Adéntrate en la ecoaldea que se opone a la expansión de uno de los aeropuertos de Londres
En el lugar donde se planifica la tercera pista de Heathrow, estos manifestantes han desarrollado una comunidad sustentable y con consciencia ambiental.
Entre las ruidosas autopistas M4 y M25 de Londres se encuentra una utopía ecológica que se originó a partir de un conflicto político contra el caos climático. Sus casas de madera, turbinas hechas a mano y huertas desafían el daño ambiental.
Grow Heathrow comenzó como un sitio de protesta. Los activistas crearon el espacio para apoyar la lucha de la comunidad local contra la propuesta de una tercera pista en el aeropuerto Heathrow de Londres.
En 2010, los activistas recuperaron un terreno abandonado cercano y, a pesar de que el suelo estaba lleno de toxinas desechadas, lo nutrieron gradualmente y le devolvieron su bienestar. Ahora, este matorral en desuso se ha transformado en una ecoaldea de 25 residentes con sólidas raíces en la comunidad local.
El fotógrafo Jonathan Goldberg visitó por primera vez Grow Heathrow un año después de su creación y ha regresado continuamente durante siete años. “Lo vi crecer de una pequeña comunidad a un lugar de permanencia”, menciona Goldberg. También fue testigo de un cambio de personalidad, ya que los personajes iban y venían; y debido a eso, el espíritu y el fin del lugar se transformó y desarrolló. “Allí puede haber personas realmente inspiradoras que están esperando cambiar el mundo”, indica. “Y otras personas que solo están intentando vivir en paz”.
Para muchas personas, incluso para Goldberg, Grow Heathrow es una especie de refugio utópico. Se prioriza la comunidad y la solidaridad. No hay una jerarquía, y el progreso se alcanza a través de la toma de decisiones por consenso. Los alimentos no se desperdician; sino que la comunidad utiliza vegetales de su huerta, busca y rescata comida desechada, y obtiene donaciones de almacenes y mercados alimenticios locales. Existe completamente sin energía eléctrica, con energía proveniente de turbinas de viento y paneles solares, y estructuras construidas mediante el uso de métodos sustentables.
El sitio atrae principalmente personas entre 20 y 30 años. Algunos son estudiantes, mientras que otros tienen trabajos convencionales; son, por ejemplo, maestros, indica Goldberg. El sitio también ha albergado a niños pequeños que han vivido allí durante los meses de verano. “Atrae a un determinado tipo de persona”, señala, “aquellos que están interesados en el activismo con respecto al calentamiento global y a las viviendas, y también al movimiento de ocupación ilegal como modo de vida”.
Eddy Arthur, quien vivió en Grow Heathrow por cuatro años desde 2013, señala que se sintió atraído por primera vez a la comunidad porque “predican con el ejemplo. Era una política que exigía todo de ti”. Para él, el sitio combinó sus intereses en un modo de vida alternativo junto con su compromiso de acción directa contra “el caos climático”.
“En verdad, no sabía que este tipo de lugar existía”, indica Arthur. “Sales después de 15 años de escolaridad y trabajas en empleos pagos; entonces, la jerarquía simplemente está arraigada en nuestra cultura y nuestra economía. Aquí había un grupo de personas con organización y control propio de sus vidas que intentaba agregar valor a la comunidad local al igual que a la política, la economía y la ecología. Fue una experiencia muy liberadora y fortalecedora”.
Esta combinación emocionante de autodeterminación y compasión fue cautivante para Goldberg, y a pesar de que su propósito era documentar, en general, se sintió atraído por la experiencia pura y se olvidaba de llevar su cámara. Una vez, cuando el grupo estaba reunido en una ceremonia espiritual alrededor de un árbol antiguo, se sintió tan conectado con la experiencia que decidió no documentarla. “Creí que este momento eran tan especial que no podía salir de la nada y tomar mi cámara, pero, al mismo tiempo, me lamento por no haberlo hecho”, expresa.
A pesar de que algunas comunidades de ocupación ilegal pueden aislarse, Grow Heathrow ha realizado grandes esfuerzos por abrir sus puertas a los aldeanos, políticos y estudiantes locales, y a cualquier persona interesada en conocer modos de vida alternativos. Pero, al igual que con la mayoría de los terrenos ocupados de manera ilegal, la amenaza de desalojo nunca está lejos. Arthur fue defensor principal en la exitosa resistencia de dos desalojos de Grow Heathrow; el más grande los dos ocurrió en 2015. “No queríamos que el terreno nos perteneciera”, señala Arthur. “Estábamos en contra de la propiedad de bienes, pero esa es una relación antagonista para tener con el estado”.
Los planos para expandir la tercera pista fueron aprobados por el Parlamento en junio de 2018, y si esto progresa, el sitio, junto con cientos de casas que lo rodean en el área, se demolerá. Aun así, Arthur y Grow Heathrow continúan con una posición desafiante. “Habrá una demanda legal entre los consejos locales para luchar contra la expansión, pero si falla, creo que verás a la madre de todas las campañas de acción directa con personas que vendrán de toda Europa a ocupar y resistir”, indica Arthur. “Es el deber de nuestra generación que habita esta Tierra ahora”.