera que prometía grandes hallazgos. Pero fue recién en octubre de 2018, con el apoyo de National Geographic Society, que se completó un trabajo de excavación más exhaustivo en el que se encontraron cientos de restos fósiles de flora y fauna hasta el momento desconocida.
Tal como cuenta el explorador, el nuevo dinosaurio recibe el nombre de Niebla por la pesada neblina de la zona en aquellos días y antiqua por la antigüedad a la que corresponden los restos recuperados: partes del cráneo, la cintura pectoral y algunas vertebras, entre las piezas que más se destacan.
Cintura escapular, costillas, vertebras y cráneo de Niebla antiqua.
El “pequeño” de la familia
“A partir del estudio anatómico realizado se sabe que Niebla tenía una longitud corporal de aproximadamente 4,5 metros y, al igual que sus parientes, habría tenido brazos muy cortos y reducidos, así como también un tórax robusto. Sin embargo, Niebla poseía una serie de pequeños tubérculos sobre sus órbitas, diferenciándolo de otros abelisaurios de mayor tamaño, los cuales presentaban cuernos u ornamentaciones de distinto tipo”, explica Aranciaga, quien también forma parte del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados del MACN – CONICET.
El cráneo de Niebla antiqua, se pueden visualizar las rugosidades que lo caracterizan.
“El tamaño de Niebla es una de las cosas que más nos llama la atención de este ejemplar, porque es mucho menor que sus parientes cercanos. Entre estos, por ejemplo, podemos encontrar a Carnotaurus de 8 metros o Abelisaurus con más de 7 metros de largo”, comenta el explorador. De esta manera, Niebla “cambia rotundamente nuestro panorama porque nos muestra que existían especies de menor tamaño que convivían con aquellos más grandes”.
Además, para Aranciaga, eso indicaría que, en la Patagonia la evolución de los dinosaurios carnívoros fue mucho más compleja de lo que se creía y que no solo, en un mismo ambiente, había grandes cazadores sino también otros, como Niebla, que se alimentaban de presas de menor tamaño (lo que a su vez era posible por una inmensa variedad de tamaños de presas como los ornitópodos, aeolosáurios, titanosáurios, saltasáurios, entre otros).
El proyecto del explorador también disparó otros estudios paralelos de la nueva especie. Por un lado, el paleontólogo Mauricio Cerroni, becario del Conicet y otro de los miembros del laboratorio, pudo reconstruir la cavidad cerebral y el oído de este dinosaurio. Su trabajo revela que Niebla tenía un particular sentido de la vista y olfato, lo que posiblemente fue una característica clave a la hora de capturar su alimento.
Y, por otro lado, el licenciado Jordi Garcia Marsà, becario del Conicet, llevó adelante un trabajo sobre los tejidos de los huesos del ejemplar que permitió concluir que se trataba de un adulto, lo que reforzó la confirmación de la nueva especie.
Los materiales fueron hallados dentro de los campos de la familia Arriagada y los trabajos realizados contaron con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Río Negro y del personal del Museo Patagónico de Ciencias Naturales.