La pesca industrial ocupa un tercio del planeta
Mediante el uso de datos satelitales que se han hecho públicos recientemente, es posible que los conservacionistas puedan controlar la industria masiva.
Cuando un equipo de investigadores se propuso ver cuán prevalente era la pesca industrial alrededor del mundo (quiénes pescan, cuándo y dónde) se enfrentaron a una escasez de información.
No tenían acceso a los sistemas de control de buques estrechamente dominados por administradores pesqueros regionales, comenta Juan Mayorga, un científico de datos marinos del proyecto Pristine Seas de National Geographic. Y esa información solo hubiese mostrado algunas piezas del rompecabezas.
Para evadir este obstáculo, Mayorga y un equipo de investigadores dieron un paso atrás (muy atrás) y rastrearon buques marinos desde el espacio, usando satélites para conocer cuándo y dónde pescaban los buques pesqueros industriales.
Descubrieron que las huellas dejadas por la industria eran asombrosas.
Se encontraron con que más del 55% de la superficie oceánica está cubierta por la pesca industrial. Eso es más que cuatro veces el área cubierta por la agricultura.
La pesca industrial ha sido responsable de impactos ambientales dañinos. La pesca excesiva puede agotar los recursos; muchos animales, como delfines y tortugas marinas son productos de la pesca incidental, y los enormes buques que se utilizan requieren grandes cantidades de combustible que emite CO2.
Pero observar la industria a una escala global puede llevar al aumento de la transparencia y la responsabilidad para garantizar que la industria pesquera se administre de manera más sostenible, expresan los investigadores.
¿DÓNDE SE LLEVA A CABO LA PESCA?
El estudio, publicado en la revista Science, analizó más de 70 mil buques industriales que medían entre 6 y 146 metros, lo que abarca más del 75% de la industria de gran escala.
De 2012 a 2016, los investigadores observaron los movimientos de los barcos hasta el último minuto filtrando 22 mil millones de señales de los Sistemas de Identificación Automática o AIS (Automatic Identification System) de los barcos.
Originalmente, el AIS se creó para prevenir las colisiones de los barcos mediante la transmisión de la posición, la velocidad y el ángulo de giro de la identidad del barco cada determinados minutos.
“Esos mensajes del AIS que se transmiten están disponibles al público mediante satélite”, explica Mayorga. “Luego, hicimos revisiones [de las señales] con capacidades informáticas sofisticadas proporcionadas por Google y por algoritmos de aprendizaje automático”.
A partir de esto, indica Mayorga, pudo recabar información sobre las características de cada buque, que revelaron el tipo de pesca que se llevaba a cabo.
Se descubrió que la pesca con sedal largo, un tipo de pesca en la que una línea dotada de un anzuelo cebado se lanza al agua, era el tipo más prevalente. Con frecuencia, se detectaron barcos de pesca de arrastre en el Mar del Norte y en la costa de China.
Los datos también proporcionaron información útil al mostrar la actividad en alta mar. A diferencia de las aguas costeras bajo la jurisdicción de un país, la pesca en alta mar no se controla tan estrechamente.
China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur representaban el 85 % de la pesca en alta mar.
¿CUÁNDO SE LLEVA A CABO LA PESCA?
“No se puede intentar pensar como un pescador de la misma manera que se puede pensar como un pez”, indica Douglas McCauley, un biólogo marino de la Universidad de California de Santa Bárbara, que no participó en el estudio.
A diferencia de los animales de mar, los datos satelitales revelaron que los humanos reciben menos influencia de los factores ambientales. Sin embargo, eso no significa que no hubiese patrones.
Los investigadores detectaron una masiva disminución de la actividad de los buques chinos durante el Año Nuevo Chino. Y detectaron una masiva disminución de la actividad de otros buques durante los feriados de Navidad y Año Nuevo.
Tal como se esperaba, las regiones que implementaban moratorias de pesca estacional también experimentaron una disminución en la pesca durante esos períodos.
Cuando los precios de combustible aumentaban, el estudio descubrió que la pesca no se veía influenciada. Por lo tanto, McCauley sospecha que existen subsidios para la pesca, financiación que la Organización Mundial del Comercio intentó, pero no logró detener el diciembre pasado, que están contribuyendo a la pesca excesiva.
DEFENSORES QUE PROTEGEN A LOS PECES
Además de las contribuciones de National Geographic, el estudio fue respaldado por investigadores de la Universidad de California de Santa Bárbara, Universidad de Dalhousie, Universidad de Stanford y por Global Fishing Watch (GFW), una iniciativa de colaboración sin fines de lucro patrocinada por Oceana, SkyTruth y Google con el objetivo de aumentar la transparencia.
“GFW introduce una dimensión completamente nueva de la lucha contra la pesca ilegal y para lograr la transparencia de la pesca en las costas”, indica Daniel Pauly, un biólogo marino de la Universidad de Columbia Británica, que no participó en el estudio.
Al hacer que los datos del estudio sean públicos, GFW afirma que se pueden implementar reservas marinas de bajo costo de manera sencilla.
Las reservas marinas actúan como un banco para las industrias pesqueras que permiten que poblaciones saludables de peces se desarrollen en áreas que estén fuera de alcance. Durante mucho tiempo, los conservacionistas han luchado por la implementación de una mayor cantidad de reservas marinas más extensas, pero se enfrentan a la oposición de la industria pesquera.
“Este [conjunto de datos globales] hace que toda decisión o negociación se vuelva transparente”, expresa Mayorga.
Los conservacionistas afirman que podrán demostrar qué regiones son menos frecuentadas por los pescadores y que ya son perfectas para ser una reserva.
ADMINISTRACIÓN SOSTENIBLE
“Mi primer trabajo fue ser pescador. Se puede apreciar el arduo trabajo que implica”, comenta McCauley. “Se puede ver cómo cada una de esas historias está encerrada en un conjunto de datos. Se trata de una industria que se vuelve cada vez más importante a medida que nos enfrentamos a una deficiencia en la seguridad alimenticia y en la nutrición", agrega.
Él considera que, si se eliminan los subsidios para la pesca y se regula la pesca de manera más estratégica a una escala global, es posible conservar los niveles actuales de pesca sin agotar los recursos.
“Nada de esto hubiese sido posible si no se hacía pública esta base de datos”, reconoce.
Si se aplican las medidas de conservación a la pesca industrial, Mayorga prevé que las señales del AIS se podrán usar para responsabilizar a la industria.
“El mayor problema es la trazabilidad de los recursos”, expresa respecto de la implementación de las reglamentaciones. “Se debe hacer un seguimiento de dónde viene el pez cuando llega a la tierra. Ese es un gran problema para la sostenibilidad”.
Su próximo objetivo, indica, es controlar y rastrear barcos más pequeños.