Día Internacional de la Mujer: 3 latinoamericanas que dejan huella en la ciencia

A nivel mundial solo el 33.3% de los investigadores son mujeres. En Latinoamérica el porcentaje es más alto pero el número aún es insuficiente. Conoce a tres latinas destacadas y sus historias.

Por Redacción National Geographic
Publicado 8 mar 2023, 09:33 GMT-3
Una investigadora examina un embrión de pollo bajo un microscopio. Museo Peabody de la Universidad de ...

Una investigadora examina un embrión de pollo bajo un microscopio. Museo Peabody de la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut, Estados Unidos.

Fotografía de Paolo Verzone

Cuando era niña, la brasileña Sonia Guimarães sentía una gran curiosidad por conocer los secretos del mundo y constantemente hacía preguntas: “¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué las hojas son verdes?”. Sin saberlo, ya sentía interés por la Física, pero entonces no sabía en qué consistía esa disciplina a la cuál le dedicaría su vida.

Algo similar le ocurrió a África Flores de Guatemala, quien desde temprana edad sabía que su deseo era seguir aprendiendo. Sentía interés por el medio ambiente y por ayudar a recuperar zonas contaminadas de su país. Esta motivación es la que la llevó a estudiar Agronomía, a trabajar en la NASA y a convertirse en exploradora de National Geographic. 

Desde Colombia, Mariana Ospina, una joven estudiante de 18 años, sueña con convertirse en científica. Conoció la NASA en 2021 gracias al programa Ella es astronauta, una iniciativa de la Fundación She Is junto al Space Center de la agencia espacial estadounidense. Su deseo es ser ingeniera aeronáutica y que más niñas conozcan la ciencia y se enamoren de ella.

A estas tres mujeres las une la curiosidad, el deseo de aprender y el ideal de generar aportes a la sociedad. Son las primeras de su familia en asistir o graduarse de la universidad. Desde sus roles, cuentan en entrevista con National Geographic su experiencia y cómo ser mujer ha influido en sus carreras científicas.

(Contenido relacionado: Mujeres en la ciencia: 8 científicas que hicieron historia)

Tres mujeres que hacen historia: cuáles son sus aportes a la ciencia

En su extensa y prolífica carrera, Guimarães ha hecho grandes aportes a la ciencia y su experiencia sentó precedente. Es doctora en Física y se especializa en materiales semiconductores con aplicación a la microelectrónica. También es activista y lucha contra el racismo y la discriminación de género.

En Brasil, existe un modelo de escuela secundaria técnica en el que los estudiantes se gradúan de la educación regular y en alguna habilidad técnica específica (por ejemplo mecánica, electricidad o construcción). Guimarães fue parte de este sistema y tuvo la intención de dar continuidad a esa formación, pero entonces conoció la Física y decidió cambiar de rumbo.

“Acababa de graduarme en edificación técnica y por eso quería ser ingeniera civil. Para entrar a la universidad hice un curso preparatorio en el que empecé a tomar clases de Física y me gustó mucho”. Así fue que comenzó su carrera en la Universidad Federal de São Carlos (en São Paulo) y pocos meses después comenzó a fabricar semiconductores.

Según consta en Iric, una oficina de prensa especializada en divulgación científica y asuntos de ciencia que se encarga de la comunicación de Guimarães, es la primera mujer negra en tener un doctorado en Física en su país. Además, se convirtió en profesora en el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) de Brasil cuando la institución no aceptaba mujeres entre sus estudiantes, en 1993.

Sonia Guimarães es una reconocida científica brasileña especialista en semiconductores y es la primera mujer en ...

Sonia Guimarães es una reconocida científica brasileña especialista en semiconductores y es la primera mujer en ser docente en el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) de Brasil. 

Fotografía de IRIC Divulgación

La física brasileña también es reconocida como inventora: descubrió la técnica para producir sensores de radiación infrarroja para cabezas de misiles, según consta en la web de Iric.

Por su parte, Flores, la actual exploradora de National Geographic, es también ingeniera agrónoma experta en tecnología geoespacial e investigadora en el Centro de Ciencias del Sistema Terrestre de la Universidad de Alabama en Huntsville (UAH), en Estados Unidos. Comenzó su carrera movilizada por la contaminación y las dificultades con el acceso al agua limpia en su país. 

Su primer trabajo fue en el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) en la unidad de Sistemas de Información Geográfica en Guatemala. Mientras se desempeñaba allí, Flores supo de unas vacantes en la NASA a las que aplicó, fue seleccionada y allí comenzó a explotar el uso de imágenes satelitales para monitoreo ambiental.

Actualmente es parte de un equipo de científicos de la UAH que se dedica a pronosticar la proliferación de algas en el lago de Atitlán de Guatemala. 

A su vez, Flores trabaja con Servir, una iniciativa conjunta de la NASA y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés). Allí  maneja el portafolio de cambio de uso del suelo y ecosistemas para Servir global.  

También transita un doctorado en el cual evalúa dos tipos de sensores remotos (ópticos y de radar) para monitorear cambios en la cobertura forestal de los trópicos.

