El derrumbe del edificio de Miami destaca la importancia de considerar el aumento del nivel del mar
Si bien el derrumbe del edificio costero no ha sido consecuencia de factores relacionados con el cambio climático, existen construcciones que son vulnerables al aumento del nivel del mar.
El derrumbe de un condominio en Miami advierte que las comunidades ribereñas necesitan abordar urgentemente el aumento del nivel del mar, ya que cada vez se vuelve más peligroso.
El derrumbe del edificio en Surfside, Florida, puede reavivar un debate que, según dicen, se viene postergando hace mucho tiempo: las terribles consecuencias del cambio climático sobre una de las regiones más vulnerables del país.
Hasta ahora, no ha aparecido ninguna evidencia que vincule el cambio climático al colapso de las Torres Champlain la noche del 24 de junio, un trágico episodio que dejó a una gran cantidad de personas enterradas bajo escombros. En el sur de Florida, el nivel del mar ha aumentado veinte centímetros desde 1981, cuando se construyó el condominio de 12 pisos, y este incremento no puede haber causado el derrumbe, dice Hal Wanless, geólogo de la Universidad de Miami, y voz autorizada para referirse al aumento del nivel del mar.
Según las investigaciones, se trataría de una confluencia de eventos, entre estos, las demoras del grupo de propietarios para realizar las reparaciones correspondientes, y un riesgo ambiental que se conoce desde hace más de un siglo: los efectos corrosivos del agua salada en la construcción costera.
Recientemente se han difundido fotos de estructuras corroídas y concreto en malas condiciones en el sótano del condominio. Según un informe de 2018 en base a una inspección edilicia, publicado en el sitio web de la ciudad de Surfside, se observaban “gran cantidad de grietas y desprendimientos” en las columnas de concreto.
Pero si los códigos de edificación actuales y las inspecciones para su cumplimiento no lograron evitar este colapso, ¿cómo se protegerán los habitantes de los rascacielos frente al mar en las próximas décadas, teniendo en cuenta que un aumento de 60 cm en el nivel del mar podría afectar drásticamente las costas donde se erigen las torres, aumentar la magnitud de las marejadas ciclónicas y fomentar la intrusión de agua salada hacia zonas cada vez más alejadas con sus consecuentes efectos corrosivos?
Dado el derretimiento acelerado de las capas de hielo en la Antártida y Groenlandia, Wanless considera que en la próxima década podría darse un aumento de 60 cm en el nivel del mar, antes de lo que describen las proyecciones actuales. La altura intermedia de la NOAA para 2070 es de 100 cm.
“Podríamos llegar a 60 o 90 cm para mediados de siglo, y con esos números, habría un ciclo de hipotecas de 30 años. Esto cuestiona la viabilidad de todas las islas barrera del mundo", dice.
Una década perdida
Hace 10 años, las autoridades de los cuatro condados más al sur de Florida se reunieron para tratar cuestiones climáticas que la legislatura bajo el gobierno republicano no había abordado. (En 2019, los legisladores admitieron que se había "perdido una década" por no abordar el cambio climático).
En el sur de Florida, los alcaldes y otros funcionarios han tomado medidas para mitigar las inundaciones, que son frecuentes en áreas bajas durante las mareas altas, y para planificar impactos futuros. Por ejemplo, están retirando más de 100.000 fosas sépticas que ya no servirán dado el aumento del nivel freático.
Pero es complicado pensar soluciones para el enorme cambio que se avecina, y encontrar opciones de adaptación, que implican miles de millones de dólares. El proyecto más reciente sería construir un malecón de casi 10 km a lo largo del borde de la Bahía de Biscayne. Tendría 6 metros de altura en algunos lugares y costaría $6 mil millones, según un diseño conceptual del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. El tamaño del muro, así como el costo, ha generado desconcierto en varios miamenses.
Phil Stoddard profesor de biología en la Universidad Internacional de Florida en Miami, y exalcalde de South Miami, explica que, para muchos, hoy resulta imposible pensar que la tierra firme en el sur de Florida puede ser zona de inundaciones, siendo esta un área protegida por cielos azules, y al menos antes de la pandemia de COVID, caracterizada por una robusta economía.
