7 de los descubrimientos arqueológicos más emocionantes de 2023
Las autoridades egipcias anunciaron en mayo el descubrimiento de antiguos talleres egipcios de momificación en la región de Saqqara, en Guiza. Los nuevos artefactos (entre ellos lechos de piedra e instrumentos para la momificación) datan del periodo ptolemaico y la XXX dinastía.
Este año fue bueno para la arqueología: la humanidad fue testigo de cómo nuevas técnicas como la inteligencia artificial (IA) pueden dar lugar a grandes avances, y la comunidad científica ha arrojado nueva luz sobre artefactos desenterrados en épocas anteriores.
Pero también ha sido un año de nuevos descubrimientos arqueológicos, como talleres de momificación en Egipto que revelan algunos de los secretos de esta antigua técnica de enterramiento; un templo sumergido en Italia construido hace 2000 años por comerciantes procedentes de los desiertos árabes; y una inmensa ciudad maya que se había perdido en la selva pero que fue desvelada gracias a la tecnología láser.
He aquí siete de los nuevos hallazgos más interesantes:
1. Las espadas del Mar Muerto
Eitan Klein, director del Proyecto de Prospección del Desierto de Judea de las Autoridades de Antigüedades de Israel y subdirector de la Unidad de Prevención del Saqueo de Antigüedades, examina la cabeza de pilum (jabalina) de hierro hallada en una cueva al sureste de Jerusalén.
El descubrimiento de la jabalina condujo a los investigadores hasta cuatro espadas notablemente conservadas que habían quedado encajadas tras las estalactitas de la cueva. Armas como esta espada de pomo anular eran populares entre los enemigos de Roma antes de que el Imperio las adoptara en el siglo II d.C.
En junio, unos arqueólogos hallaron cuatro espadas extraordinariamente bien conservadas en una cueva del desierto de Judea entre los siglos I y III d.C., época en que la región era refugio de los rebeldes judíos al dominio romano. La madera y el cuero suelen pudrirse con rapidez, pero aquí el ambiente seco los protegió, de modo que las espadas están completas con sus empuñaduras y vainas.
Las espadas se descubrieron después de que se hallaran en la cueva, al sureste de Jerusalén y junto al Mar Muerto, una punta de hierro de una jabalina romana llamada pilum y trozos de madera trabajada. Los investigadores registraron entonces la cueva con detectores de metales, que revelaron las cuatro espadas encajadas tras estalactitas.
Se cree que, probablemente, las armas fueron escondidas allí por rebeldes judíos durante la revuelta de Bar Kokhba, entre los años 132 y 136 d.C., después de haberlas recogido de un campo de batalla o robado de unidades romanas. Los arqueólogos están entusiasmados con la conservación de la madera y el cuero, que podría ayudar a precisar dónde y cuándo se fabricaron las espadas.
2. Una nueva cabeza de piedra gigante en Rapa Nui
En febrero, unos voluntarios desenterraron una nueva cabeza gigante de piedra llamada moai en Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua, en el Océano Pacífico, a más de 3000 kilómetros de la costa de Chile.
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La estatua es pequeña para un moai: mide poco más de metro y medio, mientras que otras de las cerca de 900 que hay en la isla alcanzan los 10 metros de altura (un moai sin extraer habría medido más de 21 metros cuando se completó). Pero se descubrió en un lago de cráter seco, y los arqueólogos creen que puede haber más por encontrar.
La mayoría de los moai se erigieron entre 1250 y 1500, y la población local los considera los "rostros vivientes" de sus antepasados divinizados. No se sabe nada de este moai más reciente, ni siquiera a qué antepasado representa, pero los arqueólogos buscarán las herramientas utilizadas para darle forma a partir de roca volcánica blanda. Unas tablillas de madera con unos glifos llamados rongorongo podrían explicar más cosas, si pudieran leerse.
3. El descubrimiento de una ciudad maya perdida
Ya no está perdida: los arqueólogos descubrieron este año la antigua ciudad maya de Ocomtún gracias a la tecnología LiDAR (Laser Detection and Ranging), que aquí se muestra en forma de visualización de datos. Los expertos creen que esta ciudad de 48 hectáreas habría sido un importante centro de civilización.
El revolucionario poder del LiDAR (Laser Detection and Ranging, en español: Detección y localización por láser) quedó demostrado en junio con el descubrimiento de una ciudad maya desconocida hasta entonces en la península mexicana de Yucatán.
Esta técnica utiliza equipos aerotransportados para escanear el paisaje con miles de pulsos de luz láser por segundo, lo que puede revelar detalles ocultos bajo los árboles y otras coberturas: las curvas y canales históricos del río Misisipi, por ejemplo, y los refugios construidos por los soldados durante la Batalla de las Ardenas.
Los arqueólogos que visitaron el yacimiento a pie han bautizado la ciudad perdida como "Ocomtún", palabra maya yucateca que designa sus numerosas columnas de piedra. Creen que fue un centro importante desde aproximadamente el año 250 d.C. hasta que fue abandonado cuando la civilización maya se derrumbó entre los años 900 y 1000, posiblemente a causa de la sequía y las luchas internas.
Ocomtún cubre más de 48 hectáreas y cuenta con plazas, campos de pelota, casas de élite, plataformas elevadas, altares rituales y templos piramidales; los restos de la pirámide más grande tienen más de 24 metros de altura.