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    África Flores en su oficina en Centro de Ciencias del Sistema Terrestre. Universidad de Alabama en ...

    África Flores en su oficina en Centro de Ciencias del Sistema Terrestre. Universidad de Alabama en Huntsville (ESSC-UAH).

    Fotografía de Michael Mercier UAH

    Por otro lado, Mariana Ospina es una joven colombiana con grandes aspiraciones. A los 14 años mientras pensaba qué carrera universitaria estudiar, visitó la finca de su tío en Manizales, Colombia. En el campo, lejos de la contaminación lumínica, la niña miró al cielo y decidió que sería astrónoma.

    Tiempo después fue elegida para participar del programa Ella es astronauta. La entidad organizadora buscaba niñas que hicieran cambios en sus comunidades y justamente Ospina formaba parte de la Fundación Niñas sin miedo donde recibía y dictaba talleres de temáticas vinculadas al empoderamiento femenino. 

    Como consecuencia de la pandemia de COVID-19 no pudo viajar a la NASA en 2020 como estaba previsto, pero formó parte de un campamento virtual junto a las otras jóvenes elegidas donde recibieron diversas capacitaciones. 

    Finalmente, en agosto de 2021, llegó a la agencia espacial y durante una semana aprendió sobre diferentes temáticas relacionadas a la vida espacial como aterrizadores, entrenamientos o comida para astronautas. A su regreso, Ospina compartió sus conocimientos con otros jóvenes de su ciudad.

    En 2022 comenzó a estudiar Ingeniería de Sistemas en la Fundación Universitaria Konrad Lorenz de Colombia. Su objetivo es conseguir la doble titulación y también graduarse en Matemáticas (que requiere un año más de estudio). Asimismo, su meta mayor es convertirse en Ingeniera Aeronáutica.

    Esta joven de 18 años es la primera persona de su familia en ingresar a la universidad y espera honrar ese privilegio al generar diversos aportes. A nivel social espera inspirar a otras niñas, jóvenes y adolescentes. Y, desde el punto de vista científico, sueña con ser parte de alguna tripulación de la NASA o programar cohetes que vayan al espacio.

    Mariana Ospina viajó al Space Center de la NASA en agosto de 2021.

    Mariana Ospina viajó al Space Center de la NASA en agosto de 2021. 

    Fotografía de Mariana Ospina

    Los desafíos que enfrentan las mujeres en el campo científico

    A pesar de que la ciencia es clave para el conocimiento y su acceso debería ser equitativo para hombres y mujeres, la realidad es que todavía existen brechas y desigualdades, expresa el documento Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe publicado en 2020 por ONU Mujeres.

    Las estadísticas demuestran que, a pesar de algunos avances, todavía es muy reducido el número global de investigadoras en el campo de las ciencias

    Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) revelan que el porcentaje medio mundial de mujeres investigadoras es del 33.3% y que solo el 35% de los estudiantes de carreras relacionadas con la Ciencia, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas (Stem, por sus siglas en inglés) son mujeres.

    “A pesar de que América Latina y el Caribe es una de las dos regiones (junto con Asia Central) que han alcanzado la paridad en la proporción de hombres y mujeres investigadores (aquí el 45% del total de investigadores son mujeres), la proporción de mujeres continúa siendo mínima”, advierte el documento de la ONU.

    Incluso en los casos en los que se desempeñan en estos ámbitos, las mujeres a menudo enfrentan importantes techos de cristal (barreras invisibles que afectan al avance de las mujeres en sus carreras, en particular a su acceso a los puestos directivos de alto nivel). De esta manera, la brecha de género se amplía cuanto mayor es el nivel alcanzado en el escalafón (segregación vertical).

    Los factores que conducen a los resultados desiguales para hombres y mujeres en Stem son varios y complejos, y están presentes en diferentes niveles del ciclo de vida, según advierte otro documento de la Unesco publicado en 2022 titulado Una ecuación desequilibrada: aumentar la participación de las mujeres en Stem en Latinoamérica y el Caribe

    “Cuando empecé a estudiar en la Universidad Federal de São Carlos (en São Paulo) había 1500 estudiantes en toda la universidad. Hoy hay alrededor de 25 000. De esos 1500 había cinco personas negras y yo era la única mujer negra en toda la universidad. En el curso de Física había solo 5 chicas entre 50 estudiantes. También recuerdo que había solo una profesora y ella era blanca”, recuerda Guimarães.

    Además, indica el documento de 2022, los prejuicios de género que se difunden en las familias, las comunidades educativas y los lugares de trabajo son uno de los factores más presentes a lo largo de todas las etapas del ciclo vital. De igual manera, los contextos económicos, culturales, sociales y religiosos se entrecruzan en estos procesos y generan brechas que pueden volverse crónicas y reforzar las diferencias económicas y sociales.

