Una nueva especie de dinosaurio “pico de pato” fue descubierta en la Patagonia argentina
El inédito hadrosaurio, nombrado Kelumapusaura machi, fue descenterrado en la provinia de Río Negro por un equipo liderado por exploradores argentinos de National Geographic. Este hallazgo permitirá entender mejor el período Cretácico en Sudamérica.
Reconstrucción artística del Kelumapusaura machi. El descubrimiento del fósil de esta nueva especie de dinosaurio “pico de pato” permitió a los investigadores conformar un “clado” o rama evolutiva propia de la Patagonia.
Un equipo de científicos liderado por el explorador de National Geographic Sebastián Rozadilla descubrió en la provincia argentina de Río Negro una nueva especie de hadrosaurio (dinosaurio “pico de pato”), al que llamaron Kelumapusaura machi.
Los investigadores sostienen que este hallazgo aporta nueva evidencia a la teoría que sostiene que los hadrosaurios migraron desde América del Norte, pero también sugiere que una vez en el continente del sur, evolucionaron de manera tal que es posible englobar a las distintas especies de la Patagonia en un mismo clado o grupo evolutivo propio.
El equipo que participó del descubrimiento del Kelumapusaura machi. De izquierda a derecha: Matías Motta, Julia D’Angelo, Sebastián Rozadilla, Gonzalo Muñoz, Gabriel Lio, Jordi García-Marsa, Ana Moreno, Federico Agnolín, Adriel Gentil, Federico Brissón-Egli, Marcelo Isasi y Mauro Aranciaga-Rolando.
Cómo era el Kelumapusaura machi
A raíz de esta expedición, que contó con la participación del explorador de National Geographic Mauro Aranciaga Rolando, el Dr. en Ciencias Naturales Fernando Emilio Novas y los investigadores Federico Brisson-Eglia y Federico Lisandro Agnolín, los especialistas lograron reconstruir cómo era este dinosaurio y cómo se alimentaba.
El Kelumapusaura era un animal herbívoro. Los paleontólogos estiman que habría alcanzado unos 8 metros de largo y el hallazgo de restos de varios especímenes juntos sugiere que se trataba de un animal social.
Su nombre alude al lugar donde fue encontrado y utiliza palabras en lengua mapuche (pueblo originario de la zona) para formar el término de "lagarto de la tierra roja". Le agregaron también la palabra machi en homenaje a las mujeres chamanes del pueblo mapuche.
Además de su ancho hocico, que guarda cierta semejanza con el pico de un pato, el Kelumapusaura tenía unas complejas baterías de dientes en las quijadas, que formaban unas superficies de masticación muy efectiva que le permitía machacar los vegetales que constituían su dieta. Estos dientes eran rápidamente reemplazados por otros cuando se gastaban o caían.
Silueta de Kelumapusaura machi al lado de una persona de 1,7 m. La silueta gris representa el ejemplar de mayor tamaño descubierto, el cual habría alcanzado una longitud de 8 metros.
Dónde apareció el fósil del nuevo hadrosaurio sudamericano
El nuevo hadrosaurio apareció en el campo de la familia Arriagada, en la provincia de Río Negro, en la Patagonia argentina, en una zona que es muy rica en fósiles.
De hecho, Rozadilla participó en las expediciones de su colega paleontólogo Mauro Aranciaga Rolando, quien también es explorador de National Geographic, y con quien ya descubrieron dos nuevas especies en esas mismas tierras: el pequeño carnívoro Niebla antiqua (cuyo nombre evoca a las condiciones climatológicas en las que fue encontrado y desenterrado) y el dinosaurio herbívoro de cuello largo Menucocelsior arriagadai (cuyo nombre homenajea a la familia Arriagada).
El hallazgo de restos de varios especímenes juntos sugiere que el Kelumapusaura machi era un animal social. Esta especie, perteneciente a un grupo que engloba a distintos hadrosaurios patagónicos, habría evolucionado en América del Sur a partir de un ancestro oriundo de América del Norte, pero la razón que explicaría por qué esta familia de dinosaurios es la única que migró hacia el sur es todavía un misterio para los científicos.
