¿Qué es la inseguridad alimentaria y cuáles son sus causas?
Un cocinero corta perejil para la comida de las personas en situación de vulnerabilidad. Queens, Nueva York.
En 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fijó tres ambiciosas metas para alcanzar en 2030: acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición mundial. Las tres conforman el objetivo número 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta que trazó Naciones Unidas tras lograr el Acuerdo de París.
En los últimos años, varios factores han desviado al mundo de este objetivo al aumentar los índices de inseguridad alimentaria. Los conflictos cada vez más violentos, las crisis económicas y los efectos de la pandemia de la COVID-19 son algunos de los factores que la organización señala como responsables de este lamentable escenario.
El informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo publicado en julio de 2023 de forma conjunta por cinco organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) muestra que en el mundo unas 735 millones de personas padecen hambre, lo que supone un aumento de 122 millones de personas en los últimos cuatro años
El documento también revela que alrededor de 2400 millones de personas (alrededor del 29,6% de la población mundial) no tuvieron acceso constante a los alimentos en 2022. Entre ellas, unos 900 millones de personas se enfrentaban a una situación de inseguridad alimentaria grave.
Pero para entender la gravedad del problema, primero hay que profundizar sobre lo que significa que una persona tenga inseguridad alimentaria, y qué relación tiene con el concepto de hambre.
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Voluntarios empacan alimentos para distribución en una de las sedes de la organización caritativa CENTI, en Queens, Nueva York.
¿Qué es la inseguridad alimentaria?
La inseguridad alimentaria se produce cuando las personas no tienen acceso regular y permanente a alimentos en cantidad y calidad suficientes para sobrevivir, según define la la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esto significa que una persona en situación de inseguridad alimentaria experimenta incertidumbre sobre cuándo, cómo y cuánto comerá en su próxima comida, lo que pone en riesgo su nutrición, salud y bienestar.
Tipos de inseguridad alimentaria
La organización internacional detalla más sobre el concepto y clasifica los niveles de inseguridad alimentaria en función de cuatro categorías: moderada, grave, crónica y aguda.
La inseguridad alimentaria moderada se produce cuando la capacidad de una persona para obtener alimentos se ve afectada por factores como los ingresos o el acceso a los recursos. Las personas que se encuentran en esta fase del problema acaban teniendo que reducir la cantidad o la calidad de los alimentos que consumen en determinadas épocas del año.
En el estado grave de inseguridad alimentaria caen aquellas personas que no tienen acceso a los alimentos y pueden pasar hambre durante el día y, en los casos más extremos, pasar días sin comer.
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“Un tercio de los alimentos producidos se desperdicia diariamente, reforzando los escenarios de inseguridad alimentaria.”
Por otro lado, la inseguridad alimentaria crónica es la que persiste en el tiempo, es decir, la de una persona que vive durante largos periodos en los que no está segura si va a poder alimentarse. Este nivel suele estar relacionado con causas estructurales de la sociedad, como los altos precios de los alimentos o la inflación.
Por último, la última categoría (aguda) es aquella que se establece en un nivel en que la falta de alimentos es suficiente para amenazar la vida o los medios de subsistencia de una persona, independientemente de la causa, el contexto o la duración. Por ejemplo, cuando una persona sufre desnutrición y tiene riesgo de muerte.
Diferencia entre inseguridad alimentaria y hambre
Como ambos conceptos son similares, suelen confundirse entre sí. La inseguridad alimentaria tiene en cuenta no solamente la cantidad de alimentos a los que una persona tiene acceso, sino también la calidad y las causas de la incertidumbre de poder o no comer.
El hambre es definida por la FAO como un malestar o dolor físico causado por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Sin embargo, las personas que lo padecen por causas sociales y estructurales también sufren algún nivel de inseguridad alimentaria.
El término hambre también se utiliza a menudo como sinónimo de desnutrición crónica, que es la condición persistente (de larga duración) en la que la ingesta habitual de alimentos de un individuo es insuficiente para proporcionar la cantidad de calorías necesarias para una vida normal, activa y saludable.
Qué causa la inseguridad alimentaria
La investigación internacional destaca que los principales factores detrás del aumento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición son los conflictos, las temperaturas climáticas extremas y las crisis económicas.
Como ejemplos, el documento destaca la guerra en Ucrania y otros conflictos que generan oleadas de refugiados; la tendencia a la desaceleración económica y el estancamiento de las economías mundiales, especialmente con los efectos de la pandemia COVID-19, que arrojó a varios países a la recesión económica.
Otro aspecto resaltado es el aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, que generan catástrofes y colocan a miles de personas en situación de vulnerabilidad.
Además, el estudio indica que estas causas, combinadas con un aumento de las desigualdades sociales, generan un escenario complejo que repercute negativamente en la seguridad alimentaria y la nutrición.
El personal y los voluntarios de la organización religiosa Calvary Lutheran Church distribuyen alimentos a largas filas de autos. Mineápolis, Estados Unidos.
Cómo combatir la inseguridad alimentaria
De cara al futuro, las proyecciones del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 elaborado por la FAO indican que unos 670 millones de personas, el 8% de la población mundial, seguirán pasando hambre en 2030.
La cifra igualaría los niveles de 2015, cuando se lanzó el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para finales de esta década en la Agenda 2030 de la ONU.
No obstante, y teniendo en cuenta las causas de la inseguridad alimentaria, la FAO reconoce algunas medidas para combatir la problemática. Entre ellas, la integración de las políticas humanitarias en las zonas de conflicto, el aumento de la protección de los sistemas alimentarios (como la producción de los pequeños agricultores) ante el cambio climático, y el refuerzo de los programas económicos dirigidos a las personas en situación de vulnerabilidad.
Además de estos objetivos, evitar el desperdicio de alimentos es también una forma de reducir el problema. De acuerdo a la organización mundial, un tercio de los alimentos producidos se desperdicia cada día, lo que refuerza los escenarios de inseguridad alimentaria.
La buena noticia es que la mayor parte de los residuos se producen en casa y, por tanto, es posible reducirlos con sencillas medidas cotidianas. Para ser parte de la solución, puedes leer cómo evitar la pérdida de alimentos y colaborar en la lucha contra el hambre.
