Fue la escritora más importante de la época colonial y una pionera del feminismo
El pintor de este óleo del siglo XIX se basó probablemente en los retratos de sor Juana realizados en el periodo colonial para representarla. En el retrato viste el hábito de la orden jerónima, con escapulario y velo negro. Sobre su pecho destaca un enorme medallón con la escena de la Anunciación y sobre el hombro izquierdo lleva un rosario.
Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, mejor conocida como sor Juana Inés de la Cruz, nació el 12 de noviembre de 1648 y es considerada una de las escritoras más emblemáticas del siglo XVII, además de ser una de las pioneras en la lucha por la igualdad de género.
Creció principalmente en la hacienda de Nepantla, en la Nueva España (actual Estado de México), en la biblioteca de su abuelo materno, quien combinaba la lectura y la cultura con la siembra del maíz y el trigo y la crianza del ganado, señala un artículo publicado por el gobierno mexicano.
A los tres años sabía leer y escribir. También aprendió latín con facilidad y tenía conocimientos de lengua náhuatl (una lengua indígena). Siendo niña se trasladó a la vivienda de sus tíos, donde pudo continuar sus estudios.
A los 16 años, refiere el Ministerio de Cultura argentino, ingresó a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, Marqués de Mancera, y de la virreina, Leonor de Carreto, quienes se convirtieron en sus mecenas. Estas figuras fueron relevantes en su vida porque en el siglo XVII los letrados dependían de un mecenas. Es decir, no escribían de manera independiente, sino por encargo, revela el organismo.
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En 1667 ingresó a la orden de las Carmelitas Descalzas, en la Iglesia del Convento de Santa Teresa la Antigua, donde llevó a cabo su primera etapa de educación formal. No obstante, luego se trasladó a la orden de San Jerónimo, agrega la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México. Por entonces, la universidad estaba reservada a los hombres.
La carrera literaria de sor Juana Inés de la Cruz y su trascendencia
Según la CNDH, el vínculo de sor Juana con personajes importantes de la corte y del clero le permitió desarrollar su obra literaria. A su vez, se formaba con los libros que conservaba en su habitación.
En 1680 compuso el Neptuno Alegórico dedicado a los virreyes recién llegados, los marqueses de la Laguna. “A partir de este momento la fama de la monja jerónima, así como su madurez en las letras, fueron llegando de uno en uno, y recibió apoyos económicos para sus proyectos personales y conventuales”.
De acuerdo con la comisión mexicana, la obra de sor Juana Inés de la Cruz es considerada como una de las más importantes del Siglo de Oro y a menudo se la coloca a la altura de poetas y dramaturgos españoles de la época como Garcilaso de la Vega, Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo y Calderón de la Barca.
Su obra literaria reúne poemas filosóficos, amorosos, y líricos; sonetos; autos sacramentales, como El divino Narciso (1689); y obras de teatro, como Los empeños de una casa (1683). Asimismo, se conservan algunos textos epistolares.
Uno de los momentos más relevantes de su camino como escritora fue la publicación en Madrid (España) en 1689 de Inundación Castálida, un compendio de su obra.
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“Su obra está atravesada por la crítica a los valores de la sociedad novohispana, la cual consideraba que las mujeres no debían tener la potestad sobre su propio futuro y sus propios actos”, asegura la CNDH.
Además de la escritura, sor Juana Inés destacó como administradora, ya que durante nueve años ejerció como contadora del convento. Además, agrega el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) de México, realizó experimentos científicos.
En la actualidad, la escritora es señalada como una precursora del movimiento feminista, según indica la Coordinación para la Igualdad de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). Incluso, agrega la CNDH, se esforzó por ingresar a la universidad para continuar su formación académica, algo impensado en su época.
Señalada como la “décima musa”, sor Juana Inés de la Cruz falleció el 17 de abril de 1695 víctima del Tifus, posiblemente luego de contagiarse tras cuidar a otras monjas de la misma enfermedad.
Tal como indica la CNDH, desde 1980, cada 12 de noviembre se conmemora en México el Día Nacional del Libro en honor a Juana de Asbaje y al legado de la lucha por sus derechos.