El Kelumapusaura y el origen de los hadrosaurios de América del Sur
El descubrimiento fue comunicado a la comunidad científica en un artículo publicado el 24 de febrero de 2022 en la revista Journal of Systematic Paleontology. En ese trabajo, Rozadilla y sus colegas plantean que el Kelumapusaura forma parte, junto con otros hadrosaurios patagónicos, de un “clado” o grupo de especies que evolucionaron a partir de un antepasado común proveniente de América del Norte.
La comunidad científica asume, al menos por el momento, que durante el Cretácico más superior hubo algún contacto entre las dos Américas y que fue entonces cuando emigraron hacia el sur los hadrosaurios.
“Pese a que esto es muy interesante, nosotros éramos un tanto escépticos frente a estas teorías, porque en una instancia de contacto intercontinental, deberían ser muchos los grupos que pasan de un lado al otro”, argumenta Rozadilla.
El escepticismo de Rozadilla y su equipo tiene fundamento. Tal como ellos explican, cuando se formó, por ejemplo, el istmo de Panamá, en el Pleistoceno (la llamada “era del hielo”), pasaron de norte a sur y de sur a norte los cánidos, los félidos, los elefantes, los ciervos y muchísimas otras familias de animales.
Pero en cuanto a las migraciones de dinosaurios entre las Américas (que ocurrieron mucho antes, en algún momento hacia el final de la era mesozoica, entre 144 y 65 millones de años atrás), ¿cómo es posible que solo haya pasado un solo grupo? “Pensamos que esa teoría era difícil de probar, porque estaban faltando grandes grupos que pasen de un lado a otro. Hicimos los análisis para ver si era así y en efecto terminamos apoyando esa teoría”, confiesa Rozadilla.
Según lo que postula este grupo de científicos, pareciera que los dinosaurios “pico de pato” del sur sí están relacionados con los del norte. Pero, entonces, si existió esa migración, ¿por qué solo llegaron los hadrosáuridos?
Sebastián Rozadilla, quien lideró el estudio del Kelumapusaura machi, examina la mandíbula de este animal. Nótense los alvéolos columnares donde se desarrollaba la compleja batería dentaria de este dinosaurio.
Qué dinosaurios migraron de América del Norte hacia el sur
Decíamos al comienzo de este artículo que cada nuevo avance en materia científica suele traer más preguntas que respuestas y ésta no es la excepción. Tradicionalmente se pensaba que los anquilosaurios (dinosaurios acorazados) también habían migrado desde el norte.
Sin embargo, ha cobrado fuerza recientemente la teoría que sostiene que los anquilosaurios pertenecen a un grupo oriundo de Gondwana, es decir, del supercontinente del sur del mundo mesozoico, donde se encontraba la actual América del Sur.
Si esto es así, como dice Rozadilla, “hay que repensar todo”. Si resulta que los anquilosaurios no emigraron a América del Sur desde América del Norte, se podría considerar que en la migración del Cretácico superior sólo se desplazaron los hadrosaurios.
El equipo de Rozadilla se proponía demostrar que los hadrosaurios patagónicos también pertenecen a un grupo originario de Gondwana, pero resultó que, en efecto, se trata de un clado que tiene relación con los dinosaurios “pico de pato” de América del Norte.
Por lo tanto, el misterio de esta migración única continúa.
“Es muy raro que solo haya migrado un grupo. Es interesante y a la vez difícil de entender. Pero por el momento, nuestras metodologías y nuestros análisis nos están señalando esos datos”, reconoce Rozadilla.
Algunos de los huesos craneanos de Kelumapusaura machi, entre los que destacan su maxilar y su dentario, que portan dientes, así como también el predentario, un pico sin dientes en su hocico con el que este dinosaurio cortaba las hojas con las que se alimentaba.
