Chile: instalan la estación meteorológica más alta de los Andes que ayudará a los científicos a buscar respuestas climáticas

Situada debajo de la cumbre del volcán Tupungato, es la estación meteorológica más alta de los hemisferios sur y occidental. Los datos que aporte ayudarán al país a comprender una sequía histórica sin signos de alivio.

Por Sarah Gibbens
FOTOGRAFÍAS DE Armando Vega
Publicado 27 abr 2021, 10:06 GMT-3, Actualizado 27 abr 2021, 13:00 GMT-3
¿Por qué instalar una estación meteorológica en la cima de una montaña?
En febrero de 2021, una expedición a Chile, que contó con el apoyo de National Geographic, realizó la instalación de una estación meteorológica debajo de la cumbre del volcán Tupungato. Se trata de la estación más alta de los hemisferios sur y occidental. Los datos que aporte ayudarán al país a comprender mejor uno de los entornos montañosos más remotos y poco conocidos del planeta, como así también los efectos del cambios climático en la zona.

A unos 5.800 metros sobre el nivel del mar, en la montaña chilena de Tupungato, Baker Perry, climatólogo de Appalachian State University, junto a otros compañeros alpinistas, fue azotado en las primeras horas de la mañana por una tormenta de nieve repentina con vientos furiosos y nieve arremolinada que lo obligó a quedarse en su tienda. 

“Es parte de la belleza de las montañas que sea tan desafiante. Esa es una de las razones por las que no hay muchas estaciones en algunos de estos lugares ”, dice Perry. "Queremos ver cómo la montaña transita las tormentas más fuertes y más desafiantes. Eso es parte del clima. Tenemos que medirlo".  

Perry es co-líder de un equipo que en febrero enfrentó una pandemia global y una travesía de dos semanas a través de una densa nieve para instalar una estación meteorológica justo debajo de la cima de Tupungato, un volcán inactivo en el sur de los Andes, donde Chile se encuentra con Argentina. Ahora, la estación meteorológica más alta de los hemisferios sur y occidental (a unos 6.505 metros sobre el nivel del mar), ayudará a los científicos a entender cuán rápido está cambiando el clima de la región. La expedición fue organizada por National Geographic Society y recibió el apoyo de Rolex, en el marco de su iniciativa Perpetual Planet

Una vez instalada la estación (a 6.505 metros sobre el nivel del mar), Baker Perry se asegura de que todos los componentes funcionen correctamente. La información recopilada y transmitida por esta nueva estación proporcionará a los científicos la capacidad de formular predicciones meteorológicas más precisas y les ayudará a comprender los impactos del cambio climático en la reserva de agua más importante de Chile.

Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

Con los datos de la temperatura, la velocidad del viento y las nevadas, los científicos pueden comprender mejor cómo le irá al centro de Chile y a Santiago, capital del país, a medida que el cambio climático expone a la región a más sequías (como la histórica actual) mientras reduce los glaciares de las montañas y la nieve que funcionan como torres de agua.  

"Hay mucho en juego", reflexiona Tom Matthews, miembro de la expedición y climatólogo de Loughborough University en el Reino Unido. "Hay millones de personas que viven aguas abajo de estas torres. Forman parte de este sistema del que sabemos tan poco en lo que respecta a cómo podría responder si el clima se calienta".  

Lo que sabemos sobre el cambio climático en Chile 

Tupungato es el tercer pico más alto en Chile y la montaña más alta en la cuenca, que suministra agua a las siete millones de personas que viven en Santiago y sus alrededores. Si tuviésemos mayores datos sobre cómo caen las precipitaciones en las cimas de las montañas como Tupungato, las autoridades gubernamentales sabrían cuánta agua tienen que destinar en un año determinado.  

"He estudiado a los glaciares desde 1982. En toda mi vida, he visto cambios tremendos en los glaciares y en las cubiertas de nieve", cuenta el líder de la expedición Gino Casassa, explorador de National Geographic y jefe de la unidad glaciar del gobierno chileno.  

Casassa menciona que, en un año seco, dos tercios del agua que nutre al río Maipo a final del verano proviene de los glaciares que se están reduciendo.  

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    Marcelino Ortega Martínez prepara los caballos y las mulas para transportar provisiones desde el campamento de Aguas Blancas a 3.150 metros sobre el nivel del mar. Fue el primer punto en el que se pudo ver al volcán Tupungato desde el este. Durante estos días de la expedición, el volcán tuvo vientos de hasta 128 km/h.

    Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

    La zona central de Chile es una ecorregión mediterránea, similar climáticamente a lugares como California. Yace justo debajo del desierto de Atacama, el desierto más seco de la Tierra, y está rodeada por la cordillera de los Andes y el océano Pacífico.  

    Históricamente, los chilenos están acostumbrados a vivir años secos; el 2010 fue uno de esos años. Luego llegó el 2011 y el 2012, y seguían con muy poca lluvia.  

    "Luego llegó el 2014" que también fue seco, "y eso fue sospechoso", señala René Garreaud, climatólogo de la Universidad de Chile, que no participó de la expedición.  

    Para 2015, Garreaud y sus colegas chilenos habían determinado que la región estaba experimentando lo que llamaron una megasequía. Todavía no ha mejorado después de una década de condiciones secas. En promedio, desde que comenzó la sequía, ha habido un tercio menos de lluvia por año que en años normales. En el año más seco hasta ahora (2019), hubo un 90 por ciento menos de lluvias.  

