Huertas submarinas: viaje mágico a las profundidades del “Jardín de Nemo”
Estas estructuras de aspecto alienígena forman parte del Jardín de Nemo, una instalación en las aguas de la localidad italiana de Noli que está probando cómo crecen las plantas en invernaderos submarinos.
A una hora en coche de Génova, en el noroeste de Italia, frente a la costa del pintoresco pueblo de Noli, nueve burbujas de plástico transparente parecen flotar bajo el agua, con el aire atrapado perfumado con el aroma de las hierbas.
La instalación, conocida como el Jardín de Nemo, es un experimento destinado a probar la viabilidad de los invernaderos submarinos. Las "biosferas" sumergidas consisten en cúpulas de plástico equipadas con material hidropónico, semillas de plantas y ventiladores de circulación de aire. Cada cúpula es como "una estación espacial en miniatura", describe Sergio Gamberini, inventor del Jardín de Nemo y director general de Ocean Reef, una empresa italo-estadounidense que fabrica principalmente equipos de buceo.
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La esperanza de Gamberini es poder ayudar a los países costeros áridos a cultivar más alimentos sin la costosa necesidad de desalinizar el agua para los cultivos. Su enfoque poco convencional ha fascinado al fotógrafo Luca Locatelli, quien visitó el lugar el año pasado para explorar sus biosferas e incluso probar el pesto elaborado con la albahaca submarina.
"Necesitamos a alguien que piense en cosas locas (no solo en inventos corrientes) que surjan de una verdadera pasión", señala Locatelli. "Puede que sea algo, puede que no, [pero] me gusta que alguien sea tan valiente como para invertir dinero en algo así".
Luca Locatelli es un fotógrafo y cineasta medioambiental centrado en las relaciones entre las personas, la ciencia y la tecnología y el medio ambiente. Este reportaje forma parte de una exposición inmersiva creada para el Museo de Fotografía Gallerie d'Italia Torino-Intesa San Paolo en colaboración con la Fundación Ellen McArthur.