Hawái se prepara para el huracán Lane
El huracán Lane, una extraña tormenta que se espera azote las islas de Hawái esta semana, podría causar vapor pesado y desprendimiento de rocas en el activo Monte Kilauea.
Se espera que el huracán Lane, una tormenta peligrosa de categoría 4, azote las islas de Hawái en las próximas horas. Esta tormenta podría generar condiciones de poca visibilidad en las cercanías del Monte Kilauea, el volcán que ha estado en erupción por meses, afirman los expertos.
Lane, que viaja con vientos máximos sostenidos de 155 mph (unos 250 km/h), es un evento extraño para la cadena de islas del Pacífico. La tormenta se formó como una depresión tropical en el suroeste de Baja California el 14 de agosto, y fue ascendiendo hasta convertirse en huracán dos días después.
Se esperan lluvias torrenciales, con volúmenes de agua de 254 a 381 milímetros, e incluso de 508 en algunas áreas más específicas.
A medida que continua su viaje hacia el noroeste, se prevee que el huracán impacte en en la Isla Grande de Hawái primero, que ha estado lidiando con otro desastre natural desde hace algunos meses. Desde mayo, el Monte Kilauea escupe cenizas, vapor y lava, lo cual dio lugar a varias evacuaciones obligatorias. Y hasta ha reestructurado la isla.
"El impacto de Lane en el volcán Kilauea será mínimo, pero no por eso ausente", afirma Janet Babb, geólogo del USGS Hawaiian Volcano Observatory.
Probablemente la lluvia se convertirá en vapor, acompañada por el flujo de lava de la zona de East Rift, y podría generar condiciones de poca visibilidad.
En la cima, la intensa lluvia podría ocasionar desprendimientos de rocas.
"El cráter ya está inestable dada la actividad de los terremotos y los colapsos, por lo que la intensa lluvia podría aflojar aún más las paredes y causar desprendimientos de roca en las pendientes más inestables", escribió Babb en un correo electrónico.
Las grandes crecidas y las peligrosas condiciones del oleaje comenzaron a afectar a la isla desde ayer, y potencialmente podrían dañar los arrecifes de coral.
Según un informe de NOAA de 1994, los ciclones y las tormentas pueden dañar los arrecifes considerablemente.
Los cambios en el nivel del mar, la salinidad y la sedimentación pueden ocasionar daños en el coral en cualquier etapa de su vida. Las aguas turbias y opacas y las floraciones de algas prevalecen luego de una tormenta, y no permiten que el coral crezca ni que se recupere, un efecto que puede durar de años a siglos, dependiendo de la intensidad de la tormenta.
Un gran daño a los corales se registró en el Atlántico luego de los huracanes Irma y Maria en 2017.
Se espera que Lane se debilite un poco mientras continua su viaje hacia el Pacífico, pero sigue siendo una gran amenaza para los residentes y el medioambiente de Hawái.
Artículo originalmente publicado el 22 de agosto de 2018.