Constantino Aucca Chutas: el Campeón de la Tierra que moviliza a las comunidades en nombre de los bosques andinos de América del Sur
Constantino Aucca Chutas es biólogo, co-fundador y presidente de la Asociación de Ecosistemas Andinos (ECOAN) y co-fundador de Acción Andina. Recientemente fue reconocido como Campeón de la Tierra 2022 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Constantino Aucca Chutas es biólogo, co-fundador y presidente de la Asociación de Ecosistemas Andinos (ECOAN) y co-fundador y presidente de Acción Andina. Recientemente fue reconocido como Campeón de la Tierra 2022 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) por poner a prueba el ingenio y la ambición de proteger el medio ambiente y revertir la degradación de los ecosistemas.
Premiado en la categoría Inspiración y Acción, el peruano rinde homenaje a su apellido y a sus antepasados: Aucca significa guerrero y de su sangre brota la historia más antigua de los agricultores. Aferrado a sus valores y convicciones, el Campeón de la Tierra 2022 inspira a las comunidades a defender e impulsar un modelo de reforestación comunitaria gestionado por locales y nativos.
Desde que fundó la organización en 2000, ha plantado más de 3 millones de árboles en Perú y protegido y restaurado 30 000 hectáreas de tierra en los bosques andinos de América del Sur. Su consejo: respetar, escuchar, animarse.
-A propósito de la categoría que lo reconoció como Campeón de la Tierra, ¿qué fue lo que lo inspiró a nivel personal para emprender a favor del planeta?
Vengo de una familia de campesinos. Perdí a mi padre a muy temprana edad y para trabajar y mantener a cinco hermanos con una mamá viuda con 14 años, lo primero que enfrenté fue mucho racismo, mucha discriminación; nadie le daba trabajo a un indígena. Intenté corregir ese escenario, cambiar mi apellido por uno español y mi mamá al enterarse habló con mi abuelo quien me llamó y me dijo ‘¿qué estás haciendo? ¿Tú sabes que para proteger ese apellido, ha muerto mucha gente? Mi papá, mi abuelo, todos han luchado por salvar ese apellido. Tu apellido es Aucca que significa guerrero así que vaya a pelear, pelea por nosotros. Hemos trabajado como capataces para los españoles, incluso tratando mal a nuestra gente para quedar bien con el patrón, lo que hasta hoy no hemos podido superar. Tu segundo apellido es Chutas que significa gran corazón, entonces trata de seguir adelante y pelea’.
La vida continuó hasta que llegué a la universidad y encontré una enamorada, una hija de hacendados que me invitó de visita a su propiedad. Una vez allí, la abuela me pregunta cuál es mi gracia, es decir, mi apellido. Le respondí Constantino Aucca Chutas y, entonces, me preguntó que era de Francisco Chutas. Le conté que era mi abuelo y me contestó ‘buen cholo, buen capataz’. La abuela de mi enamorada profundizó sobre la historia y me dijo que en compensación del trabajo de los cholos nos habían cedido un terreno para que desarrolláramos a nuestro pueblo llamado Chutas Pampa.
Fue peor que un baño de agua fría. Regresé a casa de mi abuelo y le pedí que me volviera a contar la historia. Fue entonces cuando me relató que el sueño de toda la familia era ver a un Aucca haciendo cosas grandes y mejor si era para la Tierra, para la Pachamama. Desde entonces le prometí que no iba a parar.
Premiado en la categoría Inspiración y acción, el peruano rinde homenaje a su apellido y a sus antepasados: Aucca significa guerrero y de su sangre brota la historia de los agricultores.
-Y qué significó ese no parar…
Mientras la gente disfrutaba de sus fines de semana, sus feriados, me iba al campo, estaba en los bosques, en contacto con los agricultores, hablaba con los viejos y con los campesinos; esa fue mi mejor escuela. Recuerdo que estaba cruzando una montaña a 4600 a 4800 metros de altura y uno de los campesinos me dijo que la que estaba enfrente, la Salkantay (Montaña Demonio), tenía nieve hace 30 años pero que, en la actualidad, ya no le quedaba nada. ‘¿Será que hemos hecho algo malo?’, me preguntó el viejo y atribuyó la ausencia de nieve a que la Madre Tierra estaba enojada.
Por dentro pensaba cómo es que no tienen estos conceptos todos aquellos que van a las reuniones mundiales, los expertos internacionales con todos los grados y pies. Esto es lo que deberían tener: resiliencia para reconocer que sí le estamos haciendo daño.