    Las mujeres también son objeto de prejuicios en los procesos de contratación, ascensos y compensación y, en comparación con los docentes hombres, ellas tienden a dedicarse más a la docencia que a la investigación

    “A veces se generan ideas muy tempranas, yo he afrontado eso en los diferentes campos en los que he estado, ya sea por mi condición de mujer o por mi condición de latina. Las personas suelen formarse ideas incorrectas”, comenta Flores al respecto.

    Otro factor que dificulta el acceso de las niñas y las mujeres a la ciencia es la creencia de que las carreras Stem son más difíciles y duras que otros estudios y profesiones como las relacionadas con las ciencias sociales, asegura el documento de 2022.

    Ospina, que ingresó a la universidad hace un año, dice que, aunque en menor medida, los prejuicios siguen existiendo. Según cuenta, algunas personas cuestionan que una niña pueda estudiar una carrera científica y hasta le sugieren formarse en profesiones más sencillas o consideradas “para mujeres". 

    “Creo que es hora de cambiar esto y mostrarle a las niñas que los prejuicios van y vienen, que toca hacerse la ciega, no verlos y seguir adelante”, reflexiona la colombiana. 

    Asimismo, existe una creencia de que las mujeres no pueden dedicarse a la ciencia porque no es compatible con la maternidad. Sobre este punto Guimarães comenta una anécdota personal: “Recuerdo a un hombre musulmán que me preguntó mi edad, luego me consultó por qué no estaba en casa cuidando a mis hijos y yo ni siquiera estaba casada”.

    Por su parte, la agrónoma guatemalteca, que es madre de dos niños, asegura que la maternidad es un trabajo de tiempo completo, pero que no es imposible que este aspecto conviva con su trabajo como científica.

    Sumado a lo anterior, la ONU resalta que las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y que solo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres.

    “En general, mi tiempo en la universidad transcurrió sin incidentes, a menos que quisiera una beca de iniciación científica (beca de investigación para estudiantes de pregrado)”, recuerda Guimarães. 

    La física brasileña comenta que durante su formación solicitó una ayuda económica, pero le fue negada. “El profesor a cargo me dijo que nunca usaría la Física para nada y que darme la beca sería perder la oportunidad. ¿Cómo podría un estudiante de Física nunca usar la Física?”.

    Además, en todo el mundo las científicas mujeres publican menos trabajos que sus colegas hombres. Asimismo, es menos probable que sean las primeras o las últimas autoras de un artículo. Sumado a esto, las publicaciones escritas por mujeres son menos citadas que las publicadas por hombres, indica el escrito de ONU Mujeres.

    A día de hoy, Guimarães afirma que algunos de sus colegas no reconocen su capacidad en la Ciencia: "Me descalifican porque dicen que soy incompetente. Pero yo sé que no lo soy. Fíjese qué incompetente soy, tengo una patente para un invento que es pura física".

    Más mujeres en la ciencia 

    El documento de 2022 de la Unesco destaca que América Latina presenta un escenario heterogéneo y que incluso dentro de un mismo país hay diferencias y enormes discrepancias entre las zonas rurales y las urbanas.

    El 46% de los investigadores son mujeres en Latinoamérica, cifra que supera ampliamente la tasa mundial del 33%. “Durante los últimos diez años, esta participación ha mostrado una tendencia creciente a pesar de un relativo estancamiento al final del período”, agrega el documento de 2022.

    Hasta ese año nueve países han alcanzado la paridad de género en la región: Argentina, Brasil, Costa Rica, Jamaica, Panamá, Paraguay, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

    “Creo que hay un cambio positivo, las dificultades que yo afronté en Guatemala tal vez fueron mucho mayores que las que pude afrontar acá (en Estados Unidos) porque venía de una familia de escasos recursos y era una mujer morena. Pero creo que ahora la tengo más fácil gracias a otras mujeres que abrieron camino”, reflexiona Flores.

    Qué tienen las científicas para aportar al mundo

    Para la guatemalteca ser científica es algo importante: “Es muy reconfortante saber que puedo hacer un trabajo que me llena, que ayuda a la sociedad, que genera conocimiento y también que he logrado independencia económica”.

    Mi mundo cambió desde que me empecé a interesar por la ciencia”, reflexiona Ospina. “Cuando una niña conoce la ciencia empieza a obtener herramientas que no se le habían mostrado y con ellas en la mano puede hacer grandes cosas”.

    Cuando se le pregunta qué consejo daría a las jóvenes que buscan una carrera científica, la investigadora brasileña sugiere: "Si alguien te dice que no lo conseguirás o que no es para ti, ignóralo. Hazte la sorda durante unos minutos. Como mucho, pregunta si esa persona puede ver el futuro para saber que no lo vas a conseguir. Si es así, pregúntale después el número de la lotería", bromea, y agrega: "Pero nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia, pienses en rendirte".

    A modo de conclusión, Flores deja una recomendación para las mujeres que quieren dedicarse a la ciencia: “Les digo que se preparen, hay mucho por hacer y por investigar, no se den por vencidas. Es muy común que disminuyan nuestros logros y nosotras también somos más exigentes con nosotras mismas. Hay que seguir adelante, el secreto está en no darse por vencida”.

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