4. Un templo sumergido en el desierto en Italia
Un arqueólogo agita los sedimentos de los restos de un altar de mármol blanco en las aguas de Puteoli, Italia. El altar pertenece a un antiguo templo de los nabateos, mercaderes del desierto cuya gran riqueza construyó ciudades como Petra, en Jordania. Los arqueólogos sospechan que el templo se encuentra bajo unos 30 centímetros de arena.
Arqueólogos italianos anunciaron en agosto el descubrimiento, cerca de Nápoles, de los restos submarinos de un templo de 2000 años de antigüedad, que creen que fue construido por los antiguos nabateos.
Procedentes de las actuales Jordania y Arabia Saudí, los nabateos, que también fundaron Petra, eran mercaderes del desierto que suministraban a los romanos los lujos de Oriente. Gran parte de su comercio llegaba al puerto de Puteoli, actual Pozzuoli, a pocos kilómetros al oeste de Nápoles; el templo de la costa del puerto había quedado sumergido durante la actividad volcánica de la zona, a la vista del monte Vesubio.
Las ruinas sumergidas incluyen un altar a los dioses nabateos, y los arqueólogos sugieren que el templo sirvió como "cartel publicitario" de la cultura nabatea, además de lugar de culto. Una inscripción en latín en un trozo de mármol relata que "Zaidu y Abdelge ofrecieron dos camellos a (el dios) Dushara", un sacrificio que puede haber sido para beneficiar las negociaciones comerciales, o una bendición para un arriesgado viaje por mar.
5. Dos talleres de momias del antiguo Egipto
Arqueólogos egipcios anunciaron en mayo que habían descubierto otros dos talleres de momificación en la necrópolis de Saqqara, cerca de las ruinas de la antigua ciudad de Menfis, a pocos kilómetros al sur de El Cairo (capital de Egipto).
Los talleres pertenecen a la XXX dinastía (380 a 345 a.C.) y al periodo ptolemaico (305 a 30 a.C.), que es tardío para el antiguo Egipto; la práctica egipcia de la momificación para preservar un cadáver para su vida después de la muerte se remonta a miles de años antes, en torno al 2600 a.C.
Uno de los talleres recién descubiertos en Saqqara presenta lechos de piedra destinados a la preparación de cuerpos humanos, mientras que el otro tiene lechos más pequeños que los arqueólogos creen que se utilizaban para momificar animales.
Los investigadores también encontraron instrumentos para la momificación, jarras de arcilla para las vísceras y recipientes rituales para los órganos embalsamados, así como suministros de natrón, un tipo de ceniza de sosa, procedente de lechos de lagos secos en el desierto, que era un ingrediente clave en el proceso de embalsamamiento.
6. Piedras preciosas perdidas de unas termas romanas
Los arqueólogos anunciaron en junio el hallazgo de estas piedras preciosas en los antiguos baños romanos de Carlisle (Inglaterra). En el sentido de las agujas del reloj, desde arriba a la izquierda: la diosa Fortuna sostiene una cornucopia y un remo; un ratón roe un tocón de árbol; un águila despliega sus alas; un hombre cosecha cereales con una hoz; Venus sujeta una palma y tal vez una flor o un espejo; un Marte equipado con una lanza porta un trofeo.
Decenas de piedras preciosas talladas con representaciones de dioses y animales romanos fueron descubiertas en Carlisle, al norte de Inglaterra, entre las ruinas de un antiguo sistema de desagüe que transportaba el agua de los baños públicos en los siglos III y IV. Los arqueólogos anunciaron el hallazgo en junio; se cree que las gemas eran joyas que llevaban los bañistas adinerados, pero que cayeron a los desagües cuando sus engarces se aflojaron por la humedad y el calor de los baños.
Estas gemas incluyen piedras semipreciosas de ágata, jaspe, amatista y cornalina; algunas están talladas con imágenes de dioses romanos, como Apolo, Venus y Marte, mientras que otras muestran animales, como conejos y pájaros. Este tipo de piedras preciosas talladas, llamadas intaglios, eran utilizadas por los romanos como un tipo de firma, a menudo presionando un anillo en arcilla o cera para crear un sello.
Los antiguos desagües se encontraron bajo un pabellón perteneciente al Club de Críquet de Carlisle; la ciudad era un centro regional en la Britania romana, cuando era conocida como Luguvalium.
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7. Un fatídico naufragio en tiempos de guerra en el Mar de China Meridional
En abril, los buscadores australianos anunciaron que habían encontrado los restos del Montevideo Maru, un buque de transporte japonés que se hundió en 1942 con más de mil prisioneros de guerra aliados a bordo. El barco transportaba tropas australianas capturadas durante la invasión japonesa de Nueva Guinea, así como un contingente de marineros noruegos y más de 200 civiles capturados.
El barco se dirigía a la isla china de Hainan, entonces ocupada por Japón, cuando fue avistado por el submarino estadounidense U.S.S. Sturgeon cerca de la costa norte de Filipinas. Sin saber que el barco japonés transportaba prisioneros de guerra aliados, el Sturgeon lo rastreó durante varias horas antes de hundirlo con torpedos. Ninguno de los prisioneros sobrevivió, y el hundimiento es el peor desastre marítimo de la historia de Australia.
Sin embargo, algunos tripulantes japoneses sobrevivieron e informaron de que algunos de los prisioneros que habían logrado subir a balsas improvisadas cantaron una popular canción escocesa a sus compañeros muertos en el barco hundido.