Me di cuenta que uno de los peores males era la deforestación y desde ese momento propuse lanzar un poderoso mensaje al mundo: “Plantemos árboles”, y en un solo día plantamos 57 mil.
“Me di cuenta que uno de los peores males era la deforestación y desde ese momento propuse lanzar un poderoso mensaje al mundo: “Plantemos árboles”, y en un solo día plantamos 57 mil”
De la deforestación a la restauración de los Bosques Andinos
La región Andina está dotada de una elevada diversidad de ecosistemas resultante de la interacción de procesos biofísicos a escalas continentales, subregionales y locales. En ella, se reconocen 133 ecosistemas en los Andes del Norte y Centro que abarcan ecosistemas arbolados y no arbolados que funcionan bajo sistemas bioclimáticos que van de xéricos a pluviales.
Los bosques andinos mantienen la biodiversidad, capturan y conservan carbono, regulan y aseguran la provisión hídrica.
La ECOAN ha movilizado a miles de personas en Cusco para proteger y restaurar los antiguos bosques de Polylepis, que alguna vez dominaron los Andes altos. Con un crecimiento de hasta 5000 metros sobre el nivel del mar, más alto que cualquier bosque del mundo, estos árboles “nube” desempeñan un papel vital en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Sin embargo, en la actualidad, de las amplias áreas de los Andes que alguna vez estuvieron cubiertas de árboles Polylepis, solo 500 000 hectáreas quedan en pie. El motivo: décadas de deforestación para leña, pastoreo de ganado, tala, minería y caminos. La pérdida de estos bosques de montaña impacta en la escasez de agua, afectan la vida y el sustento de millones de personas.
Los bosques andinos mantienen la biodiversidad, capturan y conservan carbono, regulan y aseguran la provisión hídrica.
-¿Cuál es la situación actual de los bosques andinos frente al cambio climático?
Cuando hablamos de cambio climático no es una cuestión particular focalizada. En el año 500 d. C. cambió el clima durante cinco años: mucho calor y una sequía total que diezmó a las culturas a lo largo de la cuenca del Pacífico. Fue una hecatombe, varias culturas desaparecieron. Por 5 años no hubo agua, agricultura, varios bosques se secaron y los remanentes que quedaron subieron a los altos andes con dolor para sobrevivir. Fue lo que dio lugar a la gran cultura Inca.
No traten de acelerar el proceso y aprendan del dolor, ya lo pasaron las viejas culturas. Ellas reaccionaron con resiliencia. ¿No hay agua? ¿qué hacemos? Acueductos. Cuando vienes al Valle Sagrado los sigues viendo, siguen funcionando como hace miles de años. Los Incas eran sabios, frente a la escasez de alimentos, idearon tambos, o sea, reservorios y, más aún, para hacerle frente al cambio climático impulsaron grandes reforestaciones. Al leer toda esta historia puedo responder al cómo lo hicieron: todos juntos, en trabajo comunal, practicando los principios de la Ayni y Minka que profesan el bien común, el trabajo en equipo.
Mi mensaje es que volvamos a capturar esta sabiduría ancestral, no es nada nuevo, no lo he inventado. ¿Si la historia nos ha enseñado así, está aprobado y está funcionando porque no la revivimos?
“Mi mensaje es que volvamos a capturar esta sabiduría ancestral, no es nada nuevo, no lo he inventado. ¿Si la historia nos ha enseñado así, está aprobado y está funcionando porque no la revivimos?”
Una vez en América del Sur, éramos el imperio más grande, unidos por una cultura, la cultura inca. Era la primera vez que nos juntábamos todos. La próxima vez que nos juntamos para crear un movimiento fue para liberarnos del yugo español, para buscar nuestra independencia. Ahora nos reunimos por tercera vez. ¿Por qué? Para proteger un arbolito.
-¿Cómo se pasa del discurso a la acción?
No me voy a quedar de brazos cruzados o atendiendo a todas las reuniones mundiales para tomarme un pisco sour. Hay que hacer algo y hay que hacerlo a gran escala, no plantando 100 o 1000 arbolitos y tomándonos la foto para decir que ya solucionamos el problema del cambio climático.
He ayudado a plantar seis millones de árboles y ¿saben cuál es la respuesta más grandiosa de mis hijos?: ‘Papá, todavía no has hecho nada. Esto lo estás haciendo para los demás, pero para nosotros no, así es que todavía te falta mucho’. Necesitamos más tiempo para seguir haciendo más y completar la tarea que para estos niños (qué bien que lo digan) no es nada aún.