Cómo fue el descubrimiento del nuevo dinosaurio “pico de pato”
La relación entre este grupo de paleontólogos y la familia Arriagada empezó hace más de 10 años, cuando el Dr. Fernando Novas fue invitado por el dueño del campo a recorrer sus tierras para mostrarle los fósiles que había encontrado. Efectivamente, en una barda (un cerro bajo o barranca de roca sedimentaria) asomaba una buena cantidad de huesos. Novas prometió volver, pero no sabía cuándo ni cómo.
“Eso finalmente sucedió en 2018 y ahí, gracias a una beca de National Geographic de un compañero de laboratorio, Mauro Aranciaga, fuimos hasta ese lugar, armamos campamento y comenzamos a explorar”, recuerda Rozadilla.
En aquella barranca, tal como describe el paleontólogo, había un nivel de roca muy roja, que se destacaba del resto, que por lo general es amarillenta o blancuzca. En esa capa había muchos restos de dinosaurios y el equipo consiguió extraer los de dos especies distintas: el de un dinosaurio de cuello largo, que resultó ser una nueva especie (Menucocelsior arriagadai), y el de un hadrosaurio también desconocido hasta el momento: el Kelumapusaura machi.
Entre la niebla, los paleontólogos abren canteras para extraer los huesos de Kelumapusaura machi, un nuevo dinosaurio “pico de pato” descubierto en la misma zona donde aparecieron también el pequeño carnívoro Niebla antiqua y el enorme dinosaurio de cuello largo Menucocelsior arriagadai.
En qué estado se encontraba el fósil del Kelumapusaura
Es probable que la capa roja donde fue descubierto el Kelumapusaura haya correspondido en algún momento al lecho de un río sobre el cual se fueron depositando estos fósiles. Han pasado 70 millones de años y el paisaje ha cambiado mucho. Incluso, antes de la caída del famoso meteorito, el mar avanzó sobre la Patagonia.
Por todas estas razones, los fósiles suelen encontrarse desparramados y fragmentados. Pero en este caso, como cuenta Rozadilla, “empezaron a aparecer fémures, vértebras, una escápula y nos fuimos dando cuenta de que eran restos de un animal muy interesante”.
En un momento apareció una mandíbula gigante, pero los investigadores no podían saber si pertenecía al mismo animal que estaban excavando. Sin embargo, continúa Rozadilla, “a unos metros apareció un cráneo de un animal que tenía sus dos quijadas, su pico, parte del techo craneano, vértebras y un sacro y eso sí podíamos delimitarlo como perteneciente a un mismo ejemplar. Ese fue entonces nuestro punto de partida”.
Con delicadeza y herramientas de precisión, los huesos de Kelumapusaura machi emergen de la tierra roja. Los Arriagada, propietarios del campo donde se hizo el descubrimiento, son ganaderos, aficionados a la paleontología y colaboradores entusiastas en la búsqueda de fósiles.
Dinosaurios de América del Sur: “Hay que seguir buscando”
Tanto los dinosaurios “pico de pato” como los acorazados pertenecen a la familia de los ornitisquios, que son raros de encontrar en Sudamérica, como explica Rozadilla. Sin embargo, a medida que hay más equipos buscando fósiles e investigando, se va descubriendo que, en realidad, no son tan extraños como se pensaba, aunque sí pareciera que son anatómicamente diferentes a los de América del Norte y Asia.
“Hay toda una historia evolutiva de este grupo, acá en el sur del continente, que todavía no entendemos muy bien. Eso es lo interesante del trabajo del Kelumapusaura: estos animales habrán venido de América del Norte, pero acá se diversificaron en un grupo patagónico o como ocurrió con los anquilosaurios de la Patagonia, que pertenecen a un linaje muy antiguo de los continentes del sur”, comenta Rozadilla.
La generosidad con la que el campo de los Arriagada ofrece fósiles de especies nuevas está proporcionalmente relacionada con el potencial que todavía existe en el campo de la paleontología en América del Sur.
Como dice Rozadilla, "hay que seguir buscando (...) Es una historia muy apasionante y estamos todavía recién empezando a vislumbrar la entrada a la discusión”.
Habrá que esperar a la próxima expedición de Rozadilla y su equipo para saber qué nuevos secretos de la evolución aún están por descubrirse en América del Sur.