“Desde que hay registro de existencia humana, no se ha documentado pérdida de tierra, y mis allegados creen que esta tierra estará aquí para las generaciones futuras”, dice. “A la gente le cuesta entender que esta tierra podría desaparecer. Pueden oír hablar de ello, pero no tienen la mente configurada para imaginar este tipo de cosas".
Mientras tanto, la construcción de edificios que ha transformado el centro de Miami y fomentado el avance de nuevas torres de condominios a lo largo de Miami Beach (muchas de ellas con unidades que cuestan $30 millones), continúa a ritmo acelerado.
Comienzan las investigaciones
En los días transcurridos desde el derrumbe de Surfside, se han encontrado 18 cuerpos y aún se buscan 145 personas desaparecidas. La búsqueda tuvo que suspenderse durante gran parte del jueves, pues el resto de la construcción parecía inestable y se consideró que también podría colapsar. El trabajo se reanudó cuando la tormenta tropical Elsa, que se esperaba en el sur de Florida a principios de la próxima semana, se convirtió en huracán.
El derrumbe ya ha impulsado múltiples investigaciones, como las de FEMA y NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología), que investigaron el colapso de las torres del World Trade Center en el ataque terrorista del 11 de septiembre. La fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernandez Rundle, anunció su plan de convocar a un gran jurado para investigar el desastre. Tras el huracán Andrew en 1992, se realizó una investigación similar que derivó en importantes reformas del código de edificación del estado relacionadas con las cargas de viento.
Las autoridades también han ordenado que se inspeccionen inmediatamente los edificios más antiguos en Miami Beach y la ciudad de Miami.
John Pistorino, ingeniero que investigó el derrumbamiento en 1974 de un edificio en el centro de Miami donde estaba la Agencia Antidrogas, ha sido contratado para realizar una investigación sobre el derrumbe del condominio. Luego de aquella investigación, se exigió la inspección y recertificación de todos los edificios en los condados de Miami-Dade y Broward a los 40 años. El objetivo era evitar otro derrumbe. Como las Champlain Towers tenían 40 años de antigüedad, ya se había iniciado el proceso de recertificación, pero aún no se habían puesto en marcha el mantenimiento y las reparaciones recomendadas en un informe de ingeniería de 2018.
Pistorino comenta que el código de edificación existente aborda la corrosión del agua salada y el tipo de concreto para los pilotes que sirven de base.
“Estos edificios se han construido y diseñado teniendo en cuenta un entorno hostil. Pero, así y todo, requieren de mantenimiento y conservación desde el primer día, ya sea que se encuentren en áreas costeras o no”.
A partir de los comentarios de Pistorino, otros ingenieros y constructores argumentaron que los nuevos edificios se construyen previendo el aumento del nivel del mar. Raul Schwerdt, propietario de RAS Engineering en Miami, comentó a Miami Herald que los edificios de Florida deberían poder resistir el aumento del nivel del mar si se construyen correctamente. "Si los cimientos tienen pilotes profundos de 9 metros, el edificio debería poder mantenerse firme para siempre, frente a cualquier imponderable, como un huracán o una gran inundación".
Pistorino sostiene que, tras el derrumbe de la torre, es probable que se implementen inspecciones mejoradas del edificio y se exija una mayor participación de los propietarios y las agrupaciones de propietarios de condominios en el mantenimiento y las reparaciones.
Según Pistorino, la moraleja de este desastre es que "no debes esperar 40 años para empezar a buscar fallas en tu edificio".
Las repercusiones
El desastre de las Torres Champlain es un evento poco común, no todos los días se derrumban edificios en los Estados Unidos. Los locales perciben que la noticia ha resonado en todo el mundo, y los medios internacionales han especulado una serie de factores que van desde la seguridad de los rascacielos hasta la viabilidad de la supervisión de las asociaciones de propietarios.
Stoddard, por su parte, no cree que los efectos del desastre perduren mucho tiempo en la opinión pública, ya sea en Miami y o en el exterior.
"¿La noticia ha resonado o ha tocado una fibra sensible?", se pregunta. “Una cosa es simplemente resonar y otra tocar una fibra sensible. Si te tocan una fibra, sientes un pinchazo, claro…pero luego te olvidas. Está claro que el derrumbe tocó una fibra sensible. Ahora me pregunto si podrá hacer que las personas piensen más allá de este suceso", dice.