    Los caballos y las mulas cargados con el equipo utilizado durante la expedición atraviesan el Mal Paso, un tramo estrecho y resbaladizo del recorrido. Al fondo en dirección noroeste, la montaña Sierra Bella, con una altitud de 5.275 metros.

    Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

    Aunque Garreaud señala que existe una variabilidad natural que influencia las lluvias de a décadas, no hay dudas de que el cambio climático es el culpable de esta megasequía. En general, se espera que las regiones secas se vuelvan más secas y las regiones húmedas más húmedas. 

    Esa es una mala noticia para la zona central de Chile, que depende de las torres de agua de las montañas en la cuenca del río Maipo para su suministro de agua dulce. Según un informe publicado en la revista Nature en 2019, las torres de agua del mundo, desde los Andes hasta el Himalaya, están en peligro por el cambio climático.  

    Hace dos años, Perry y Matthews instalaron una estación meteorológica en el monte Everest y la convirtieron en la estación más alta del mundo. La excursión de Chile fue la última de las expediciones de Perpetual Planet de National Geographic Society, que financia la exploración y la investigación en ecosistemas que han sido afectados por el cambio climático.  

    Por la noche, el campamento de Los Penitentes brilla a unos 4.414 metros sobre el nivel del mar. Al fondo, hacia el norte, está la montaña Sierra Bella con una altitud de unos 5.275 metros sobre el nivel del mar; al noroeste (centro izquierda), la montaña Polleras alcanza los 5.993 metros. Ambas se encuentran entre las montañas más prominentes de los Andes centrales de Chile.

    Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

    Escalando una torre de agua 

    El equipo tardó una semana en alcanzar la cima de Tupungato, a más de 5.791 metros de altura; y otra semana más en descender. Durante los meses anteriores al viaje, los miembros del equipo se entrenaron de forma intensiva. Perry, que vive en Carolina del Norte, pasó horas escalando senderos empinados con una mochila pesada.  

    La estación meteorológica que llevaron a la cima de Tupungato es un trípode de aluminio relativamente liviano, aunque pesa 54 kilogramos y mide 1,8 metros. Está diseñado para ser lo suficientemente liviano para transportar en una mochila, pero también es lo suficientemente sólido para soportar los vientos más fuertes de la Tierra.  

    Asegurar la estación a la cima requirió aproximadamente dos horas de trabajo para sujetar el equipo con tornillos y estacas a cables conocidos como guías para ayudarlo a mantenerse estable. La estación se alimenta con paneles solares y tiene una antena para la comunicación satelital.  

    Perry cuenta que ya ha registrado vientos con velocidades mayores a 180 kilómetros por hora. 

    Los científicos colocaron sensores de temperatura en la tierra a casi un metro de profundidad en el permahielo en la cima para registrar los cambios de temperatura en el suelo congelado permanentemente. La estación también medirá la radiación, la profundidad de la nieve y el albedo o reflectividad. A medida que la nieve caiga y el hielo se derrita y exponga a las rocas negras, el suelo reflejará menos y absorberá más energía solar lo que potencialmente acelerará el derretimiento.  

    Hernán Puga Plaza y Manuel Mira, guías de montaña del equipo de Asesores Andinos, transportan alimentos, equipo de montaña y equipo médico al campamento a 5.200 metros sobre el nivel del mar. 

    Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

    Preparándose para el "pico de agua" 

    "A medida que el clima se caliente, los glaciares se retirarán con gran rapidez", expresa Matthews. "¿Cuán rápido? No lo sabemos. La mayoría de las observaciones se han hecho en la montaña a alturas bastante bajas, así que falta información sobre lo que sucede en el tercio superior".  

    Y agrega que darse cuenta de cuánta agua dulce tiene Chile en sus montañas y cuándo podrían alcanzar niveles bajos críticos es algo complejo de predecir. En el corto plazo, el aumento en las temperaturas conlleva más agua que puede provocar inundaciones. Sin embargo, a medida que el derretimiento se acelera, los glaciares "se volverán tan pequeños que, a pesar de derretirse a gran velocidad, habrá menos cantidad para derretir", explica Matthews.  

    Imagen aérea del Volcán Tupungato. Este tipo de imágenes les permitió a los montañistas saber exactamente cuánta nieve se iban a encontrar en el viaje. Desde aquí se ve la ruta que la expedición tomó para llegar a la cumbre. 

    Fotografía de Armando Vega, National Geographic Society

    Los científicos marcan la transición como "pico de agua (peak water)", que se da cuando la corriente de agua a corto plazo se convierte en un faltante a largo plazo.  

    Mientras Estados Unidos y otros países del mundo, entre ellos Chile, se comprometen a reducir las emisiones que alimentan el cambio climático, la zona central de Chile debe seguir preparándose para los peores escenarios posibles.  

    Garreaud se muestra prudente al decir que Santiago podría alcanzar el "día cero" y quedarse sin agua, como los residentes de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, temieron les sucediera a ellos en 2018. Es optimista y cree que la región puede adaptarse, usar el agua de manera más eficiente y reducir su consumo. A su vez, la ciudad está construyendo su primera planta desalinizadora.  

    Solo hay otras tres estaciones meteorológicas a gran altitud en la cuenca del río Maipo y Casassa espera que la estación se convierta en una de muchas. Con su equipo planean instalar más en todo Chile. 

    Las fotografías de esta expedición fueron tomadas por Armando Vega, fotógrafo mexicano y explorador de National Geographic. Si quieres conocer más sobre su trabajo, haz clic aquí.

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