“Hay que hacer algo y hay que hacerlo a gran escala, no plantando 100 o 1000 arbolitos y tomándonos la foto para decir que ya solucionamos el problema del cambio climático”
He ayudado a plantar seis millones de árboles y ¿saben cuál es la respuesta más grandiosa de mis hijos?: ‘Papá, todavía no has hecho nada. Esto lo estás haciendo para los demás, pero para nosotros no, así es que todavía te falta mucho’. Necesitamos más tiempo para seguir haciendo más y completar la tarea que para estos niños (qué bien que lo digan) no es nada aún.
-Hay quienes creen que el cambio climático solo afecta a ciertos lugares y comunidades. Sin embargo, sus efectos regionales y globales ya se sienten. ¿Cómo está afectando a América del Sur?
El cambio climático no va a golpear solamente a Perú, va a golpear a toda la cuenca y lastimosamente en el análisis aparece todo el continente de los altos andes en rojo. No sé cuántas reuniones COP (por Conferencia de las Partes, órgano supremo de toma de decisiones de la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) vamos a necesitar para tomar acción, muchos creen que después de la reunión 500 vamos a decidir. Yo me pregunto ¿habrá ya planeta para la COP 500? ¿Por qué no tomamos acción ya? Son dos grados que el planeta nos está pidiendo.
En síntesis, el cambio climático no va a tener diferencias, va a golpear a todos. Necesitamos más líderes, más aliados a los que les pido que vayan adelante, que no se expongan, que se reúnan con buenos aliados, con buenos donantes, pero que no solamente les den el recurso, sino que también les protejan la espalda porque el mundo es cada vez más violento y tenemos que estar unidos.
-En su mensaje dice que hay que plantar árboles para poder preservar el ecosistema porque sin ellos no va a haber agua. ¿Por qué es importante preservar el ecosistema y por qué es importante plantar árboles?
Voy a responder con una anécdota: un día estábamos plantando miles de árboles y vinieron varios medios internacionales que se encontraron con una multitud de campesinos subiendo con los arbolitos y les preguntaron ¿por qué hacen esto? Una de las mujeres de la comunidad les respondió: ‘Por el agua, porque el agua es vida, es la economía de la familia y es el futuro de los hijos’.
Cuando fui a Argentina, busqué a las comunidades nativas, me fui con los gauchos, con los muleros e hicieron el mismo clamor “agua y suelo”.
En Ecuador, todos los indígenas quichuas te cuentan que les falta agua. Voy a Bolivia, estoy en Cochabamba, y tampoco hay agua. En Chile, hay hermosas represas como en Perú, hermosos cementos, pero no hay agua. Entonces la figura de conservación que antes para mí eran las especies se transformó en ecosistemas.
Luego aparece el concepto del complemento de la biodiversidad y, nosotros, le añadimos la cultura.
La Asociación Ecosistemas Andinos ha movilizado a miles de personas en Cusco para proteger y restaurar los antiguos bosques de Polylepis, que alguna vez dominaron los Andes altos.
-¿Cómo se moviliza a tanta cantidad de gente para una causa común como la de la Madre Tierra?
Primero, con respeto; segundo, con diálogo, es decir, intentando hablar siquiera un poco de su idioma. Tercero, con escucha y, cuarto, aprendiendo. No creas que porque vienes de la ciudad y tienes un título, sabes todas las respuestas.
Involucralos, dales trabajo, responsabilidades y vas a ver la respuesta. El propósito no es solamente plantar. Acción Andina no es solamente un programa para plantar arbolitos sino que, incluso, estamos creando nuevas áreas dentro del programa, como la de monitoreo, ya que llega y se gasta mucho dinero pero para plantar, por ejemplo, pino, eucalipto y ciprés y no las nativas.
Necesitamos programas sinceros de mediano a largo plazo como Acción Andina. Cada vez más comunidades nos buscan porque saben que no los vamos a abandonar en el corto plazo.
-Como Campeón de la Tierra, ¿cuál es tu mensaje para las generaciones más jóvenes que luchan por revertir la crisis climática?
Siempre les digo a todos que no tengan miedo, que no se pongan barreras. Sean atrevidos, innovadores, consigan aliados, amigos que les cuiden las espaldas, para que puedan andar bien en manada.
Les pido que se equivoquen, que fallen para que aprendan de sus errores. Pueden fallar dos años pero el tercero no porque se supone que ya aprendiste y que te has vuelto un experto. El fallar, no es una debilidad es un cúmulo de experiencias, entonces atrévanse, háganlo y, al final, disfruten de lo que están haciendo; ese es mi gran consejo.