Chile: encuentran restos fósiles de un “abuelo” de los cocodrilos modernos

Nombrado “Burkesuchus mallingrandensis”, los restos de este reptil jurásico fueron hallados en un yacimiento de 148 millones de años al sur de la Cordillera de los Andes.

El Dr. Fernando Novas examina el cráneo de Burkesuchus mallingrandensis.

Fotografía de Sebastián Rozadilla
Por Redacción National Geographic
Publicado 27 jul 2021, 12:21 GMT-3

Tal como hoy en día se los conoce, los cocodrilos son animales carnívoros, de un tamaño considerable, que pueden habitar lagos, ríos y costas marinas. Sin embargo, según aclaran los expertos en la materia, es probable que esa imagen que se tiene actualmente sea solo un leve reflejo de cómo sus ancestros reptiles fueron y se comportaron en tiempos prehistóricos, cuando surgieron hace aproximadamente unos 190 millones de años.

En la tarea de intentar recuperar huellas de esas épocas escondidas y grabadas en las piedras, es que suelen darse descubrimientos asombrosos. Recientemente, un grupo de científicos chilenos y argentinos han presentado al Burkesuchus mallingrandensis, una especie de dinosaurio hasta ahora desconocida.

Descripto informalmente por el equipo como un “abuelo” de los cocodrilos modernos, sus restos fósiles fueron hallados en la región de Aysén, Chile, al sur de la Cordillera de los Andes, en un yacimiento de unos 148 millones de años. Los resultados sobre esta investigación ya fueron publicados en la revista Scientific Reports del grupo Nature.

Reconstrucción artística de Burkesuchus mallingrandensis.

Reconstrucción artística de Burkesuchus mallingrandensis.

Fotografía de Gabriel Lio.

Hallazgos previos en la zona del descubrimiento –como el del Chilesaurus diegosuarezi-, promovieron otras exploraciones lideradas por el Doctor Manuel Suárez y Rita de la Cruz, del Instituto de Geología de la Universidad Andrés Bello (Santiago de Chile) y que contaron con la participación del personal del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados, pertenecientes al Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (LACEV-MACN, Buenos Aires), encabezado por Fernando Novas, investigador de CONICET.

En este caso particular, los primeros restos del cocodrilo fueron descubiertos por el paleontólogo Federico Agnolín. Del trabajo de extracción y en la autoría de la publicación científica también participó el paleontólogo del LACEV Sebastián Rozadilla y explorador de National Geographic, quien contó con el apoyo de una beca de la organización para este proyecto.

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    El cráneo de Burkesuchus mallingrandensis en relación al de un Yacaré (Caimán latirostris) juvenil.
    Algunos de los restos fósiles de Burkesuchus mallingrandensis.
    Izquierda: Arriba:

    El cráneo de Burkesuchus mallingrandensis en relación al de un Yacaré (Caimán latirostris) juvenil.

    Derecha: Abajo:

    Algunos de los restos fósiles de Burkesuchus mallingrandensis.

    FOTOGRAFÍAS DE Sebastián Rozadilla

    “Tuvimos la fortuna de contar con gran parte del cráneo de este animal. Esta es la parte más importante para estudiar a los cocodrilos, pues nos muestra muchos rasgos que nos ayudan a saber si se trata o no de una nueva especie, y con qué otros cocodrilos está relacionada” asegura Agnolín.

    Por su parte, Rozadilla destaca que “el estudio de las relaciones evolutivas del Burkesuchus revela que esta especie está muy cerca del ancestro común de los cocodrilos modernos, los Neosuchia” y agrega que aporta información relevante -como la anatomía de sus patas traseras y el oído-, para comprender cómo estos reptiles jurásicos comenzaron a aventurarse en el agua para pasar a un modo de vida anfibio.

    Reconstrucción en 3D del esqueleto de Burkesuchus mallingrandensis. Los huesos coloreados en rojo son aquellos los ...

    Reconstrucción en 3D del esqueleto de Burkesuchus mallingrandensis. Los huesos coloreados en rojo son aquellos los fósiles recuperados.

    Fotografía de Santiago Miner

    A lo largo del proyecto se encontraron además los huesos del brazo y hombro, algunas vértebras y escudos, y un fémur. Los fósiles indican que se trataba de un animal pequeño, que no habría superado el metro de longitud.

    Sobre el nombre científico elegido para este dinosaurio, Novas explica que significa “el cocodrilo de Burke procedente de Mallín Grande” y se trata de “un homenaje al estadounidense Coleman Burke (1941-2020), amante de la Patagonia y apasionado por la paleontología, quien tuvo un rol fundamental en las diversas actividades de nuestro laboratorio”.

    Reconstrucción artística del Burkesuchus mallingrandensis en su potencial entorno jurásico.

    Reconstrucción artística del Burkesuchus mallingrandensis en su potencial entorno jurásico.

    Fotografía de Gabriel Lio.

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